Cada artista tiene una historia y cada artista del flamenco mil historias para ser contadas. Hace algunos años alguien me contó algunas historias tristes de una bailaora jerezana muy famosa ya en el siglo XIX, Mariquita Malvido, totalmente olvidada en su tierra, como tantas otras y tantos otros artistas. Para muchos, es conocida solo por haber sido la mujer de Fosforito el de Cádiz, Francisco Lema Ullet, una de las grandes figuras del cante de todos los tiempos. Pero María de la Merced Pilas Malvido, que así se llamaba en realidad –no María del Pilar Malvido, como reza en algunos sitios–, llegó a ser una bailaora muy considerada al margen de ser la compañera del cantaor gaditano que pasó a la historia como uno de los mejores malagueñeros junto con Chacón, El Canario y La Trini.
Una de las asignaturas pendientes de Jerez de la Frontera, entre otras muchas, es que algún investigador publique la historia del baile en esa ciudad, que es tan importante como la del cante. Y en esa historia aún por escribirse tendría que aparecer de forma muy destacada el nombre de Mariquita Malvido, quien por cierto dejó huella en Sevilla, donde ya aparece viviendo con su madre y hermanos, además de con Fosforito, a mediados del siglo XIX, en concreto en el número 83 de la Alameda de Hércules. No aparece empadronada como artista, aunque ya lo era y de las principales atracciones en los cafés de aquella época, como fueron el de El Burrero o El Filarmónico, y más tarde El Novedades.
Pero, ¿quién fue María de la Merced Pilas Malvido, o sea, Mariquita Malvido? Sus padres fueron Robustiano Pilas Hernández y María Malvido Galán, ambos de Jerez de la Frontera aunque con raíces valencianas, santanderinas y malagueñas, respectivamente. Se casaron el 1 de julio de 1850 en la Parroquia de Santiago, él con 26 años y ella con 20, y tuvieron un buen número de hijos. Robustiano era jornalero del campo, hijo de un santanderino y de una castellonense. Y María, hija de un jerezano y de una antequerana. Todos estos datos están sacados de la partida de nacimiento de Mariquita Malvido, quien vino al mundo el 8 de mayo de 1868 en el número 20 de la calle Conocedores.
No ha sido fácil localizar el verdadero documento de su nacimiento porque sus padres tuvieron otras niñas antes que a ella, a las que también les pusieron María, que fueron muriendo. Por tanto, la partida que aportamos es la de la artista. Mariquita Malvido, pues, era de San Pedro, también conocido como La Albarizuela, barrio que tantos artistas de renombre dio en aquellos años, como La Serneta, Javier Molina, Juan Mojama o, más recientemente, la maestra del baile Angelita Gómez.
No voy a contar el recorrido profesional de Mariquita Malvido, que eso lo reservo para la obra que llevo años preparando sobre la historia del flamenco en Sevilla. Solo dar a conocer estos datos hasta ahora inéditos –supongo, porque es difícil controlar todo lo que se publica de flamenco en el mundo–, para llamar la atención de esta gran artista jerezana que acabó sus días rumiando en soledad sus recuerdos de cuando fue una de las bailaoras más conocidas de la época de los cafés cantantes. Los años la fueron alejando de los escenarios, dedicándose luego a la enseñanza, y lo cierto es que aún no me he puesto a averiguar en qué año murió y dónde, si en Madrid o en Jerez, por si hubiera buscado el calor de los suyos cuando se quedó sin el amor de su vida, Fosforito el viejo, una estrella del cante de la época de oro que acabó sus días viejo, olvidado y sin nadie que se ocupara ni de sus huesos.
Si alguien pudiera aportar alguna noticia sobre cómo y dónde acabó sus días Mariquita Malvido, que lo dé a conocer.