El viernes 14 de febrero a las 19 h, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga, se le entregó a don Antonio Fernández Díaz Fosforito la Medalla de la Ciudad de Málaga y también recibió el nombramiento de Hijo Adoptivo de la ciudad. La propuesta vino de la concejala Teresa Porras y la Peña Juan Breva, y fue aprobada –¡oh, sorpresa!– unánimemente por todos los grupos políticos del ayuntamiento que preside don Francisco de la Torre Prados. Los diferentes portavoces evocaron la carrera de Fosforito y, antes de cederle la palabra al homenajeado, también intervinieron Porras y De la Torre.
Es bien sabido que el gran maestro del cante nació en 1932 en Puente Genil, tierra a la que sigue vinculado y que visita con asiduidad. Como él dijo en su discurso, «nunca falta un Viernes Santo en la Puente para ver al Nazareno».
En una parte de su emotivo discurso hablaba de cuando llegó a Málaga por primera vez, con apenas 14 años:
«En el 46, cuando llegué, aún eran tiempos muy difíciles, a pesar de todo aquí encontré mi “paraíso”, conocí a unas personas del “mundillo” del flamenco, que me acogieron con calidez y me dieron el amparo de su afecto. En Málaga recobré la esperanza y aprendí a caminar con firmeza, fui desarrollando mi pasión por el cante; con lo que iba superviviendo a la par que aprendiendo de los viejos cantaores a los que siempre recuerdo con agradecimiento y cariño».
Como siempre ha sido un aficionado extraordinario, aprendió todo lo que pudo de los artistas a los que fue conociendo a lo largo de su vida en lugares como su Puente Genil natal y Córdoba capital, Cádiz, Sevilla, Málaga, Madrid, Barcelona, Almería… Antonio ha vivido el flamenco en todos sus ámbitos, desde las humildes tabernas hasta los más prestigiosos teatros del mundo, así como en los espectáculos de ópera flamenca, tablaos, peñas flamencas y festivales, donde ha sido primera figura durante décadas.
«Confieso que en mis muchos años viviendo Málaga con mis cinco sentidos (…) la Málaga de nuestros amores, por Dios que nunca imaginé que este viejo cantaor, con la montaña de años en los que vivo iba a tener el privilegio de ser adoptado por una madre tan hermosa. ¡Málaga, te amo!»

No es lugar para detenernos en la vasta obra del maestro pontanés –un libro de próxima aparición dará buena cuenta de ello– pero no está de más recordar la huella que ha dejado en cantes como alegrías, tarantos, soleares, peteneras, tangos, seguiriyas, farrucas y tantos otros. Fosforito sigue siendo una referencia para los cantaores actuales, sobre todo para aquellos que, además de las lógicas facultades para el cante, tienen la suficiente inteligencia para asimilar lo que aprenden sin caer en la tentación de la imitación. Esa ha sido una de las grandes lecciones que ha dejado don Antonio en el flamenco, tener en cuenta que el cante debe estar por encima de las voces de sus intérpretes: “Quédate con el cante, no con la personalidad de quien canta”.
Antonio ha vivido mucho, más que todos nosotros, y ha tenido ocasión de ver romperse familias de compañeros suyos que han llevado una vida desordenada. Quizás por eso su familia ha sido la primera prioridad de Fosforito desde que se casó con Maribel Barrientos, una mujer ejemplar, bailaora del Perchel que lleva junto a él 63 años. Allí estaba ella presente en primera fila, resplandeciente, junto a sus hijos Antonio, Alberto, Alejandro y Raquel, algunos nietos y un bisnietecillo que ha aterrizado hace bien poco a este proceloso mundo. En las palabras que pronunció, Antonio recordó una letra por soleá dedicada a su esposa que tantas veces ha cantado:
Desde el principio del tiempo
antes de que tú nacieras
ya te estaba yo queriendo.
Después de vivir la época dorada de los tablaos en Madrid se afincó en los 70 en Alhaurín de la Torre y ya en los 90 en Málaga capital. La vinculación con esta ciudad es por tanto estrechísima, pues en ella ha vivido mucho tiempo y en ella formó su familia. Terminó su discurso con estas palabras:
«Confieso que en mis muchos años viviendo Málaga con mis cinco sentidos, respirando su pureza, sintiendo la calidez de su gente, viendo su enorme crecimiento, su grandeza, compartiendo afectos con tantos amigos, disfrutando con mi familia de esta Málaga única, abierta a la cultura, la Málaga de los museos, de los poetas, de Picasso, de María Zambrano, la cuna de tantos personajes ilustres, la Málaga de nuestros amores, ¡por Dios! que nunca imaginé que este viejo cantaor, con la montaña de años en los que vivo iba a tener el privilegio de ser adoptado por una madre tan hermosa. ¡Málaga, te amo!».
En este mundo de cambios vertiginosos que tanto desasosiego nos causa, es una suerte tener asideros fuertes a los que agarrarnos. Uno de ellos es Fosforito, quien con su extraordinaria memoria nos sigue alimentando. ¡Enhorabuena, maestro, y larga vida!
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@ayuntamientomalaga El Ayuntamiento entrega hoy la Medalla de la Ciudad y el Título de Hijo Adoptivo al cantaor flamenco Antonio Fernández Díaz ‘Fosforito’. El propio artista lo cuenta. #Flamenco #MedallaCiudadMLG ♬ sonido original – ayuntamientomalaga