Antonio Francisco Serra es guitarrista, concertista y profesor de la guitarra clásica y flamenca. Nace en la localidad barcelonesa de Vilafranca del Penedés en el año 1921. Y su fallecimiento se produce en Barcelona en 2002. Es un profesor de guitarra muy reconocido en Barcelona durante el último tercio del siglo XX. Serra imparte su docencia y su pedagogía tanto a músicos y concertistas como a profesores y pedagogos. Entre ellos destacamos los guitarristas flamencos Andrés Batista y Manuel Granados o el guitarrista clásico y profesor Juan Mario Cuéllar.
El maestro Serra empieza, a los 7 años de edad aproximadamente, el estudio de la guitarra de la mano de su padre. En su etapa formativa se forma con Miquel Llobet, Emilio Pujol y Francisco Alfonso. Lleva a cabo su formación entre el Conservatorio del Liceu y la Escuela Municipal de Música de Barcelona. En 1934 debuta en la Sala Mozart con su primer concierto. Al año siguiente ofrece un recital en el Palau de la Música. Pero debido a la explosión de la Guerra Civil Española sus apariciones artísticas fueron más esporádicas. Y la figura de Antonio Francisco Serra, aunque estaba más identificada con la guitarra clásica, nunca dejó de colaborar con el flamenco. Aunque sus primeras apariciones profesionales las realiza dentro del seno familiar de los gitanos catalanes, influenciado por su padre, que es quien le enseña a tocar en estos ambientes.
Destacan su primer recital en la Sala Mozart, el concierto de vihuela ofrecido junto a Magda Espinet durante los años cuarenta y los recitales sobre la música de Francisco Tárrega de los años cincuenta y sesenta en la Sala Tracacho de Barcelona. No obstante, lo aprendido junto a su padre, que lo acerca a la guitarra flamenca, le sirve para fomentar su admiración hacia el instrumento. Su formación clásico-flamenca se pone de manifiesto en el seno familiar, aunque se supone que en 1953 su actuación en el homenaje al Principe Gitano sería a través de piezas flamencas.
«En el maestro Antonio Francisco Serra, tanto en la guitarra de concierto como en la pedagogía musical, confluyen la unión entre la guitarra clásica, más académica y artística, con la guitarra flamenca, más salvaje y popular. Pero por diversos factores no tiene el reconocimiento que debiera, sobre todo dentro del mundo guitarrero flamenco»
Es en la década de los cincuenta en la que Antonio Francisco Serra se traslada a París. Desde allí adquiere importancia internacional. Este hecho viene avalado por un trabajo discográfico editado en 1950, donde interpreta obras clásicas. Su fama internacional le llevó, además de ser un asiduo de los circuitos clásicos de París, a realizar giras internacionales por Europa, norte de África o Japón. Estas giras que compaginaba entre la guitarra clásica y flamenca hacen que le asignen una plaza como profesor en el Conservatorio de Luxemburgo, en su sede de París.
En lo que respecta a la guitarra flamenca, Serra se formó junto a su padre, además de escuchar con atención la discografía. No se le conocen contactos con otros guitarristas flamencos ni de Barcelona ni de otros puntos geográficos. Su aportación a la guitarra flamenca va más en la línea de la guitarra solista de concierto que en la de acompañamiento al cante o al baile. El principal contacto es su sobrino Andrés Batista, al que sus enseñanzas le asentaron una base y una disciplina guitarrística que lo llevaron a convertirse en una de las figuras más notables de la guitarra flamenca del siglo XX.
A Andrés Batista es el maestro Serra quien le inicia en el conocimiento de la armonía y la composición, le complementa aspectos importantes de la teoría de la música y además le aconseja que escuche discos flamencos para su formación en el acompañamiento al cante. Discos como los de Ramón Montoya a Antonio Chacón, Miguel Borrull (hijo) a José Cepero o a Manuel Vallejo; Niño Ricardo a Juan Varea y Canalejas de Puerto Real; Melchor de Marchena a La Niña de los Peines, Manolo Caracol y Antonio Mairena. Y le aconseja que se aprenda el ritmo, las falsetas, las melodías, los diferentes acompañamientos y que analice los diferentes aspectos según quien lo cante o lo toque.
Este hecho resulta sorprendente en cuanto que la carrera de Antonio Francisco Serra en lo referente a la guitarra flamenca se inclina hacia la guitarra de concierto. Sobre todo con la relación que tiene con su sobrino Andrés Batista, por sus giras y sus grabaciones. Los dúos grabados entre Serra y Batista ofrecen algo diferente a otros. El dúo formado entre tío y sobrino interpreta su repertorio entre lo clásico y lo flamenco. A diferencia, por ejemplo, del dúo Sabicas y Escudero, que su repertorio era flamenco. El dúo Serra Batista tiene una buena acogida por los diferentes escenarios que visitan. Además del trabajo discográfico Punteo Flamenco, de 1963, desarrollando musicalmente temas por garrotín, farruca, alegrías y un zapateado.
