Confieso que en Málaga la lluvia nos asusta, nos echa para atrás, la deseamos porque es muy necesaria, pero evitamos alternar mucho si está lloviendo. Pues ni la lluvia pudo contener las ganas que había de escuchar a Israel Fernández, que llenó el Teatro Cervantes de un público deseoso de acogerlo y darle calor, a la vez que contribuía a la causa solidaria convocada por Cruz Roja y la Fundación General de la Universidad de Málaga. Tras las correspondientes palabras de los representantes de ambas instituciones, dio comienzo el recital.
Buscando generar expectación, primero apareció Ané Carrasco y nos hizo un solo de percusión. Después, los palmeros, Pirulo y Marcos Carpio, entraron a acompañarle. Con una gran ovación se incorporó Diego del Morao y, por último, la estrella, Israel Fernández.
Bulería por soleá o bulería pa escuchar fue la carta de presentación, en la que el cantaor manchego se encontró un tanto nervioso y buscaba su sitio sin acabar de encontrarlo. El apoyo musical que le brinda Diego del Morao es fundamental, pues le permite ir buscando la inspiración mientras que el público enloquece con el toque del jerezano.
En el segundo cante, la taranta de Vallejo, apareció un Israel más centrado, haciendo el cante con mucho gusto, recortaíto y pellizcao, intercalando letras clásicas con otras nuevas de su disco Pura Sangre y se rebuscó, doliéndose.
«El momento mágico de la noche fue cuando Israel Fernández se sentó al piano. (…) Nos emocionó con su interpretación de granaína y media y de malagueña del Mellizo con una letra de su autoría. Le encontramos cómodo, con ganas de emocionar, entregándose con generosidad, dándonos flamencura y belleza»
En los tientos y tangos se fue creciendo y fue gustándose en ese alarde de los tonos agudos que es marca propia desde hace tiempo, que nos recuerda al último Camarón y que enfervorece a una gran parte de sus seguidores. Ciertamente, hace filigranas porque tiene una gran velocidad en la voz y afina a la perfección, pero ese abuso de los tonos altos, además de erosionar su garganta, acaba resultando tedioso.
El solo de Diego del Morao demostró el estado de forma en que se encuentra su toque, lleno de paladar combinado con virtuosismo, y sirvió de magnifica transición hacia una parte más intimista del espectáculo, pues el momento mágico de la noche, sin duda, fue cuando Israel Fernández se sentó al piano. Nos contó su implicación con la causa de Cruz Roja, que había conocido de primera mano esa mañana, y dijo con humildad que era un mero autodidacta en cuestiones musicales, pues no había tenido la oportunidad de recibir clases, pero demostró que con pasión y afición desmedida todo se puede lograr, y nos emocionó con su interpretación de granaína y media y de malagueña del Mellizo con una letra de su autoría. Le encontramos cómodo, con ganas de emocionar, entregándose con generosidad, dándonos flamencura y belleza.
Para terminar, las bulerías del grupo al completo, con una compenetración admirable. Cuando Israel aborda los tonos medios e incluso los graves –como hizo en la deliciosa pincelada de Cielito lindo– nos enseña una voz de terciopelo, mucho más interesante y capaz del pellizco que sus agudos, por lo que desde aquí le invitamos a indagar en esos registros. Las bulerías estuvieron redondas, capitaneadas por Diego del Morao y su soniquetazo de Jerez que le rezuma por los poros de la piel, y por supuesto por Israel Fernández, gozando el cante, haciendo gala en los trabalenguas de su voz trepidante y su compás infalible.
Como se esperaba, el público le aplaudió en pie, y con una pataíta de arte de los palmeros, se despidieron dejando un sabroso sabor de boca.
Ficha artística
Recital de Israel Fernández
Concierto solidario ‘Liberando a la Humanidad del miedo’ – Cruz Roja
Teatro Cervantes, Málaga
28 de octubre de 2024
Aforo: Lleno
Cante: Israel Fernández
Guitarra: Diego del Morao
Palmas: Pirulo y Marcos Carpio
Percusión: Ané Carrasco
Piano: Israel Fernández