Antonio Najarro, al frente de su compañía, rinde homenaje a la mítica bailarina y coreógrafa Antonia Mercé –conocida artísticamente como La Argentina– recreando dos de sus ballets estrenados en París en 1928. Bajo el título La Argentina en París se pone en escena el martes 25 de febrero en el Teatro Villamarta, escenario principal del Festival de Jerez, El contrabandista –partitura de Óscar Esplá– y Sonatina, de Ernesto Halffter.
Previamente, Marta Gálvez presentará en el Centro Social Blas Infante su primer montaje propio, en el que busca hacer florecer su baile. Toma como referencia el ciclo vital de una flor y en los recuerdos de su infancia vinculados a su abuela, para su Dama de noche.
La Argentina renovó la danza española y la difundió a toda Europa desde París, donde se estableció con su compañía (los Ballets Espagnols) entre 1927 y 1929. El estreno de El contrabandista y Sonatina se produjo el 18 de junio de 1928 en la capital francesa, obteniendo un claromoso éxito. La Compañía Antonio Najarro revive aquellas históricas representaciones en La Argentina en París, que se inspira en la documentación existente del estreno parisino. Y pone el acento en su importancia, puesto que aquella iniciativa fue un hito en los orígenes de la cuarta vertiente de la danza española: la danza estilizada.
El bailarín y coreógrafo Antonio Najarro ha tenido la oportunidad de versionar libremente las coreografías de ambos ballets, interpretados por ocho bailarines de su compañía, que defenderán los cuatro estilos de la danza española: la danza estilizada, la escuela bolero, el flamenco y la danza tradicional española. A ellos se suma una banda musical compuesta por José Luis Montón (guitarra), Sergio Menem (violonchelo) y Coni Lechner (piano).
Para la puesta en escena de La Argentina en París, Najarro se ha rodeado de un equipo artístico formado por Carolina África (dirección), Néster L. Arauzo y Davitxun (videoproyecciones), Sergio Torres (iluminación), Yaiza Pinillos (vestuario, inspirado en los originales de Salvador Bartolozzi y Federico Beltrán) y Mariano Andreu (escenografía).
«El bailarín y coreógrafo Antonio Najarro ha revisado libremente las coreografías de ambos ballets, interpretados por ocho bailarines de su compañía, que defenderán los cuatro estilos de la danza española: la danza estilizada, la escuela bolero, el flamenco y la danza tradicional española»
El contrabandista es un ballet en un acto sobre un argumento de Cipriano de Rivas Cherif. La pieza representa el hipotético e imposible romance entre el perseguido bandolero José María El Tempranillo y la condesa de Tebas, Eugenia de Montijo, en el patio de un elegante cortijo andaluz. Este argumento inspiró a Prosper Mérimée a escribir Carmen en 1845.
En cambio, Sonatina es un ballet en un acto, cuyo libreto se inspira en un poema de Rubén Darío, máximo exponente del modernismo hispanoamericano. Narra cómo una princesa es presa de una oscura melancolía y nadie consigue animarla hasta que un príncipe la libera de su tristeza con un “beso de amor”.
Dama de noche
«Necesitaba saber cuál es mi baile, seguir creciendo, saber dónde ir», ha explicado la bailaora Marta Gálvez. Y de ahí, de esa necesidad vital, de «esta fuerte motivación» surge Dama de noche, su primer espectáculo propio, que llega el martes 25 al escenario del Centro Social Blas Infante. De entre esas viviendas con patio de su Córdoba natal, donde predominan las flores, surge una en especial: la dama de noche. Una planta y un olor que le recuerdan a su abuela.
La pieza traza un paralelismo entre la vida de la flor, que ocurre principalmente de noche, y la vida de una mujer –una bailaora–, desde la polinización –el amor–, el inicio de la floración, la madurez y hasta el ocaso, al arrancar el día. «La flor no muere a pesar de que se marchite, sigue viviendo en la planta», ha señalado Marta Gálvez. Y es que la bailaora quiere simbolizar que esta obra supone un nuevo comienzo para ella. Pone fin a un proceso para dar paso a nueva etapa, «en la que espero florecer también».
Para esta Dama de noche ha contado con la colaboración en la dirección coreográfica y dramaturgia de María Pagés y El Arbi El Harti, a quien ha agradecido públicamente su apoyo. Otros de sus ilustres colaboradores han sido La Venidera y Juan Carlos Avecilla. Sobre el escenario, estará acompañada por el cante de David Lagos, la guitarra de José Almarcha y el chelo, voz y percusión de Isidora O’Ryan.