A Rafael Chaves, por su generosidad.
Y a Antonio Cristo, por sus búsquedas en El Puerto de Santa María.
En agosto de 2024 llamé por teléfono a Antonio Cristo, gran aficionado al flamenco y meticuloso investigador portuense. El motivo fue una intuición que tuve sobre la desconocida identidad de la cantaora Teresa –o Teresita– Mazzantini. El barrunto se demostró fallido… aunque no del todo.
José Blas Vega, en Vida y cante de don Antonio Chacón (Ayto. de Córdoba, 1986, pág. 75), escribe de ella:
Para unos sobrina y para otros hija natural del torero Luis Mazzantini. Teresita se apellidaba Auseda, Oseda o Uceda y era del Puerto de Santa María. Vino a Madrid donde se casó con el Pollo Sanabria, siendo protegida por Adrián, el de Los Gabrieles. Muy buena cantaora por siguiriyas y soleares, aportando su personalidad. Oír sus soleares cantadas por Mairena, en La gran historia del cante gitano andaluz.
Aunque no lo dice ahí, también se ha afirmado que era gitana. Como entre los calés del Puerto abunda el apellido la O y también hay muchos gitanos de la zona apellidados Seda (con sus variantes de las Heras, Laseda y las Eras), sospeché que el nombre completo de la cantaora podría ser Teresa de la O Seda. Esto concordaría con el supuesto Oseda/Uceda al que aludía Blas Vega, información dada seguramente por Pepe el de la Matrona, que la conoció en Madrid.
La llamada a Antonio Cristo era para que me hiciera el favor de buscar en los archivos parroquiales del Puerto de Santa María a una mujer llamada así, en la horquilla de años en la que estimaba que pudo haber nacido: entre 1865 y 1875. No encontró nada.
Pocos meses después, el 5 de noviembre de 2024, mi amigo Rafael Chaves publica una entrega en su más que recomendable blog Aventureros del flamenco titulada Currito el de la Jeroma y su linaje flamenco. Suele ser Chaves prolijo en informaciones para no dejar cabos sueltos en sus argumentaciones. En una parte del artículo se desvía para tratar de nuestra cantaora y da con datos cruciales para lo que nos trae aquí. Así, en el padrón del Ayuntamiento de Madrid de 1920, descubre que en la calle de San Vicente Alta vive de alquiler Luis Mazzantini Eguía (que, según consta, nació en el pueblo guipuzcoano de Elgóibar el 10 de octubre de 1856, siendo ambas afirmaciones verdaderas) junto a Teresa Loreto Seda, nacida en Jerez el 6 de marzo de 1873, apuntes que también debemos suponer ciertos. Llevan 40 y 20 años, respectivamente, viviendo en Madrid. Él, de 64 años, aparece como viudo y empleado de la Dirección General de Seguridad, y ella, con 47 años y soltera, ocupada en «sus labores», y reza como «cabeza de familia». ¿Tenemos ya el nombre y apellidos de la misteriosa Teresita Mazzantini? Es casi seguro que sí.
La primera pregunta que surge es: ¿podría ser esta Teresa Loreto Seda hija natural del torero? Dados los 16 años y medio que los separan sospecho que es bastante improbable. Luego abundaremos en ello.
Tampoco fue su sobrina, como demuestra Antonio Cristo en la entrada Teresa Mazzantini. Cantaora. Su parentesco con los Mazzantini, publicada en el 23 de abril de 2016 en el blog Gente del Puerto.
Por otra parte, el matrimonio que Blas Vega le atribuye con el Pollo Sanabria no cuadra, al menos hasta 1920, fecha del padrón, pues permanece soltera. Pudo ocurrir, eso sí, que antes de vivir con Mazzantini estuviera emparejada con él pero sin casarse.
El torero Luis Mazzantini
José Luis Mazzantini y Eguía fue un singular torero de finales del siglo XIX y principios del XX. Era hijo de Giuseppe Mazzantini Vangucci, nacido en Pistoya (Toscana), y de Bonifacia Eguía Eguino, de Elgóibar (Guipúzcoa). Giuseppe vino a España a trabajar como ingeniero para la empresa que construyó el ferrocarril entre Bilbao y Santander. Más tarde, entre 1867 y 1870, la familia vive en varias ciudades francesas e italianas, en las que Luis aprende italiano y francés.
