-Abuelo, ¿la Navidad es flamenca?
-Muy flamenca, Manolillo.
-Lo dices por las zambombas, ¿no?
-No solo por eso, sino porque son unas fiestas en las que se dan muchos las reuniones y en esas reuniones suelen surgir villancicos y campanilleros, los cantes de la Navidad. Ya en siglo XIX ocurría eso en las fiestas caseras.
-Pero campanilleros y villancicos no eran entonces estilos del repertorio de los artistas, ¿no?
-Tampoco lo eran otros estilos y se aflamencaron cuando los empezaron a hacer los cantaores y las cantaoras. La mariana, por ejemplo. Y Manuel Torres cantó unos campanilleros populares, con mucho suyo, de su genialidad, que hoy son un palo más. El Pinto y Pastora lo hicieron también con la bambera, estilo perteneciente al folclore andaluz que se da en casi todos los pueblos andaluces. Son los cantes de bambas o de columpio.
-¿Dónde es más flamenca la Navidad, abuelo?
-Sin ninguna duda, en Jerez de la Frontera. Ya El Gloria grabó aquellos villancicos por bulerías que quedaron para la historia. Yo recuerdo una Nochebuena en Jerez, en casa de un amigo que ya no vive, Antonio Delgado Zurita, en la que Antonio Mairena cantó unos villancicos por tangos, que aquello fue una genialidad. No sé si se llegó a grabar o no, pero hasta el Tío Borrico se emocionó.
-¿No nos estamos pasando con las zambombas?
-Sin ninguna duda, pero es que son una maravilla y hay negocio en torno a ellas. Si siguen así habrá zambombas en primavera –no sé si las hay ya–, y eso ya sería pasarse de verdad. Pero en estas fiestas son imprescindibles y se hacen muchas porque hay demanda. No te imaginas la de personas que van cada año a Jerez para disfrutar de una buena zambomba, porque son muy flamencas. Todo en esa tierra es muy flamenco, y la Navidad no iba a ser menos.
-¿Y en Sevilla?
-En Sevilla se está perdiendo casi todo. Cuando yo era muy joven ibas a Triana y en cada taberna se cantaban coplas alusivas a la Navidad. Y hasta en algunos pueblos, como Utrera, Mairena o Alcalá, se vivía mucho ese ambiente. En Palomares había siempre coros callejeros que animaban las gélidas noches, y la verdad es que no sé si esa tradición sigue viva o no.
-¿Algún villancico que te haya gustado más que ningún otro?
– Los campanilleros de El Corruco de Algeciras son una joya. Hablamos siempre de los de Manuel Torres o La Niña de la Puebla, pero el cantaor de La Línea de la Concepción dejó una versión muy buena:
En sus brazos llevaba María
al Rey de los Cielos huyendo a Belén…