Durante el último cuarto del siglo XX, la guitarra flamenca tiene asentado y conformado su formato solista, al que se le añaden elementos de otros géneros musicales. Su fama internacional va en auge. Con un elenco de guitarristas que vienen desde Juan Serrano, Pepe Martínez o Andrés Batista, con Serranito como puente, hasta los más jóvenes como Vicente Amigo o Juan Manuel Cañizares. Sin olvidar a los maestros Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, a los que dedicaremos un próximo artículo. Es imposible elaborar una nómina tan extensa de guitarristas en un artículo, por lo que pedimos disculpas por los que se puedan olvidar.
Sin perder la esencia del tocaor para el cante o el baile, estas generaciones lograron llevar la guitarra flamenca de concierto a su máxima expresión. Sin embargo, la constante búsqueda de nuevos elementos deriva en nueva formas como el grupo músico-instrumental. Sirva como ejemplo el famoso sexteto de Paco de Lucía. Pero esta expansión se acerca a nuevos géneros y culturas musicales, nuevos mercados y nuevos públicos.
En este espacio temporal la guitarra flamenca entra en una búsqueda del virtuosismo. Se amplía el horizonte musical del flamenco. Evolucionan las escuelas guitarrísticas. E incluso hay una preocupación mayor por la parte pedagógica de la guitarra. Hay un ampliación de procesos modulantes, aunque desde el respeto a lo flamenco, debido a la continua búsqueda de nuevas armonías, con utilización de acordes de séptima, novenas o undécimas. Se mueven entre tonalidades para enriquecer las composiciones. Y se amplía el abanico de afinaciones o cordaturas. Además, todos estos aspectos también aparecen en el guitarrista de acompañamiento o tocaor, que incluye más interacción con la guitarra clásica.
Ricardo Miño, esposo de la bailaora Pepa Montes y padre del pianista Pedro Ricardo Miño, es un ejemplo claro. Aunque perteneciente a la generación anterior, su influencia es notoria. Su discografía comienza en en los setenta. Con discos en solitario como Puerta de Triana o Jacaranda, y trabajos con Gualberto García, músico de sitar. Ricardo es un nexo entre generaciones, ya que pasa de acompañar a grandes como Niña de los Peines, Pepe Pinto, Marchena, Antonio Mairena, Fosforito, Manuela Vargas, La Paquera o Enrique el Cojo a todo el elenco actual de artistas flamencos, aparte de sus conciertos solistas. Obtiene el premio Manolo de Huelva en 1971. Y en la actualidad ha presentado un espectáculo en la Bienal de Sevilla.
«En este espacio temporal la guitarra flamenca entra en una búsqueda del virtuosismo. Se amplía el horizonte musical del flamenco. Evolucionan las escuelas guitarrísticas. E incluso hay una preocupación mayor por la parte pedagógica de la guitarra. Hay un ampliación de procesos modulantes, aunque desde el respeto a lo flamenco»
Desde la escuela sevillana afloran figuras con un peso importante en la guitarra flamenca de concierto: maestros como Niño de Pura, Manolo Franco o Rafael Riqueni. En ellos se aprecia la depuración de la técnica guitarrística al servicio de la expresión. Cada uno desde su estilo más personal hace acopio de elementos para transmitir su verdad a través de la guitarra. Son guitarristas que conocen el cante, elemento que da consistencia a su toque solista. A ellos hay que unir los nombres de Enrique de Melchor, Manolo Domínguez o Quique Paredes. Guitarristas con influencia en las generaciones actuales. Sus obras son de estudio en las diferentes escuelas y conservatorios. Y en todos ellos converge la figura del guitarrista completo, es decir, conocen el oficio de tocaor y el de guitarrista de concierto.
Desde otros enclaves geográficos sorprenden guitarristas con alto grado técnico y conocimiento del instrumento. Desde Jerez irrumpen Gerardo Núñez y Manuel Parrilla. Ambos son guitarristas solicitados por los diferentes cantaores y cantaoras de su tierra. Núñez, además, destaca por su composición virtuosa, bella y técnica, con obras como Yerma. Además, colabora con músicos de diferentes géneros. Por otro lado, Parrilla destaca por su estilo personal, jondura, creatividad y sentido rítmico.
Otros guitarristas que vienen desde Córdoba son Vicente Amigo, José Antonio Rodríguez y Manuel Silveria. Tras la estela de Juan Serrano, Merengue de Cordoba y Paco Peña, Vicente y Jose Antonio apuestan por la guitarra flamenca de concierto. Ambos cada uno con un lenguaje musical bien diferenciado. Vicente Amigo muestras sus credenciales con un trabajo titulado De mi corazón al aire. Obtiene los principales premios como concertista, además de su faceta como acompañante de El Pele y otros artistas. También destaca su trabajo como compositor y productor. Mientras José Antonio Rodríguez, con Manhattan de la Frontera, obtiene el reconocimiento del mundo del flamenco, premios importantes, compone música para diferentes espectáculos y bandas sonoras, tanto para guitarra como para guitarra y orquesta. Aparte, colabora con artistas de diversos géneros flamencos y no flamencos. Por otro lado, Manuel Silveria se afianza como tocaor. Acompaña a figuras como Fosforito, El Pele, Mariana Coronejo o Julián Estrada, entre muchos. Pero destaca también por su labor docente en conservatorios de la geografía andaluza. A la escuela cordobesa pertenecen también Paco Serrano y Luis Calderito. Este último, escudero de maestros como Juanito Valderrama y Curro de Utrera.
