Creo que lo he dicho alguna vez: Lebrija está pa empadronarse. Es uno de los pocos pueblos donde aún queda rescoldo y candela de lo jondo. A la mínima de vuelta se monta una juerga, te encuentras con dos o tres y se vuelve uno a las tantas de la madrugá o acaba con la panza llena de churros peleándose con los caracoles. El Ayuntamiento arrima para las programaciones de flamenco y la Peña Flamenca Pepe Montaraz está muy viva.
En esta ocasión se inauguraba la semana de actuaciones de la XXXV Giraldilla Flamenca, que este año se le otorga a la cantaora Aurora Vargas, gitana de las poquitas que quedan de esa época de oro del flamenco que los no tan viejos añoramos incluso sin haberla vivido. Dio el quejío de salida Cancanilla de Málaga, de los poquitos veteranos que todavía crujen.
Principió en la soleá por bulería regodeándose en la memoria, floreando una espuerta de variantes a su antojo, sellándolas con la impronta de los que saben y ya vienen de vuelta. Así podría estar hasta las claritas del día. Después se entontó por tientos tangos, con respectivos guiños a Gaspar de Utrera y Pastora, entre otros, rematándolos con una granaína que recordó a Camarón metía a compás. Naquelaba que la caña quizás se hacía más grande en las maneras de su garganta, pero sin salirse del tiesto y coroná con empaque por soleá, como es debido. En la seguiriya se encontró los ecos de Mairena y Manuel Torre, apretando lo que pudo en el macho de los días señalaítos de Santiago y Santa Ana. Formó el lío por fandangos olvidándose del micro y en pie, derramando canela por el gañote. Lo mejor sobre el escenario. Donde le rebosaron los oles. Se trajo del cielo las hechuras del cante de su mare, meciéndose entre guirnaldas de colores morenos. Y luego cantó alguno de Aznalcóllar y de La Calzá tuneaos por Cancanilla. Terminó por bulerías y con bis de bulerías derritiéndose de gusto al endiñar con guasa dos mil quiebros a los tiempos y sus pataítas y bailes únicos, con personalidad y con toa la gracia del mundo. No se fue sin tributar a Caracol. Pa comérselo.
«Cancanilla adornó el cante colgando ayes donde le dio la gana, ligando los tercios, jugando con el tiempo, sometiendo el compás a la voluntad del que sabe por dónde revuelven toas las esquinas. Es el age, el sabor, el conocimiento… Cancanilla sonó a Cancanilla»
Chaparro dio motivos para que el cante de Sebastián levitara. Porque lo llevó con la sonanta mejor que en brazos. Lo conoce al deíllo. Y le suelta lo que quiere y pide con la mirá a cada momento. Ca uno se da su sitio. La cosa luce. Chaparro toca pa besarle los deos. Porque te pega pellizquitos con cada respuesta, en cada falseta, con sus bordones de enjundia, su flamencura, su limpieza, su pulsación potente o las caricias de la musicalidad del que chanela y endica los caminos que rozan lo sensible.
Cancanilla adornó el cante colgando ayes donde le dio la gana, ligando los tercios, jugando con el tiempo, sometiendo el compás a la voluntad del que sabe por dónde revuelven toas las esquinas. Tuvo su mijita de alivio, pero no escondió nada. Es el age, el sabor, el conocimiento… Cancanilla sonó a Cancanilla.
Pero si bien cantó sobre los maderos, mejor lo hizo en la reunión de jartibles que terminó echando el cerrojo en el bar. Aquello comenzó cuando Isabel Carrasco –Malena– me dejó temblando con cuatro cositas bien cantás. Que si una pataíta de Paula Vargas, que si se anima José Carrasco, que si Antonio Carrasco –hijo de Curro Malena– pica a Juanelo, que si Juanelo pica a José Ángel Carmona… Cancanilla se quea a gusto, se anuda un chaleco sobre el pelo a lo Caperucita Roja pa no resfriarse y se pone a cantar a bailar y ya no hubo quien los parara. Una pechá de fandangos, bulerías, soleá, risas, charlas, anécdotas… ¡Cómo cantó José Ángel por malagueña, por soleá de Triana, por fandangos y por seguiriyas! Pa mandá a un montón a la cochera. ¡Y cómo tronó Juanelo con los aires de El Lebrijano y echó las asaúras cada vez que abrió la boca! ¡Qué repertorio el de Cancanilla, que me hizo llorar rebuscándose en una de las seguiriyas! Eso estuvo de categoría. De las mejores juergas improvisás que me llevo de unos meses a esta parte. Canca tuvo la culpa. Juenelo y José Ángel lo terminaron de arreglá. ¡Qué buena cuadrilla!
Ficha artística
Recital de cante de Cancanilla de Málaga
XXXV Giraldilla Flamenca de la Peña Flamenca Pepe Montaraz de Lebrija
22 de abril de 2025
Cante: Cancanilla de Málaga
Guitarra: Chaparro de Málaga
Palmas: José Carrasco
No me extraña que hayas narrado con tanta euforia tu vivencia en Lebrija . Nada más que con los de Málaga , ya estaba garantizado el «explotío» Flamenco , pero si encima se unen en los «Jartíbles» el batallón que has enumerado , pues ya no te digo más . Me alegro mucho Kiko Valle . Enhorabuena por tu expléndida crónica . Un abrazo !!!