Salvadora Galán Lobato, cantaora y guitarrista, más conocida por su nombre artístico de Salvadora Galán, nació en el año 1943 en Olvera (Cádiz), un pequeño pueblo cerca de Ronda, en la sierra gaditana. A los 9 años fue a vivir con sus padres a Utrera (Sevilla), donde se crio en un ambiente muy flamenco, rodeada de grandes artistas como Fernanda y Bernarda de Utrera, lo que fue fundamental para su formación como cantaora y guitarrista. A los 13 años ganó un concurso de cante flamenco en Utrera (Sevilla), y a los 17 años comenzó su carrera profesional, viajando por España y Portugal. Radicada ahora en El Paso (Texas), Salvadora también ha actuado en incontables festivales, recitales y giras en Estados Unidos y México.
¿Qué significa el flamenco para usted?
El Flamenco para mí es mi vida, mi motor y a la vez la expresión de sentimientos y mi manera de conectar y comunicarme con el público.
¿Qué empezó a hacer primero, cante o guitarra?
Empiezo siendo cantaora, pero he sentido siempre mucha admiración por el mundo de la guitarra. El que yo cante y me acompañe a la vez ha sido haber crecido en Utrera y ver de cerca a Enrique Montoya. Eso fue algo que me marco, lo vi como un espejo.
¿Qué le pareció a usted más fácil, cantar o aprender a tocar la guitarra?
Por supuesto cantar. Eso se trae. En cuanto a la guitarra es algo que me parece muy difícil. Hay que dedicarle muchas horas de estudio y nunca tiene fin.
¿Cómo le afecta vivir fuera de Andalucía, siendo usted cantaora y tocaora?
Últimamente comparto mi vida entre los Estados Unidos y España, aunque me cuesta estar fuera de mi Andalucía.
¿Cómo recuerda sus tiempos en Utrera, de muy joven? ¿Le produce nostalgia?
Mis recuerdos de Utrera son donde aprendí a cantar y a soñar cuando caminaba por sus calles, por estar cantando ante un público, cosa que hice cuando pisé por primera vez, siendo niña, el teatro Enrique de La Cuadra de Utrera, en un homenaje que le hicieron a Fernanda y Bernarda por la muerte de su padre. Algo curioso, el guitarrista que me acompaño fue Juan Peña El Lebrijano, que por entonces se dedicaba a la guitarra. Hace dos años coincidimos en el programa de radio de Jesus Vigorra en Canal Sur (Sevilla) y se lo estuve recordando.
¿Nos pude contar alguna experiencia o anécdota por haber convivido con Fernanda y Bernarda en Madrid cuando era más joven?
Mi experiencia con Fernanda y Bernarda fue bonita. Las conocí en Utrera desde niña y después compartimos escenario en Las Brujas, un tablao flamenco en Madrid. En aquel tiempo actuaban también allí El Chaqueta y Caldera de Salamanca. La anécdota que te puedo contar con ellas es que un día después de trabajar amanecimos comiendo churros y a Bernarda se le ocurrió ir a la casa de la Paquera y despertarla, algo que para mí fue muy emotivo, ver entonces a la cantaora que siempre admiré.
¿Por qué no se encuentra usted en Andalucía?
Dejé mi cante y mi Andalucía porque me casé con un militar norteamericano y me dediqué a mi familia. Después de un tiempo, volví a retomar mi cante, algo que siempre llevé muy dentro de mí.
¿No le daba miedo tocar la guitarra, siendo mujer? ¿Cómo lo veían en Andalucía?
Nunca tuve miedo. Sé que ha habido machismo en el mundo del flamenco con las mujeres guitarristas, pero afortunadamente se ha superado. Le recomiendo el documental Tocaoras, en el que he participado, y habla de este tema. En España me han dicho que lo que yo hago es raro y que soy única. Justo antes de venirme de España esta vez, canté en el Tablao Contratiempo en Sanlúcar de Barrameda, y una bailaora me dijo «estoy alucinando».
¿Quiénes son sus maestros de cante y guitarra?
En el cante, mi maestro fue mi padre y el ambiente en que crecí. En la guitarra, solo tuve un maestro. Fue un compañero guitarrista que se llamó Juan Doblones. Él me enseño la técnica del flamenco. Lo demás lo he ido aprendiendo de oído, yo sola.
¿Cómo ve la evolución de la guitarra en estos tiempos?
La guitarra está a una altura increíble. Junto al baile, es lo que más ha evolucionado.
¿Cómo fue el ambiente donde se crio?
El ambiente donde me crie no pudo ser más flamenco, escuchando a mi padre cantar y viendo a mi hermano bailar. De él me siento orgullosa, porque fue un gran bailaor y porque actuó junto a Carmen Amaya y Antonio Gades en la película Los Tarantos.
¿Hay mucho flamenco en Texas?
En Texas hay algo de flamenco, pero donde hay más afición en los Estados Unidos es en California, Miami y Nueva York.
¿Un mensaje al mundo?
Mi deseo es que haya paz, respeto y concordia entre todos.