Un nombre indispensable en esta época, por su aportación y repercusión, es José Fernández Torres Tomatito. Además de su dilatada carrera como acompañante de Camarón de la Isla, su carrera en solitario toma auge poco a poco, con sello propio y un toque flamenquísimo. El guitarrista almeriense es un referente. Premiado con un Grammy, interactúa con artistas del panorama flamenco, jazzístico o latino a lo largo de su carrera, sin dejar atrás sus recitales en solitario. Otro nombre almeriense del que hablaremos más adelante es Niño Josele.
Hay que destacar las figuras de los onubenses Juan Carlos Romero y José Luis de la Paz. Ambos con un sello muy personal, han acompañado a todo el elenco de artistas flamencos de su época. De la Paz desarrolla su carrera desde Norteamérica. No obstante, fue compositor musical de la Compañía de Cristina Hoyos, además de sus discos en solitario. Juan Carlos Romero, con varios discos en solitario, trabaja con Manolo Sanlúcar durante años en composiciones como Medea o Soleá. También desde Cádiz se presenta José María Bandera. Su carrera, muy ligada a Paco de Lucía. De hecho, junto a Cañizares y Paco trabaja en Solo, Dúo, Trío. Aparte de sus composiciones para el Ballet Nacional o el Ballet de Sara Baras.
«Definitivamente, la guitarra flamenca toma un impulso enorme en esta época. Muchos son los aportes que contribuyen a su engrandecimiento. Desde las diferentes escuelas se realzan estilos afianzados e identificativos»
Miguel Ángel Cortés sigue la estela de su hermano Paco Cortés. Ambos tienen una dilatada carrera como acompañantes de Mariquilla, Manolete, Mario Maya, Enrique Morente o Carmen Linares. Paco, más tradicional, compagina sus galas como tocaor acompañante con la docencia, que hasta hace poco ejerce en la Fundación Cristina Hereen. Por otro lado, Miguel Ángel saca varios discos en solitario. Es solicitado por Arcángel y Esperanza Fernández. Y actualmente lo compagina con un proyecto extraordinario junto al guitarrista clásico José María Gallardo. Con dos obras como Lo Cortés no quita lo Gallardo y Albéniz Flamenco. Destacamos al granadino Miguel Ochando. Un guitarrista con una dilatada carrera como acompañante de primeras figuras, con varios trabajos en solitario y con una importante labor didáctica. La familia Carmona Habicuela sigue su legado. Tras Juan y Pepe, ahora son sus descendientes los que continúan ese camino. Principalmente Josemi Carmona, Juan Carmona y Juan Habichuela Nieto.
Fuera de las fronteras andaluzas apreciamos una escuela catalana con los hermanos Rafael Cañizares y Juan Manuel Cañizares junto a Chicuelo. Rafael Cañizares se centraría en la docencia. No obstante, acompaña a su hermano en los inicios. Juan Manuel Cañizares estudia en los conservatorios de Sabadell, Terrasa y Barcelona. Pronto se alzaría con premios de enjundia, como el de Jerez de 1982. Trabaja con Paco de Lucía, además de artistas y grupos del panorama musical internacional. Compone para el Ballet Nacional y alguna banda sonora. Entre sus trabajos cuenta con discos flamencos y trabajos sobre Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Enrique Granados. También realiza composiciones propias para guitarra y orquesta. Chicuelo se forma en las peñas de su entorno. Entra en el Tablao de Carmen de Barcelona junto a Mario Escudero, Angelita Vargas, La Yerbabuena, Antonio el Pipa o Joaquín Grilo. Tiene varios discos en solitario y realiza una labor didáctica interesante. Chicuelo trabaja con innumerables músicos nacionales e internacionales.
Otro lugar importante es Madrid. Desde la década de los setenta irrumpe en el panorama guitarrístico la escuela de Caño Roto, fundada por Aquilino Jiménez El Entri. Una escuela que se basa en el conocimiento y dominio técnico de la guitarra, en el acompañamiento al cante y al baile, y con una actitud perfeccionista. Una escuela rodeada de grandes guitarristas como su fundador, Ramón Jiménez, El Viejín, Jesús de Rosario, Kilino Jiménez o David Cerreduela. Destacamos de Madrid a la Familia Losada, a Felipe Maya y su hijo Jerónimo Maya. Otro guitarrista es Agustín Carbonell El Bola, que tiene parentesco con artistas como Sabicas o el Güito.
Definitivamente la guitarra flamenca toma un impulso enorme en esta época. Muchos son los aportes que contribuyen a su engrandecimiento. Desde las diferentes escuelas se realzan estilos afianzados e identificativos. Ejemplo de esto mencionamos a los guitarristas Jose Manuel Cano e hijo de Manuel Cano, José Luis Montón, Óscar Herrero, Carlos Piñana y Rosendo Fernández.
Es en este espacio temporal en el que se acoge por muchos guitarristas el modelo establecido por Paco de Lucía. Donde un guitarrista hace varios temas solos y luego incorpora la percusión, el cante, el baile, el bajo y algún que otro instrumento. Este modelo de grupo permite interacciones novedosas de guitarra y otros instrumentos o guitarra y orquesta. La incorporación de instrumentos de vientos como flauta travesera, saxofón, trompeta o armónica. El estudio del piano flamenco se amplía. Y se cuida mucho la relación de ritmo, melodía y armonía para que todo confluya en una obra musical y expresiva. La guitarra toma un camino excepcional del que generaciones futuras se alimentan para transmitir la música que cada uno lleva dentro.