Utrera es de los pueblos más flamencos del mundo. Lo es todavía, aunque tuvo sus momentos más gloriosos cuando aún respiraban y cantaban como Dios, Perrate, Fernanda, Bernarda, Gaspar, Pepa la Feonga, Bambino, Enrique Montoya o Curro. Un siglo atrás ya destacó Perico el Pelao, emparentado con los Pavón, y un día apareció la jerezana Mercedes la Sarneta para dejar allí su esencia por soleá y un perfume que aún dura en sus calles.
No en todos los pueblos de Andalucía existe la gitanería que hay en Utrera y esto fue clave para que surgiera el flamenco en esta localidad. Como diría Antonio Mairena, la levadura gitana. Utrera es lo que es en el flamenco por sus gitanas y gitanos, sin pretender marginar a esos que cantaron y cantan sin ser de esta etnia, como el gran Curro de Utrera, que tuvo una de las voces más bonitas del cante y que me gustaba a rabiar por fandangos: Velero, porque yo lo gobernaba…
La Hermandad de los Gitanos de Utrera, con sus aciertos y errores, es la responsable de que este pueblo tan antiguo y famoso en el mundo entero sea una referencia flamenca de primer orden. Crearon el Potaje Gitano sin ser consciente de que sería el festival de flamenco más famoso del mundo, pero ahí está, con seis décadas de historia y muchos éxitos en la memoria.
Tendría yo unos diecisiete años cuando acudí por primera vez a la cita que cada verano tiene Utrera con el flamenco. Ya aquella noche, la del 28 de junio de 1975, supe que este pueblo era muy especial. Se homenajeó ese año a uno de los genios de Utrera, Bambino, y, si no me falla la memoria, actuaron esa noche Pansequito, Gaspar de Utrera, Turronero, Rancapino, Antonio Suárez, Enrique Montoya, Faíco, Miguel Funi, Diego Vargas, el Chato de Utrera, Angelita Vargas y Perrate, entre otros muchos. Aquello era interminable, pero, ¿quién quería que acabara?
Hoy vas al Potaje y se te hace largo el festival. Lo siento, pero tengo que ser sincero. No solo porque ya no hay aquellos artistas, sino porque todo ha cambiado mucho. O será que yo estaba descubriendo entonces el flamenco de verdad y que he idealizado en exceso aquellos años y a aquellos artistas tan naturales y genuinos que me marcaron de una manera determinante.
Este año hay un buen cartel en el Potaje Gitano, con El Pele y Rancapino Chico como artistas más destacados. Luego una fiesta preparada por el lebrijano Luis de Chimenea, con La Macanita, Inés Bacán, Tomasito, Tomás de Perrate, Perico el Pañero, David el Galli y el propio Luis de Chimenea. En el baile, María Marrufo, Pepe Torres y El Farru, y en el toque, Pedro María Peña, Antonio Higuero y José Gálvez, siempre según consta en el cartel.
Será como homenaje a Ramón Calabuch, Moncho, el célebre bolerista gitano de Barcelona. La noche, pues, promete bastante. Así que si no lo han hecho ya, asegúrense una mesa en este festival de festivales, el más antiguo de todos y el de más sabor gitano.