La guitarra flamenca se introduce en el mundo académico tras el baile. Por otro lado, el proceso para su entrada en los conservatorios de música se ha consumado con esfuerzo y constancia. Aunque falta mucho camino por recorrer, la guitarra flamenca ha sufrido el rechazo desde estamentos oficiales debido a su procedencia más folclórica y popular que a los ambientes más cultos. Este rechazo que mencionamos continúa hoy en día en ciudades como Madrid. Con una tradición guitarrera importante, Madrid no posee el Grado Superior de Guitarra Flamenca, aunque sí está el Grado Medio. En otras ciudades andaluzas se instaura despacio la enseñanza académica de la guitarra flamenca, hecho que ya debería de estar consumado.
No como pasa en la guitarra clásica. Andrés Segovia recupera un prestigio algo decaído para esta disciplina a mediados del siglo XX. Y a su vez la introduce en las enseñanzas oficiales de los conservatorios. Mención aparte la animadversión hacia el toque flamenco por parte de Andrés Segovia y muchos académicos, cuyas críticas contribuyen a devaluar el toque flamenco como poco serio, puesto que desde el siglo XIX ya se rechazan los rasgueos y diversas técnicas por parte de los estamentos clásicos.
Pero si echamos la vista atrás, no se aprecian enseñanzas oficiales de guitarra flamenca hasta el último cuarto del siglo XX. Especialmente desde que el guitarrista cordobés Paco Peña instaurara la primera Cátedra de Guitarra Flamenca en el Conservatorio de Rótterdam en 1985. Además de aplaudir la labor que el granadino Manuel Cano realiza en favor de la guitarra desde su tierra.
La guitarra flamenca ha sido un instrumento de tradición oral. Su enseñanza se imparte por imitación del alumno a lo que le presenta el maestro. Esto sucede desde los inicios, ya que la técnica en la guitarra flamenca bebe en gran parte de la herencia de la barroca. A esto se añaden más aportaciones técnicas desarrolladas en la guitarra de seis órdenes simples del XIX. Son mecanismos que guitarristas académicos como Fernando Sor o Dionisio Aguado aplicaron en su instrumento. Por otro lado, Julián Arcas contribuyó en la expansión de lo andaluz en sus conciertos. Desde ahí los flamencos toman contenidos para enriquecer su toque. Pero además el flamenco desarrolla técnicas identificativas propias en la guitarra, como el alzapúa, el trémolo de cuatro notas, arpegios apoyados o diferentes rasgueos.
El primer método que aparece centrado en la guitarra flamenca es de Rafael Marín. En 1902 publica Aires Andaluces. Método de Guitarra por Música y Cifra, de la Sociedad de Autores Españoles, Madrid. En este compendio se explica la posición de las manos, teoría musical, técnica flamenca, incluso aspectos elementales a través de piezas fáciles y de concierto. Incluye acompañamientos a bailes y cantes. Atiende aspectos históricos, con datos que nos sitúan en el contexto de la guitarra flamenca en su época y la herencia recogida. Encontramos tango, guajiras, soleares, alegrías, seguiriyas, malagueñas, granadinas, tientos, serranas, caña, polo, etc. En este método la notación musical que aparece es un avance para la escritura musical flamenca. Hasta entonces todo se hacía a través de cifra en tablatura.
También, en otras publicaciones anteriores, aparecen las primeras piezas flamencas para guitarra. Bajo su mención como lo andaluz, estas piezas se publican como obras sueltas o como parte de un método de guitarra. La mayoría de estos métodos se escriben en cifra casi exclusivamente, ya que la dificultad a la hora de escribir la parte rítmica flamenca es notable. Claro ejemplo de ello es el método de Francisco Rodríguez Murciano, considerado el primer guitarrista flamenco. Su Rondeña-Malagueña fue publicada en 1878, años después de su muerte. Es probable que esta publicación ya incorpore cambios en el desarrollo técnico del instrumento. En su toque se aprecian rasgueos, trémolo de tres notas, arpegios y encadenamiento de acordes al modo flamenco.
«La animadversión hacia el toque flamenco por parte de Andrés Segovia y muchos académicos, cuyas críticas contribuyen a devaluar el toque flamenco como poco serio, puesto que desde el siglo XIX ya se rechazan los rasgueos y diversas técnicas por parte de los estamentos clásicos»
Matías de Jorge Rubio publica en 1860 un método de guitarra donde se explica por primera vez el rasgueo para la guitarra de seis cuerdas simples. Además, explica la utilización del golpeo en el instrumento, a la forma flamenca. Su método con un nombre algo largo es Nuevo método elemental de cifra para aprender a tocar por si solo la guitarra con los últimos adelantos hechos por este sistema, por Matías de Jorge Rubio, profesor de música e instrumentista en esta corte. Asimismo, hace un apartado del estudio del rasgueo para su venta por separado: Modo práctico para aprender el rasgueo de la guitarra por M. J. Rubio, que publica un fandango rasgueado, unas rondeñas y algunas otras piezas encuadradas en lo andaluz.
El editor José Campo y Castro publica en 1877 varios métodos de guitarra con piezas de contenido flamenco. Con otro nombre edita Método para tocar la guitarra de seis cuerdas por cifra y sin maestro por Cosme Astró Jocay. Un método escrito en cifra en lo que aparece un toque cercano al toque por soleá por medio de hoy. Este mismo jaleo lo publica en notación musical en 1883 con algo más de extensión. En esta segunda mitad del siglo XIX aparecen nuevos métodos, como son el de Agustín Campo con soleá o jaleo, petenera, variaciones de fandango, granadina, malagueña o rondeña, o Juan Parga, que en 1893 publica La guitarra Española, gran colección de obras Características para guitarra, que publica ésta Casa en colaboración con el primer Guitarrista de Cámara y Maestro honorario de varios Conservatorios. Por Don Juan Parga. Con piezas como polo gitano y panaderos, soleá, guajiras o seguidillas gitanas.
