«Inteligente y humano. Sencillo, buena persona. Para mí, como un hermano. Tiene un gran conocimiento. Y vive con la verdad. Dios me castigue si miento. Diego es casi perfecto. Dentro de su propio fin. Y aun retirado del cante, sigue siendo el artista más completo. Lo firma Manuel Martín Martín».
Así principió emotivamente el amigo y compañero Manuel retratando con pocas letras la dimensión personal y artística de Diego Clavel, homenajeado de esta edición. Martín presentó la jornada de clausura de la XXXV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas (Sevilla) que se antojó descafeinada y sosa en cuanto a la transmisión y el pellizco. Por la ausencia de ellos, salvo contadas excepciones. Llevó la noche en volandas a razón de presentaciones cortas, concretas y al grano, vinculando los hitos de la trayectoria artística de Diego con fechas señaladas de los moriscos que compusieron el cartel. Y destacó en la loa al agasajado que tras el descanso que partió en dos la noche cumplió con sobrada holgura con la parte protocolaria en la que las autoridades, artistas y miembros de la junta de la peña también se deshicieron en agradecimientos a todos los que hacen posible esta Semana, además de otorgar obsequios y palabras bonitas para el veterano cantaor.
Manuel Jesús Carrillo y Antonio Carrión brillaron con sus sonantas, tanto en el solo con el que abrió el primero, enjaretando los aires de taranta y bulerías, como en el acompañamiento a los cantaores y cantaoras, señalando el diálogo y la apoyatura idóneos para el lucimiento de sus gargantas, cosa que no ocurrió en demasiadas ocasiones. Las palmas fueron pobres. Manuel Vinaza y Joaquín González pusieron el compás desangelao, con poca chicha.
El sorteo le dio el primer lugar en el orden de intervención a La Yiya, que si bien peleó el cante para entregarse al respetable, el efecto no correspondió con sus intenciones. Se acordó de Pastora por bamberas. Y en los tangos que siguieron tras los tientos que la guitarra de Carrión perfumó con tintes menesianos y en los que Ana hizo guiños a Mairena y a Diego Carrasco. La salía, dos cuerpos y el macho de Manuel Molina rebuscaron en la seguiriya el instante doliente que no llegó, a pesar de ser Ana una gran cantaora y gran seguiriyera que otras veces me ha arañado hasta hacerme sangre. Durante su intervención se tragó el cante sin proyectar demasiado, flojeó en varios remates y floreó los tercios donde no le cabían adornos. No cuajó el lamento para jerir. A pesar de su voz flamenca y que sea yo un yiyero reconocido, cuando la cosa no es, no es. No fue su mejor actuación, ni la de ninguno.
«María Jesús Bernal fue lo mejor de la noche. (…) Echó la asaúras hasta romperse la voz por seguiriyas arrancándome algunos oles con la de Paco La Luz o la de Tío José de Paula y en un macho sentío en el que se revolcó en la queja»

Raúl Montesinos demostró conocimientos y buena ejecución diversificando el abanico de cantes. Se templó con la malagueña de La Trini, rondeña de Morente y cantes de Juan Breva. Luego se afanó en la petenera dignificándola y terminó paseando por un cartucho de variantes de soleá bien cantadas, comenzando por Alcalá y rematando con empaque en la de Frijones. Pocas pegas. Y las que le atribuya son por gustos personales, ya que cuando aprieta, su voz suena irremediablemente engolada, algo de lo que no tiene culpa y poco puede remediar a fin de no caer en registros planos.
Algo parecido le ocurre al gañote de Rubito hijo, que conoce el paño y defiende el cante con sabiduría, pero en los tercios valientes ‘atenoriza’ su voz. Y claro que canta bien, pero los caprichos de la naturaleza hacen que ca uno tenga lo que tiene en el pescuezo. Eso sí, todos pusieron el corazón. Y se lo regalaron a Diego, que ha sido el artífice de que La Puebla cerrara la Semana Cultural de Paradas, no por exigencia, sino como petición a la que accedieron gustosamente desde la Peña Flamenca Miguel Vargas. Rubito derrochó sapiencia en la soleá y estuvo resultón en los tanguillos de Cádiz. También cantó por seguiriya echando los restos tributando a Mairena o Paco La Luz, entre otros. Pero incidió en la tibieza que no eriza con la que todos habían pisado los maderos de La Comarcal paraeña.
Con «una voz dispuesta a ofrecer mil olores al sentido del gusto» María Jesús Bernal fue lo mejor de la noche. Al arrope de la guitarra de Carrillo empezó a calentarse con la bulería pa escuchá, apuntando a los ecos jerezanos de La Moreno o María Bala. Echó la asaúras hasta romperse la voz por seguiriyas arrancándome algunos oles con la de Paco La Luz o la de Tío José de Paula y en un macho sentío en el que se revolcó en la queja. Pa aliviar la pena culminó por bulerías templando unos bajos llenos y melódicos, arreando embestidas bien acompasás en recuerdo de Aurora Vargas, Perrate, Lebrija…
La cosa pegó el cerrojazo como se hace en la Reunión de Cante Jondo de la Puebla: con una ronda de tonás. Aquí estuvieron correctos, cuanto menos. Ciertamente gustosos.
Y para no alargarme demasiado, ni diseccionar con más ahínco, es necesario añadir que no pretendo hacer pupa, sino ser fiel a mi criterio y oído, a pesar de que a este crítico, cada vez más, le cueste derramar tinta de manera desfavorable de quienes se dejan el pellejo en las tablas y con los que para colmo tiene uno la suerte de mantener amistades a pesar de estos palitos, a mi entender necesarios desde la crítica, que siempre van desprovistos de acritud y mala baba. No quiero ser un bienqueda, se trata de compromiso flamenco sin ser tampoco mala persona. Así lo viví yo.
Ficha artística
Clausura de la XXXV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas
La Comarcal, Paradas, Sevilla
5 de abril de 2025
Cante: La Yiya, Raúl Montesinos, Rubito hijo y María Jesús Bernal
Guitarra: Antonio Carrión y Manuel Jesús Carrillo
Palmas: Manuel Vinaza y Joaquín González
Presentador: Manuel Martín Martín



