La madrileña Estela Alonso es la bailarina solista del Ballet Nacional de España y ha presentado en Jerez su primera producción propia, A mi manera 2.0, en la que enlaza los ritmos flamencos con la danza contemporánea. Es el montaje que logró el XXII Certamen de Danza Española y Flamenco en diciembre de 2013, y que fue dado a conocer en la Suma Flamenca de Madrid en septiembre de 2021.
Alonso nos acerca con esta propuesta a la escuela bolera. Pero lo hace desde la perspectiva sonora del flamenco, algo que a nadie debe extrañar y para el que recomendamos Bases del baile flamenco: escuela bolera, la tesis doctoral de Ana Moya (2015).
Música, luces y desarrollo escénico llevan al espectador a un guion que es un proceso de mentalización social, un acercamiento a una escuela dancística que demanda una gran versatilidad y que, aparte de implicar un notable esfuerzo añadido técnico y de estilo, ha de tender a que cada coreografía lleve el sello de la identidad de su creador.
Estamos, por tanto, ante una expresión dancística que no es única, sino múltiple y variable, como bien ha constatado Alonso, que, si en su conjunto nos hace ver que la danza es la liberación estilística, cuando nos adentramos en la coreografía, refinada y potente de la saeta por carcelera con bata de cola, la búsqueda de la seguiriya a ritmo es un compromiso intenso llevado con elegancia, de la que se espera una delicia de continuidad y de enlaces tan bien coordinados que ponen al espectador en situación.
El estilo de Alonso exprime la técnica y las intenciones poéticas por bulerías en la escenografía del candil, con lo que se muestra polifacética, de amplio espectro y expresión madura a medida que los bailes, como las tonadas campesinas con mantón, se van cargando de significado, destacando la madrileña por su técnica, fuerza e intención, dotando a cada frase de sentido, de un perfecto diálogo con los músicos.
«El protagonismo de Estela Alonso es enorme, pero no excesivo. Su concreción por alegrías, perfecta. Y el control del cuerpo, total, de lo que se colige que la carga emocional desde el principio otorga al público el placer de ver bailar en toda su plenitud a la intérprete, que no queda aprisionada por la rigidez de ningún estilo»
La escena es suya. Y en tanto describe el marco de las formas con un manejo de las castañuelas de espeluzno, un efectismo galopante y mucha energía dejada por el camino queda sobre el escenario. Las pretensiones van a la par del producto. Su tesón y sensibilidad en la danza al recitado en off que da título al montaje, quedan modelados de manera gratamente satisfactoria, al punto de encontrarnos frente a una personalidad escénica virtuosista y vital, un cuadro pictórico enmarcado con ejercicios preciosistas.
El protagonismo de Estela Alonso es enorme, pero no excesivo. Su concreción por alegrías, perfecta. Y el control del cuerpo, total, de lo que se colige que la carga emocional desde el principio otorga al público el placer de ver bailar en toda su plenitud a la intérprete, que no queda aprisionada por la rigidez de ningún estilo, ni se limita a bailar unos simples pasos rápidos y reiterativos, sino que conjuga dos escuelas (flamenco en lo musical y danza en la ejecución), sin quedar encarcelada por las ideas.
En las bulerías del cierre, la energía y la búsqueda de diferenciar estilos y acentos, dinámicas y texturas, dice mucho y bien de su propuesta e incluso de su futuro, caracterizándose por un estilo brillante, inteligente, exhaustivo y bien documentado, como constatamos al no escatimar esfuerzos para ofrecer su particular visión de la tipología flamenca danzada.
Es de destacar, igualmente, el vestuario, ya que los trajes se adecúan a la propuesta y a lo que en ella subyace, que no es sino un serio proceso de danza a la española, usando elementos tradicionales, pero dejando que por la escuela bolera penetre la materia de otras formulaciones sonoras como el zapateado flamenco.
Habíamos asistido al hondo sentir de la escuela bolera merced a Estela Alonso, bailarina que muestra sus dotes escénicas ideando un universo en forma de talento, por lo que no es de extrañar que mereciera en Jerez los laureles del éxito y la admiración de este crítico.
Estela Alonso ha puesto de manifiesto, por añadidura, una probada profesionalidad. Y en ese sentido es un ejemplo que debe ser tenido en cuenta, toda vez que atiende a la actualidad del género dancístico en su variedad, estimula a los músicos y brinda una máxima indiscutible: su danza es el símbolo de que el arte perdura sobre las épocas y los cambios sociales.
Ficha artística
A mi manera 2.0, de Estela Alonso
XXIX Festival de Jerez
Sala Compañía
7 de marzo de 2025
Coreografía: Estela Alonso
Coreógrafo invitado: Jesús Carmona (seguiriya)
Baile: Estela Alonso.
Guitarra: Víctor Márquez alias Tomate
Cante: Jesús Corbacho
Violín: Víctor Guadiana
Palmas: Cristian García