Como es bien sabido, para consolidar la Gloriosa, el 2 de enero de 1871 comienza en España el reinado de Amadeo de Saboya. Con él viene David Marchino, que pasará a ser inspector general de Servicios de las Reales Caballerizas. Este Marchino era amigo de Giuseppe Mazzantini y consigue que su hijo Luis, de 14 años, sea contratado como mozo de cuadra de primera clase para el cuidado de los caballos de tiro del nuevo monarca. El salario anual de 912,50 pesetas no era mal sueldo para la época.
Pero la suerte se torció. En una pequeña biografía que firma un tal Latiguillo en 1900 (Glorias taurinas hispanoamericanas: Luis Mazzantini, pág. 6) leemos:
La marcha del príncipe de la Casa de Saboya á su país [1873] dió al traste con el cargo que el joven Luis desempeñaba, y como carecía de bienes de fortuna y era preciso ganar el sustento con el sudor de la frente, Mazzantini, previo examen, entró á desempeñar las modestas funciones de factor telegrafista en las compañías de ferrocarriles del Mediodía y de Ciudad Real á Badajoz.
El reinado de Amadeo de Saboya acaba el 11 de febrero de 1873, justo 23 días antes de que naciera la Teresa Loreto Seda que aparece en el padrón. Es difícil imaginar, pues, a un joven de 15 años, ocupado con los caballos del rey en Madrid, que fuese hasta Jerez a mantener relaciones con una mujer gitana. Así, por lógica, debemos descartar que la jerezana Teresa Loreto Seda fuese hija natural de Luis Mazzantini.
Los padres de Luis no pudieron ofrecerle una gran formación a su hijo, pero al menos obtuvo en Madrid el título de bachiller en Artes en 1874. El trabajo en los ferrocarriles era duro y él tenía vocación de artista, como demuestra su pertenencia a compañías ambulantes de teatro por Castilla. Pero, en verdad, el arte que le llama es el toreo, un arte en el que, además, si se triunfa, se gana bastante dinero.
A los 22 años, Luis Mazzantini se casó con Concepción Lázaro Sánchez, de Alcalá de Henares y, a los pocos meses, para enojo de ella, comienza su carrera taurina. La primera vez que se anuncia en los carteles fue el 27 de octubre de 1879, en una becerrada benéfica.
Estando en activo como torero, fue empresario de la plaza de toros de Madrid. Vestía de una forma nada corriente para los toreros de la época, hasta tal punto que puso de moda bastones, sombreros y levitas conocidos como mazzantinis. Era todo un personaje. Varios compositores le dedicaron obras musicales en forma de malagueñas, mazurkas, sevillanas, pasacalles, pasodobles y polkas.
Y también seguidillas, como las que le escribió su paisano José Lubet y Albéniz con estas letras del gaditano Manuel Grosso Romero Cosquillas:
Tiene Luis Mazzantini
tanto salero
que es la flor y la nata
de los toreros.
Tres pases en redondo,
uno cambiando,
cuatro por la derecha
y seis por alto.
De esta manera
cita a la res
y la tumba en la arena
de un volapié.
Cuando sale a la plaza
con la cuadrilla
las mujeres aplauden
su simpatía.
En Madrid, en Valencia
y Andalucía
cuenta las ovaciones
por las corridas.
Cambia el trapo de lujo
por el de brega
y olvidando el peligro
se va la fiera.
Con el estoque tiene
finura y arte
y es un retrato vivo
de Costillares.
Con sangre fría
y abnegación
siempre salva la vida
del picador.
Mucha destreza,
poco temor,
esto es ser un torero
de corazón.
También fue amigo del escultor valenciano Mariano Benlliure, gran aficionado a los toros. Su bisnieta Lucrecia Enseñat Benlliure, directora del Archivo Benlliure, escribe:
En una de las corridas de la Feria de Julio de Valencia de 1895, Mazzantini le brindó uno de los toros a Benlliure, que en agradecimiento ofreció al matador modelar su busto, y antes de que finalizara el año se fundió en bronce en la Fundición Artística Masriera y Campins de Barcelona, figurando en la Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de la ciudad condal del año siguiente.
