En este mismo nuestro Expoflamenco comentábamos hace poco otro libro del profesor de Música y doctor en Educación Víctor Pastor Pérez, inquieto investigador de los valores de lo jondo en relación con lo más hondo de la existencia, los valores humanos universales. En aquel, Educación, justicia social y flamenco, también publicado, como el que nos ocupa, por la Universidad de Sevilla, en 2023, analiza el flamenco desde el compromiso sociopolítico, en la línea de otros investigadores como Juan Pinilla, artista también, como nuestro autor. Se mostraba empeñado en llevar la educación en valores a la educación a través del flamenco, como en el libro de ahora, titulado Flamenco y educación en valores, recursos didácticos y experiencias educativas en educación secundaria obligatoria –ESO–.
Allí nos acercaba a las consideraciones pedagógicas e históricas, las metodologías activas y la educación en relación con la justicia social, así como la función social y educativa de la música, al flamenco como testimonio de la desigualdad, la pobreza, la libertad, la conciencia de clase, la etnicidad e interculturalidad –moriscos, negros y gitanos–, cuestiones de género –sexismo de las letras, mujeres guitarristas, sexuación del baile, travestismo y nuevos códigos, etc.– y el flamenco y la justicia social. Nos acerca, así, a unas voces ausentes, las de la mujer, frente a las voces presentes, las del hombre.
En este enlace pueden seguir su actividad en el blog Música, flamenco y justicia social.
En Flamenco y educación en valores, recursos didácticos y experiencias educativas en educación secundaria obligatoria –ESO–, quiere ofrecer un manual para las programaciones didácticas que sirven para las oposiciones docentes en EPO y ESO, la primaria y la secundaria respectivamente. Desde el curso 2023/24 hay una asignatura llamada Cultura del Flamenco como optativa de Música para tercero de ESO. Para los que hemos venido desde hace décadas atrás (y ya peinamos canas hace mucho) trabajando con más soledad que otra cosa, con publicaciones también, con conferencias, etc., sobre este asunto eterno de la didáctica del flamenco entre los niños y adolescentes, es una buena noticia, por mucho que algunos, como yo, defendamos más la cuestión interdisciplinar y no tanto la implantación de una asignatura en sí con todas sus exigencias. Así lo expusimos en 2009 en Poética y didáctica del flamenco, de editorial Signatura, libro que recoge y cita el autor, lo que agradecemos y que en 2025 saldrá en Renacimiento en una reedición ampliada, revisada. De veras que nos alegra lo que ha avanzado la bibliografía, los cursos y encuentros sobre didáctica del flamenco, lo que recogemos de forma actualizada en esa reedición.
«Un libro, a modo de manual para profesores y opositores docentes, verdaderamente valiente y útil, que señala muchos puntos interesantes de la relación del flamenco con los valores, los derechos humanos y su uso en las aulas de Música y de otras asignaturas. Como dice Pastor Pérez, si los alumnos conocen y deben conocer a Mozart, ¿por qué no a Paco de Lucía?»
El profesor Pastor Pérez sabe mucho de lo que escribe, hizo la tesis doctoral sobre estos temas reflejados en sus libros, uniendo teoría y práctica docente. Usa un formato parecido al de unidades didácticas. Acude a expertos de más experiencia como Miguel López Castro, Catalina León o Eulalia Pablo. Cree que el flamenco es algo más que música, como así lo creemos también, siempre tan pendientes y amantes de la letra, de la poesía del flamenco, de lo que dicen las letras y los artistas.
Se queja de la escasez de materiales, aunque, como he indicado, cada vez hay más, otra cosa es que estén en los centros escolares o que, estando, caiga el polvo sobre ellos, y sabemos de lo que hablamos tras treinta y seis años de profesor de secundaria junto a quince de profesor universitario.
En vez de flamenco puro prefiere hablar de flamenco clásico o tradicional, lo que nos parece estupendo, es más claro y menos polémico. Usa letras machistas de la tradición para ilustrar, digamos, lo que no debe ser, y a la hora de opinar sobre si deben hacerse y/o cantarse este tipo de letras ahora, lo deja claro, no, no deben cantarse para ajustarse al contexto democrático e igualitario del siglo XXI en España.
