Hace unos días, el 8 de junio, se conmemoraba el centenario de la muerte de Juan Breva, la gran figura del cante malagueño de todos los tiempos y una de las grandes de Andalucía. De su relación con Sevilla no se ha escrito mucho, pero cantó bastantes veces y no solo en los cafés de la ciudad sino en otros establecimientos de la provincia que se dedicaban a dar flamenco. En Herrera, por ejemplo, un pueblo de Sevilla sin mucha tradición de flamenco, pero donde hubo un café, el Salón Arjona, propiedad de Manuel Arjona, que fue íntimo amigo del coloso malagueño de Vélez. Juan Breva no solo fue a cantar algunas veces a este local de su amigo, sino que llevó a otros artistas a los que recomendó, como El Cojo de Málaga o La Trini. Recordemos que Breva tuvo su propia compañía de cante y que se significó por descubrir a nuevos valores.
Hace algún tiempo tuve la gran suerte de echar un día estupendo con el entonces decano del cante sevillano, Antonio el Monino, de la localidad de Herrera, que ya falleció. Mi viaje a Herrera fue para poder entrar al fin en lo que fue el Salón de Manuel Arjona, un local por el que pasaron todas las figuras que vivieron y desarrollaron su arte desde principios del siglo XX hasta el estallido de la Guerra Civil de 1936. Según El Monino, por su escenario pasaron Chacón, El Niño de Cabra, Manuel Torres, La Niña de los Peines, Manuel Escacena, Tomás Pavón, El Niño de Marchena, El Carbonerillo, Pepe Pinto, Canalejas de Puerto Real, La Perla de Triana y, sobre todo, Manuel Vallejo, que solía ir también a cantar saetas en los balcones.
Este salón se conserva todavía tal y como era y de sus paredes cuelgan aún fotografías del siglo XIX y páginas enmarcadas de periódicos de la época, sobre todo recortes que hablaban de Emilio Castelar, el político gaditano que llegó a gobernar en la España de la Primera República, en los 70 del siglo XIX, acabando con los títulos nobiliarios de España y la esclavitud en Puerto Rico. Todo un personaje. La barra del bar es de aquella época, que se conserva en perfecto estado, como pueden ver en la fotografía de hoy mismo. Encima de ella hay un barril de amontillado también de la época y sólo pensar que de él hayan podido beber algunos de los artistas citados, pone la carne de gallina.
Este local era de Manuel Arjona, aficionado al flamenco y hombre emprendedor donde los hubiera. Tuvo amistad con los artistas que pasaron por su negocio, siendo muy amigo, dicen, de Juan Breva, el gran cantaor malagueño, y de Cayetano el de Cabra. Manuel Arjona murió en 1935 y al poco tiempo, como saben, estalló la guerra y el local dejó de tener actividad flamenca. Cuando entré en el salón y vi las fotografías tan antiguas colgadas de sus paredes sentí una gran emoción. Me imaginé que estaban cantando allí Chacón y Pastora y El Carbonero y Marchena y Vallejo, en sus mejores tiempos.
El local es en la actualidad propiedad de un bisnieto de Manuel Arjona. Sería interesante que el Ayuntamiento de Herrera lo adquiriera y lo dejara como centro cultural o museo, porque es una auténtica joya, quizás el único salón flamenco que se conserva en la provincia de Sevilla, de aquella época. Sería una pena que un día acabara derribado y convertido en una hamburguesería.
Antonio Bermúdez Arjona, El Monino, era sobrino de don Manuel Arjona y hablaba maravillas de este hombre y de su relación con Juan Breva.