(…)
En ese mismo periodo, don Mariano trabajaba en el Monumento al Marqués de Larios para Málaga, monumento en el que acompaña a la estatua del marqués con otras dos en la parte baja del pedestal: una matrona que alza un niño en sus brazos y una atlética figura masculina, Alegoría del Trabajo, para la que utilizó como modelo a su buen amigo Mazzantini. Esta obra es también deudora del clasicismo, con un posible antecedente en el Doríforo de Policleto.
No es lugar para entretenernos más en la fascinante personalidad y la carrera artística de don Luis Mazzantini –el don lo obtuvo por el título de bachiller–, pero cabe decir que su trayectoria como torero fue exitosa en la mayor parte. Duró un cuarto de siglo, pues se vistió de luces por última vez el 8 de marzo de 1905, en Guatemala. Seis días más tarde falleció su esposa en México. No dejaron hijos. Tomás Mazzantini, hermano y subalterno suyo, que se retiró el mismo día, le cortó la coleta al diestro ante el cadáver de su esposa. Sobre este triste episodio le contaba don Luis al Caballero Audaz, pseudónimo del periodista José María Carretero:
Acabada la fiesta, corrí a México y llegué a tiempo de poder dar el último beso a la idolatrada compañera de mi vida y ante su cadáver me corté la coleta y ceñí con mi trenza la muñeca derecha de la difunta. Sepultada está con ella.
Mazzantini conocía el cante flamenco. Antonio Barberán, en su imprescindible blog Callejón del Duende, publica la noticia de una fiesta en la que el diestro acompaña el cante con la guitarra y, seguramente, le vino a la cabeza en ese momento la famosa letra por seguiriya, pero con los papeles cambiados:
Cuando yo me muera
te pido un encargo,
que con las trenzas de tu pelo negro
me amarren las manos.
Después de despedirse de los ruedos fue empresario del Teatro Real y comenzó una nueva etapa, la de la política, vinculada al Partido Conservador de Eduardo Dato. Primero fue concejal y, luego, teniente de alcalde de Madrid, por el distrito de Chamberí. Más tarde fue gobernador civil de Guadalajara (entre agosto y diciembre de 1919) y de Ávila (entre diciembre de 1919 y junio de 1920). Eso significa que aun censado en Madrid estaba empleado como gobernador en las provincias citadas. Sobre este cargo político se cuenta una anécdota. Cuando al tomar el cargo un periodista le preguntó cómo era posible que un torero llegase a ser gobernador, él respondió: «Degenerando, degenerando».
En la entrada que la Real Academia de la Historia le dedica se dice que «finalizada su etapa en la política, y una vez que le retiraron la pensión de antiguo gobernador civil, llegó incluso a tener problemas económicos». Eso hubo de ser después de 1920, año del mentado censo madrileño. Quien fuera conocido como el señorito loco y el rey del volapié falleció el 23 de abril de 1926 en Madrid de un fallo cardíaco, con 69 años.
En su época de esplendor social y económico, posiblemente a finales del siglo XIX, Mazzantini adquirió en El Puerto de Santa María la Villa Concepción, llamada así por su esposa. Como informa Antonio Cristo, en 1911 Luis Mazzantini aparece empadronado en esa propiedad, también conocida como Recreo de la Concepción y, más tarde, Recreo de Mazzantini.
El 25 de enero de ese año aparece el primer número de ¡Adelante..! (revista decenal ilustrada de ferrocarriles), de la que es director y propietario. La fama y la política no le hicieron olvidar sus orígenes ferroviarios.