Ya en el siglo XX, Lucio Delgado en 1906 saca su Método de guitarra en serio y flamenco para aprender a tocar sin la necesidad de maestro por cifra. Aporta explicaciones pertinentes sobre la cifra, técnica, escalas, y obras clásica o serias. Y dedica una parte a los aires andaluces con peteneras, malagueñas, granadinas, tientos, jaleo y guajiras. En 1913, Francisco Cimadevilla publica Hispania: método para guitarra escrito por cifra para aprender sin maestro. Meme Chacón, guitarrista de formación clásica, en 1954, saca su Aprenda a tocar aires flamencos de Andalucía.
Pero es a partir de la segunda mitad del siglo XX donde los métodos de enseñanza de la guitarra flamenca sufren una importante evolución. También las diferentes localizaciones de guitarristas que se afincaron fuera de España contribuye a la mayor difusión e internacionalización de todos estos métodos de guitarra. Destacan métodos como los de Juan Grecos, Luis Maravillas, Patricio Galindo, Paco Peña, Merengue de Córdoba, Rogelio Reguera, Juan Martín, Juan Serrano, Antonio Francisco Serra, Phillipe Donnier, Akira Seta, Oscar Herrero, David Leiva o Manuel Granados.
Por otro lado, las transcripciones de los temas de los grandes maestros es otro de los avances en la escritura musical para la enseñanza y aprendizaje de la guitarra flamenca. Joseph Trotter realiza transcripciones de Mario Escudero y Sabicas. Manolo Yglesias y Oscar Herrero, además de su serie didáctica, transcribe obras importantes de Esteban de Sanlúcar. Claude Worms, en su serie Duende Flamenco, publica transcripciones de falsetas desde Juan Habichuela Gandulla de 1909 hasta toque de Vicente Amigo o Rafael Riqueni. Alain Faucher realiza transcripciones de muchos guitarristas y, además, monográficos de Ramón Montoya, Paco Cepero, Niño Ricardo, Serranito, Moraíto o Niño Miguel.
«Disfrutemos de este maravillo instrumento que es la sonanta. Que ofrece infinitas posibilidades rítmicas, melódicas y armónicas. A través de sus matices arañan el alma con una sensibilidad entre lo ancestral y la jondura actual. Acompaña e interpreta con flamencura la pureza de este arte»
Japón es otro enclave donde la transcripción a música y cifra de obras flamencas es fructífera. Encontramos las transcripciones de Yasuhiko Miyoshi, Moriyasu Ligaya, Hideo Suzuki, Masao Tohgon, Akira Seta, Jiro Yoshikawa, Hiroshi Oka, Karsuhiro Takahashi y Minoru Setta. Destacan publicaciones de las obras del maestro Paco de Lucía. Y como hablamos de Paco, comentamos que su obra ha sido transcrita por varios guitarristas importantes. Guitarristas que, además de sus compromisos profesionales, poseen una serie didáctica interesante. Entre ellos destacamos a Juan Manuel Cañizares, Enrique Vargas, Jorge Berges y David Leiva. Aunque con anterioridad ya teníamos parte de su obra editada en diferentes publicaciones, aunque fuesen en su mayoría obras sueltas, no son álbumes completos.
Pero si hay un guitarrista que destacar en el apartado didáctica es el maestro Andrés Batista. Cuenta con una obra de nada menos que dieciocho libros, entre los que se incluyen dos libros escritos de su puño y letra: El Flamenco y su vibrante mundo y Arte flamenco. Estas obras exponen la sabiduría, conocimiento y vivencias del maestro Batista. Pero en su obra didáctica muestra temas de máximo interés. Técnica, acompañamiento, toque solistas de diferentes niveles, toques de concierto e incluso obras para tocar a dos, tres, cuatro y hasta cinco guitarras.
A día de hoy la apertura de los métodos de guitarra a toda la población es un avance notorio en el estudio del instrumento. Por otro lado, la enseñanza académica de la guitarra flamenca debiera de expandirse e implantarse en todos los conservatorios de música, principalmente en Andalucía, puesto que la enseñanza privada está en auge y ya existen numerosas academias y escuelas dedicadas al flamenco.
Otro apartado dentro de la enseñanza es la que se imparte online. Hay numerosas academias o cursos en línea que ofrecen una enseñanza de todos los niveles. Es más, muchos profesionales, desde la pasada pandemia por COVID, expandieron sus fronteras con proyectos de enseñanza o clases online. Sirvan como ejemplo las clases online de Manuel Montero, Niño Manuel, Juan María Real o José Carlos Gómez. Entre las plataformas, a las que dedicaré más adelante un artículo, destacan las de Antonio Dovao, Pituquete, Juan Tamayo o José Luis Montón. Y aunque tengan diferentes disciplinas, destacan la plataforma Onlineflamenco con la sección de Javier Conde o la plataforma de guitarra española de José María Gallardo, donde Miguel Ángel Cortés se encarga de la parte flamenca.
Disfrutemos de este maravillo instrumento que es la sonanta. Que ofrece infinitas posibilidades rítmicas, melódicas y armónicas. A través de sus matices arañan el alma con una sensibilidad entre lo ancestral y la jondura actual. Acompaña e interpreta con flamencura la pureza de este arte.