Cabe destacar que a finales de los sesenta, en una gira realizada por Japón en 1968, realizan un repertorio dividido en una primera parte clásica que incluye un dúo final, contrastando con una segunda parte donde el dúo final transcurre a través de los toques de la farruca y el garrotín. Durante la estancia en Japón elaboraron una obra con temas populares japoneses denominada Sentimiento Poético de Japón para guitarra flamenca (Poetic sentiment of Japan with flamenco guitar). Este trabajo discográfico está compuesto por doce temas musicales, ocho de ellos son versiones adaptadas para dos guitarras de clásicos populares del folclore japonés. En el trabajo discográfico de 1963, Punteo Flamenco, recrea a dos guitarras toques clásicos como las alegrías de Sabicas Campiña Andaluza, la farruca de Andrés Batista Lamento de Lagunilla, el garrotín también de Andrés Batista Aires Calés o el zapateado de Esteban de Sanlúcar Perfil Flamenco. Este último zapateado lo incluirían años más tardes en el disco Sentimiento Poético de Japón para guitarra flamenca.
«Queda en Antonio Francisco Serra el reconocimiento del mundo de la guitarra catalán, ya que su legado se asienta como una de las raíces de la guitarra de concierto flamenca, principalmente en Cataluña. Se le reconoce su obra basada en la progresión del aprendizaje y una normalización de la escritura flamenca del toque»
En la trayectoria profesional de Serra, y en relación con la guitarra flamenca, destaca también por su labor pedagógica junto a sus publicaciones didácticas. Aparte de los retirados como Andrés Batista, que le legó parte de sus enseñanzas al guitarrista Javier Conde. Otros destacados alumnos de Serra son Manuel Granados, en guitarra flamenca, y Joan Planas Pahissa, en guitarra clásica. Imparte su docencia en los años setenta y, tras su vuelta a Barcelona, publica cuatro métodos de guitarra. Deja un legado escrito con una obra orientada a la guitarra clásica y tres obras didácticas enfocadas a la guitarra flamenca. Estos métodos tienen dos ideas principales. Por un lado, que el proceso de enseñanza–aprendizaje sea progresivo y constante, y por otro lado que la escritura musical de las técnicas flamencas se formalizara.
Hablando de los métodos, vemos en 1979 la publicación del primer Guitarra Flamenca. Iniciación para sus toques en música y cifra. En 1984 publica un método de guitarra clásica que no sigue su doctrina progresiva, ya que está enfocado para el alumno de nivel técnico avanzado. Pero en 1992 salen a la luz dos métodos con su concepto gradual del aprendizaje. Son Introducción a la guitarra flamenca. Ejercicios de iniciación técnica y Guitarra flamenca. Metodología y técnica. Sus publicaciones están avaladas por grandes maestros de la guitarra flamenca, ya que tanto Mario Escudero como Sabicas redactan unos comentarios a modo de introducción para su obra de 1979. Y dice así: “Llenan absolutamente la laguna que hasta la fecha teníamos sobre la escritura musical del ‘Rasgueo flamenco’, así como la forma de tratar algunas variaciones… La justeza y precisión en que es expuesto el sentido del ‘rasgueo’, permite interpretarlo correctamente aventajando a todo cuanto se ha escrito sobre esta materia”.
En el maestro Antonio Francisco Serra, tanto en la guitarra de concierto como en la pedagogía musical, confluyen la unión entre la guitarra clásica, más académica y artística, con la guitarra flamenca, más salvaje y popular. Pero por diversos factores no tiene el reconocimiento que debiera, sobre todo dentro del mundo guitarrero flamenco. Serra es de los primeros guitarristas que publica un método de guitarra flamenca basado en la progresión técnica junto a una exhaustiva escritura musical cercana a las técnicas flamencas. No obstante, el desconocimiento por parte de gran parte de la afición guitarrera de los métodos escritos para el aprendizaje de la guitarra flamenca hizo que el maestro Serra pasara casi desapercibido por parte del gran público. Pero es de agradecer a sus alumnos directos Manuel Granados y Andrés Batista que continuaran con difusión y transmisión del legado del maestro Serra a los alumnos, y las nuevas generaciones. Queda en Antonio Francisco Serra el reconocimiento del mundo de la guitarra catalán, ya que su legado se asienta como una de las raíces de la guitarra de concierto flamenca, principalmente en Cataluña. Se le reconoce su obra basada en la progresión del aprendizaje y una normalización de la escritura flamenca del toque.