El domingo 13 de abril, el emblemático Ateneo de Madrid se convierte en un templo del arte jondo con motivo del concierto Antonio Carrión, cincuenta años de escenario, un homenaje al guitarrista flamenco sevillano que celebra medio siglo de trayectoria artística. El evento, organizado por el Ciclo de Conciertos Manuel de Falla en colaboración con la Peña Flamenca Duende, reunirá a artistas, aficionados y estudiosos del flamenco para rendir tributo a una respetada figura del toque flamenco contemporáneo.
Antonio Carrión (Mairena del Alcor, Sevilla, 1964) comenzó su andadura profesional acompañando a su padre Carrión de Mairena, y más tarde con Manuel Mairena. Desde entonces, ha recorrido los escenarios más importantes del mundo, compartiendo tablas con primeras figuras del cante como Chano Lobato, José Menese, Juan Valderrama, Calixto Sánchez, Luis el Zambo, Carmen Linares o Miguel Poveda, entre muchos otros. Su guitarra ha sido siempre sinónimo de compás, conocimiento y sensibilidad.
«A lo largo de su carrera, Carrión ha participado en festivales internacionales, ha sido profesor en numerosos cursos y encuentros, y ha dejado huella discográfica en álbumes de artistas consagrados»
El concierto del Ateneo no solo celebrará su maestría con las seis cuerdas, sino también su papel fundamental en la transmisión y conservación del arte flamenco. A lo largo de su carrera, Carrión ha participado en festivales internacionales, ha sido profesor en numerosos cursos y encuentros, y ha dejado huella discográfica en álbumes de artistas consagrados, así como en sus propios trabajos como solista, destacando su disco Un siglo de cante, donde acompaña a cantaores de varias generaciones.
Durante la velada del 13 de abril, Antonio Carrión estará acompañado por los cantaores Anabel de Vico y Manuel Cástulo, además de la presentación del guitarrista y periodista Pablo San Nicasio. Este homenaje subraya su papel como testigo y protagonista de una época dorada del flamenco. Antonio Carrión no solo ha sido acompañante de grandes, sino también puente entre generaciones, manteniendo vivo el legado del flamenco tradicional sin renunciar a la evolución artística.