Con criterio, con sabiduría, expresa que hay que actualizar los contenidos y preocupaciones sociales de las letras. Sin duda, hay nuevos problemas como la inmigración forzada, acoso escolar, persistentes discriminaciones, problemas ecológicos, etc. Y cita a quienes, desde su juventud y calidad, lo están haciendo: Rosario la Tremendita, Rocío Márquez, Laura Vital, Lourdes Pastor, Mujer Klónica, etc.
Recordemos el documental Minera, un viaje a lo más hondo de la lucha obrera, donde interviene la cantaora Rocío Márquez, de 2012, que ya lleva más de trece mil visualizaciones.
Justifica la inclusión del flamenco en el sistema educativo español por su propia riqueza y complejidad musical, por la unión de poesía, música y danza, por la representación cultural de la sociedad andaluza y por su gran expresividad como muestra y origen de emociones universales.
Enumera, como hacíamos nosotros en el libro citado, las asignaturas implicadas, más allá de Música, obviamente: Lengua, Literatura, Historia, Educación plástica y visual, etc. Las letras nos ayudarán a trabajar puntualmente en cada asignatura algún aspecto. Y, respecto a Música, en la parte final del libro se ofrecen partituras de cantes y toques.
En suma, un libro, a modo de manual para profesores y opositores docentes, verdaderamente valiente y útil, que señala muchos puntos interesantes de la relación del flamenco con los valores, los derechos humanos y su uso en las aulas de Música y de otras asignaturas. Como dice Pastor Pérez, si los alumnos conocen y deben conocer a Mozart, ¿por qué no a Paco de Lucía?
→ Víctor Pastor Pérez, Flamenco y educación en valores, recursos didácticos y experiencias educativas en educación secundaria obligatoria –ESO–, Universidad de Sevilla, 2023.
Cuando se crea una función de teatro, una película o se escribe una novela de cierta época y lugar, se expresa lo que en ese contexto es característico.
Cuando se hace un cante antiguo, lo mismo.
Es absurdo no cantar letras jondas sin injusticias ni penas ni dolores.
No serían quejíos… ¿O tampoco de miserias de pobres frente a señoritos?
Eso sí. Se podría debatir sobre ello en las aulas, pero la mayoría de chavales escuchan cosas mucho más denigrantes con las pseudo-músicas actuales como el reggaeton.
Hola. Gracias por el comentario. Soy el autor de la reseña, no del libro. La verdad es que son cuestiones, las que dices, complicadas. Por mi parte, decirte que me parece una barbaridad querer ocultar y no digamos modificar un cuento, unas letras flamencas, antiguas, de otro tiempo. Aunque sean orales, y por tanto, con variantes, son como son, con las virtudes y los defectos de los autores, que los hay, y de la sociedad y su tiempo. Las letras flamencas de corte, digamos, machista, hay que verlas, comentarlas, creando un diálogo con el pasado y el presente, para ver, entre otras cosas, si persisten esas actitudes. Y cosas como lo de los señoritos, la explotación laboral, otro tema, hay que seguir con la crítica social, pues señalan situaciones de injusticia. Gracias de nuevo.
Gracias por responder, Don José.
He participado en llevar a algún artista a colegios y casi siempre hay letras sobre puñalás, robos, muertes, etc.
Según las edades de los niños, el profesor es quien ha de orientar y proponer que se oiga una u otra cosa, igual que hace cuando elige una película para ver en clase.
Pero hoy día, con el uso político e ingenuo y pretencioso de machismos y feminismos, han de cuidarse de lo que llevan a un aula.
Sin embargo, he visto con mis ojos, en un pueblo como Alcalá de Guadaíra, ponerle a los pequeños una base de reggaeton con niñas vestidas de flamenca el día del flamenco y un pastiche surrealista defendiendo supuestas desigualdades de género etc, cuando las letras de esas nuevas pseudomúsicas sí que suelen ser cosificadoras de la mujer.
Al final, como en todo, donde haya un buen profesor preparado, valiente, humilde y lúcido, se harán cosas enriquecedoras para el alumno, como ocurre también en otros ámbitos como la salud o el periodismo, etc
Pero estamos en una época donde se pretende controlar mucho en unas cosas y nada en otras.
Así que el Artista debe abrir los ojos y su talento o no será artista sino un profesional del entretenimiento y el Maestro ha de preparar a los niños para la vida y no para un ideario pasajero bien aceptado para una sociedad bastante ciega y perdida.