Hace más de medio siglo, una jovencísima bailaora mascaba chicle mientras hacía cola en el despacho de la sevillana Plaza del Duque del legendario representante don Antonio Pulpón. Aquella adolescente, cuyo rostro sigue siendo un poema de belleza hindú, llegaría al encumbramiento absoluto en el baile flamenco de los años setenta. Manuela Carrasco, sacerdotisa e ídolo de dos generaciones, recientemente homenajeada en el XI Tacón Flamenco de Utrera, tuvo una hija a la que llamó Manuela, igual que ella.
Año 2025, víspera de puente del Día de Andalucía, importantes espectáculos en diversos lugares de Jerez en pleno delirio festivalero, buen tiempo, y aun así todo estaba vendido en la discreta Sala Compañía para conocer a Manuela segunda.
«Brazos en cruz, temperamento controlado, paradas contundentes, taranto, caña… Manuela hija tiene los gestos de su madre, cuyo padre fue bailaor, de ahí la sequedad de línea, la ausencia de cursilerías»
Brazos en cruz, temperamento controlado, paradas contundentes, taranto, caña… Hoy en día los cantes se administran en fragmentos. Manuela hija tiene los gestos de su madre, cuyo padre fue bailaor, de ahí la sequedad de línea, la ausencia de cursilerías.
Manuela en traje corto interpreta farruca con violín (no identificado) sin cante, cante por seguiriya y tangos de Manuel Tañé, Emilio Molina y un tercero no nombrado. Flamenco clásico, a la vez que fresco, renovable y sostenible.
Ficha artística
Anagrama. Cambio en el orden de las letras, de Manuela Carrasco hija
XXIX Festival de Jerez
Sala Compañía
27 febrero de 2025
Baile: Manuela Carrasco hija
Guitarra: Luis Amador
Cante: Manuel Tañé, Emilio Molina





