A nadie se le escapa que el flamenco en Cádiz, por más que descuellen algunas figuras, no vive sus días más esplendorosos. Sería largo y quizá delicado debatir las causas de la aparente desflamenquización de la Tacita en las últimas dos décadas, ni probablemente sea esta crónica el lugar adecuado para ello. Pero no es menos cierto que donde ha habido mucho fuego siempre quedan rescoldos, y esos son los que toca avivar. Ahora mismo hay en la ciudad toda una generación que ha crecido al calor de Chano Lobato, de Marianita Cornejo, de Santiago Donday, de Gineto y de Juan Villar –el último mohicano de aquella quinta–, y son ellos los llamados a pasar la antorcha a los que vienen. Entre ellos está, y en un lugar nada menor, la bailaora y maestra de bailaoras Pilar Ogalla.
Nadie mejor que ella para ponerse al frente de un proyecto con un nombre tan sonoro como Ballet Flamenco de Cádiz, el mismo con el que se ha presentado en el Festival de Jerez. Un título poético para empezar, Acuarela con sal, que ha resultado ser, lo adelanto ya, una estimulante y dignísima tarjeta de presentación. O algo más: la fehaciente promesa de una nueva etapa que devuelva a la bahía buena parte del esplendor perdido.
Pero vayamos paso a paso. Lo primero, una mala noticia: Ogalla no podrá bailar en esta puesta de largo, al parecer por un problema de salud, y tendrá que resignarse a verlo desde el patio de butacas como una espectadora más. Duro castigo para quien tanto empeño e ilusión habrá puesto en este trabajo, aunque espero de corazón que disfrutara más que nadie viendo alzarse el telón y ver la silueta de su elenco inmóvil, recortado sobre un telón naranja, a lo Saura. Las figuras se van animando lentamente y estallan las alegrías con gran vistosidad de mantones y batas de cola.
«Nadie mejor que Pilar Ogalla para ponerse al frente de un proyecto con un nombre tan sonoro como Ballet Flamenco de Cádiz. Un título poético para empezar, Acuarela con sal, que ha resultado ser una estimulante y dignísima tarjeta de presentación. O algo más: la fehaciente promesa de una nueva etapa que devuelva a la bahía buena parte del esplendor perdido»
Un breve interludio con las tres cantaoras en el centro de la escena continúa con la comparecencia de dos de los primeros invitados especiales de la noche, Juan Ogalla, con esa farruca recia y viril que arranca entre el público encendidos oles, y Andrés Peña con una intensa, extenuante soleá, y ambos vienen a recordarnos que hay más baile flamenco al margen de las escuelas hegemónicas del momento, que no viene al caso mencionar.
El percusionista Roberto Jaén se marca una suerte de rapeo para recordar a Mariana Cornejo y reivindicar la grandeza del tanguillo, al tiempo que desvelan el sentido del título del montaje: el secreto de este palo es hacer con él “su buen majaíto con arena de la Caleta, cómo no, hasta que salga acuarela con sal”. Pero mejor aún se explica poniéndolo en práctica, con un gran Francisco Manuel Lucas a la guitarra.
Una coreografía con los bailaores y las bailaoras dispuestos en sillas, haciendo alarde de sincronización con las castañuelas, da paso a una ronda de martinetes entre las cantaoras –muy bien las tres toda la noche, aunque quizá demasiado próximos sus timbres– y a El Junco, que brinda su baile por seguiriya y bulería por soleá.
A continuación, uno de los mejores números de la noche, una encantadora coreografía por guajira con el joven cuerpo de baile en estado de gracia, para terminar con una sucesión de polo, abandolaos, fandangos y tangos… Y confieso que no sé si me perdí algo, porque en ese momento tuve que coger el último tren para Cádiz, y no es una licencia poética, y escribir esta crónica.
Mi vagón, por cierto, iba lleno de jóvenes y no tan jóvenes, disfrazados o a medio disfrazar, camino del viernes de Carnaval. Sin duda nuestra gran fiesta, aunque me quedé pensando que, sin necesidad de competir con nadie, el flamenco de Cádiz merece también un espacio destacado en nuestro patrimonio cultural. Estoy convencido de que este Ballet Flamenco de Cádiz, con toda la responsabilidad que entraña ese nombre, puede ayudar a abrir una nueva etapa para lo jondo. Lo que bien empieza, ya saben…
Ficha artística
Acuarela con sal, del Ballet Flamenco de Cádiz
XXIX Festival de Jerez
Teatro Villamarta
7 de marzo de 2025
Dirección escénica: Pilar Ogalla
Dirección artística: Andrés Peña
Cuerpo de baile: Carmen Bejarano, Paula Sierra, María Fernández, Inma López, Aurora Carvallo, Jesús Helmo, David Nieto y Nino González
Cante: Reyes Martín, May Fernández, Mª José Fernández
Guitarra: Francisco Manuel Lucas
Palmas y percusión: Roberto Jaén
Artistas invitados: Juan Ogalla, Juan José Jaén “El Junco” y Andrés Peña