Ha reconocido el cantaor jerezano José Carpio Fernández que «me siento más a gusto en el directo que en otros formatos». Una reflexión habitual entre los artistas de este corte cuya aportación imprevisible en un recital marca la diferencia respecto a la «frialdad» que puede tener un estudio en el que se modifica en parte la esencia de lo que se quiere mostrar. José, hijo del gran aficionado al cante Mijita, de la Plazuela, ya ha conseguido situarse en un buen nivel dentro de la actualidad jonda con la publicación de sus discos anteriores La Plazuela en estado puro (LB Flamenco, 2014) y Se Llama Flamenco (Flamenco Vive, 2016), que estuvo nominado a los Grammy Latinos, así como gracias a otras publicaciones como la compartida con su familia bajo el título de Stirpe. De pare a hijos (LB Flamenco, 2015), en la que colaboró Miguel Poveda.
Ha formado parte de importantes carteles en festivales del verano 2018 como en el del Festival de Las Nieves de Arcos de la Frontera, Viernes Flamencos de Jerez o el de La Mina de Barcelona. En estos últimos meses de otoño se ha recorrido peñas como la de Terremoto, en su tierra, o La Platería de Granada, así como importante ha sido su presencia en el afamado Festival Caja Mediterráneo de Alicante.
Antes de las fiestas de Nochebuena ha querido grabar un disco en directo con el fin de comenzar 2019 en el candelero y aportar una vez más su discurso cantaor de forma contundente. Es una autoproducción, él corre con todos los gastos del proyecto dando firmeza a su apuesta por mantener su presencia en los carteles y seguir creciendo en la carrera artística. La grabación tuvo lugar en la Viña El Majuelo, de la firma bodeguera Fundador, en la campiña jerezana. Allí se reunieron una serie de personalidades del mundo del flamenco, mundo de las peñas, familia del cantaor, presencia institucional, no faltó la prensa ni algunos compañeros. No más de cuarenta personas se citaron en ese marco envidiable cuya atmósfera invitó al recogimiento y al disfrute.
Allí, tras unas probar unas tapas, chacinas, tortilla, chicharrones y el vino de esa santa casa que ha acompañado al cantaor en este camino, pasaron a acomodarse en el tabanco de la viña. Fue el 12 de diciembre, a medio día, y el cantaor comenzó a comparecer por martinetes, también soleá por bulerías, se atrevió con la malagueña y cerró la primera parte por bulerías cuya firma pertenece a Pepe del Morao, uno de los dos guitarristas del disco. El otro elegido para poner sonido con su guitarra fue Domingo Rubichi, que lo acompañó en la malagueña y en las bulerías finales en las que Mijita quiso recordar a sus antepasados y creadores de la casa de Los Chalao, Rubichi y Agujetas. Pepe continuó al lado de José en los fandangos, tientos y tangos y seguiriya. La gran parte de letras son nuevas, gracias a la aportación de José Gallardo, José María Castaño y el mencionado Pepe, nieto de Manuel Morao.
La palmas la ponen José Rubichi, Carlos Grilo y Diego Montoya, y los jaleos serán los de los propios invitados: Luis Moneo, Rancapino Chico, Vicente Soto, su hermano Alfonso Carpio ‘Mijita’, Miguel Soto ‘El Londro’… y otros tanto del mundo jondo. Aún está por determinar la fecha de lanzamiento ya que falta la postproducción y maquetación, aunque sí admite José que «la intención es que quede tal cual se grabó, con sus errores y aciertos, pero que se recoja la convivencia que allí se creó y el ambiente que conseguimos». Atentos a principios de año que daremos más información sobre cómo va esta publicación.