Hace unos días puse en mi muro de Facebook el cartel que el pintor Antonio Parrilla ha hecho para el Festival de Cante Jondo Antonio Mairena de este año, y el debate dura todavía. Pensaba que no tendría ninguna repercusión pero me equivoqué, porque sí la tuvo. Estoy convencido que ningún cartel de este festival fue jamás motivo de debate, con un tráfico de miles de personas y casi doscientos comentarios.
Así y todo, algunos entendieron que hice mal en proponer el debate y que iba con la intención de hacer daño al pintor y al festival. No sé por qué siempre que escribo algo sobre Antonio Mairena o su festival, se piensa que voy con la intención de hacerles daño, porque no es cierto. Sí lo es que siempre he sido muy crítico con el mairenismo o con cierto sector de esta corriente flamenca, pero nada más. También fue muy crítico Antonio Mairena con lo que no le gustaba del flamenco y no pasó nada.
Antonio Parrilla, Antonino, es un gran pintor sevillano, criado en el barrio de San Julián –barrio flamenco donde los haya–, que se afincó en Mairena del Alcor, donde tiene una hermosa finca que Rancapino Chico eligió para la grabación de una obra discográfica que saldrá seguramente después del verano. Como pintor y ceramista, Antonio es de los grandes artistas sevillanos. Y como aficionado al flamenco es indiscutible.
Por tanto, que un artista de su categoría haga el cartel del Festival de Mairena es muy importante, sobre todo en unos tiempos en los que se le encarga un cartel a cualquiera. Precisamente soy muy crítico con la cartelería flamenca, y lo soy porque tengo una importante colección y sé más o menos de lo que hablo. Me interesa mucho este asunto y enfermo cada vez que me llega el cartel de algún festival y veo que es un mamarracho.
El de Parrilla es una gran obra pictórica, digamos desde el punto de vista técnico, aunque reconozco que me costó trabajo entender esa cara del maestro que pillaba todo el cartel. Y también lo de las mariposas, las libélulas, las burbujas… Es como vio el artista el encargo de conmemorar los treinta y cinco años de la muerte del maestro del cante, y el hecho de que el festival vaya dedicado a la Bienal de Flamenco de Málaga, una ciudad en la que Antonio Mairena tuvo cierto predicamento y grandes amigos. En mi muro de Facebook hay opiniones para todos los gustos, unas a favor y otras en contra de la obra. Y esto es bueno, porque de los debates salen a veces buenas ideas.
Sobre todo es una obra muy de Antonio Parrilla, lo cual es de agradecer. Como me gusta la pintura, lo que agradezco a los pintores o las pintoras es que en sus obras muestren cierta coherencia con lo que pintan. Más o menos lo que pienso de los artistas en general. Y Antonio Parrilla no es solo un gran pintor desde el punto de vista técnico, sino un artista, una persona coherente con su manera de ver la vida y el arte. En sus obras están Sevilla y sus tradiciones, como no podía ser menos. Y en el cartel mairenero, el protagonismo de Antonio Mairena, con esa cara que lo ocupa todo y que hace que lo demás no tenga importancia o no tanta. En lo que nos interesa, que es el flamenco, Mairena del Alcor es Antonio Mairena.
En una interesante entrevista a Parrilla en un diario sevillano, decía que el artista tiene que romper para dedicarse al arte. Estamos de acuerdo con el maestro, aunque el cartel de marras arriesgue poco.