Teresa Loreto Seda
Benjamín Bentura Remacha, en Amores y desamores toreros (Los sabios del toreo, 2004, págs. 77-78), cuenta sobre el diestro vasco:
Bueno será referir algunas circunstancias de la vida sentimental de don Luis. Y la primera cita se refiere a El Puerto de Santa María, a su plaza de toros y lo que en el libro recomendado se considera como escenario de la alternativa del de Elgóibar. En realidad fue un anuncio equivocado de la nueva empresa del coso portuense que incluía a Juan Ruiz «Lagartija», torero de alternativa, y los novilleros Antonio Ortega «Marinero», de la saga de los «Lillo» y Luis Mazzantini que, según los pasquines, iba a tomar la alternativa el día 5 de julio de 1883, cuando en realidad se la concedió «Frascuelo» el 13 de abril de 1884 en Sevilla y se la confirmó en Madrid «Lagartijo» a los pocos días, el 29 de mayo. No hubo, pues, alternativa en El Puerto de Santa María, pero en aquel verano del 83 el torero se quedó por la provincia de Cádiz y toreó en varias plazas. El alejamiento de su esposa Concha, la soledad y la belleza de las mujeres gaditanas dejaron más que huella en el corazón sin que renunciara al amor de su esposa pese a que dicen que tuvo amores con la gitana Teresa Uceda y hasta que le dio su única hija, también Teresa y apellidada Mazzantini.
Descartado ya el apellido Uceda –que este autor toma de Blas Vega–, lo último que dice no lo he podido verificar. Tampoco cita de dónde le viene tal información. Además, si sus fuentes fueron orales serían muy remotas y, por tanto, poco fiables. Desde luego que aunque no aparezca en el padrón de 1920 una mujer llamada Teresa Mazzantini no invalida lo que dice Bentura. El torero y Teresa Loreto Seda podrían haber tenido una hija años atrás y que fuera ya lo suficientemente mayor para que no viviera con ellos. O que hubiera fallecido de niña. Habrá que investigar sobre ello.
Es bastante probable que en su finca del Puerto pasara temporadas Teresa, a la que, según hemos visto, encontramos viviendo poco después con el antiguo torero en Madrid. De ahí puede que venga la vinculación de la jerezana con el Puerto de Santa María. Antonio Cristo volvió a buscar, a instancias mías, a una Teresa Loreto Seda nacida en el Puerto y no hubo éxito.
Asimismo, hay que decir que Tomás Mazzantini está enterrado en esta localidad gaditana, donde falleció el 25 octubre de 1919. Allí pasaba temporadas con su hermano. Tomás estaba vinculado al mundo del flamenco, pues junto a Bernardo Hierro –banderillero de la cuadrilla de su hermano Luis– abrió en 1909 en Madrid el Café Fornos, en su segunda etapa, según contaba Pepe el de la Matrona (Recuerdos de un cantaor sevillano, 1975, págs. 79-80), donde es posible que actuara Teresa Mazzantini.
¿Y de Teresita qué podemos decir? Acudo de nuevo a los hallazgos de Rafael Chaves, quien localiza en un padrón de Sevilla de 1895 a una Teresa Loreto y Seda, de Jerez, con 23 años y soltera. Esta edad varía un año con la de la Teresa que vive con Mazzantini en 1920 en Madrid. Pero hay que tener en cuenta que en este padrón no dan fechas de nacimiento, con lo cual es posible que haya errores, cosa bastante frecuente.
Como puede verse, los padres de Teresa Loreto y Seda son Manuel y Ana, también de Jerez. En la época de este padrón su madre, Ana Seda Antúnez, aparece casada y viviendo con Juan Vargas Jiménez Juan el de Alonso, quien, cuatro años más tarde, sería el padre del gran tocaor Currito el de la Jeroma. El difunto padre de Teresa fue Manuel Loreto Vargas, hermano de Tomasa –madre de Manuel Torres– y de Joaquín Lacherna, quien, como es sabido, fue creador de un cante por seguiriyas.
Es bastante probable que esta Teresa sea la que aparece viviendo en Madrid con Mazzantini 25 años después. Si es así, Teresita Mazzantini resultaría ser prima hermana de Manuel Torres. Pero no sigamos por ahí pues si no van a salir parientes artistas por todos lados. Centrémonos en el cante, que es de lo que queríamos tratar… Pero de eso nos ocuparemos en la siguiente entrega.