El último trimestre de la programación de la Peña Flamenca La Platería, la decana de las peñas, no pudo empezar con mejor pie. Granada es tierra de artistas, pero sobre todo es tierra de guitarristas. Históricamente, ha habido una pléyade de grandes tocaores que, si bien no han estado justamente reconocidos, han dejado un legado que ya quisieran otras comarcas flamencas. Desde los hermanos Ovejilla hasta el más joven de los de la actualidad, todos han estado entre los más grandes, sobre todo como guitarristas acompañantes. Y de todas las fuentes han bebido para desmarcarse. Justamente lo que ha hecho un joven pero consolidado guitarrista como Álvaro Martinete. Su escuela, su raíz, su patria es Granada. Sin embargo, su toque abarca un registro tan amplio que no siempre es fácil adivinar. Porque Álvaro ha tenido muchos maestros y no todos guitarristas. He ahí la sabiduría que atesora su toque. Cuando te dejas asesorar por artistas, aficionados y/o guitarreros la visión que tienes del flamenco crece exponencialmente.
En el caso de Álvaro, es de sobra conocida su vinculación con el maestro jerezano Gerardo Núñez. Pero sus inquietudes lo han llevado a explorar otros territorios. Ahí entran en juego grandes de Granada como Miguel Ochando, los Habichuela y tantos que han dejado un sello y un legado.
En solitario se presentó de una manera atípica. Entró por la puerta por donde entran los aficionados, la trasera, tocando sin micro, atravesando el pasillo hasta subirse al escenario. Una silla y un micro. A solas. A cantar con las manos.
El espectáculo que presentó fue muy acertado, el resultado de temas de su primer disco y nuevas creaciones que formarán parte del nuevo. Así, apreciamos una evolución progresiva en la técnica y en la capacidad compositiva pero sobre todo en la calidad de un toque que no se fundamenta en la velocidad o en la técnica plana, sino que su discurso es muy maduro, reposado y brillante.
Arrancó con una granaína del disco que está por llegar. Arpegios limpios, cuidados, trémolos sencillos pero de mucho nivel y sobre todo una personalidad distinta. No tuvo que hacer el ligado típico para que se adivine el toque y aún así era modernidad tradicional que terminó con compases de bulerías. Esta creación es un recuerdo a su maestro Ochando. Por tarantas, expuso las mismas intenciones que cuando ganara el bordón minero de La Unión, ya que fue la misma pieza.
«Martinete es un virtuoso de la guitarra. ¡Falla una nota, hijo! Qué va, todo en su sitio. La limpieza de sus manos brillaba en cada nota, pero más la creatividad de cada una de las composiciones, a cual más bella»

Cuando posteriormente empezó un zapateado, hubo quien lo confundió entre el público con unas alegrías, incluso me confundió a mí en algunos pasajes. Las similitudes con la esencia de algunos toques del maestro Manolo Sanlúcar en su disco Tauromagia me parecieron presentes y evidentes. Puede ser el oído de quien escribe, pero sonoramente todo me llevaba a Manolo.
De ahí pasó a la rondeña. Álvaro contó el origen del nombre Calle Aduana y de cómo, tras una conversación con el guitarrero Francisco Manuel Díaz, tomó el nombre de esta calle madrileña. Martinete es un virtuoso de la guitarra. ¡Falla una nota, hijo! Pero qué va, todo en su sitio. La limpieza de sus manos brillaba en cada nota, pero más la creatividad de cada una de las composiciones, a cual más bella.
En la soléa por bulerías volvió a demostrar que la guitarra no tiene límites, al menos para él. De ahí que un aficionado le gritara: “¡Álvaro, con lo difícil que es llenar un escenario tan grande solo con un instrumento, y tú lo llenas y te sobra!”. Sobran las palabras. Que hablen sus manos, que canten sus manos.
Quedarían aún guajiras, también del disco que está por llegar, alegrías soberbias y fin de fiesta por bulerías en las que se apreciaron distintas escuelas. Chispazos del toque de Morao y un recogimiento de una falseta, detalles de Gerardo Núñez o de la escuela granadina que sin ser la más popular, también tiene sus particularidades.
En conjunto, Álvaro demostró que domina todas las técnicas de la guitarra flamenca, pero sobre todo evidenció que domina la más importante: la de transmitir con sus manos y las cuerdas de la sonanta, la de aportar con una base sólida, constructiva, sin parecerse a nadie, pero recordando a tantos maestros.
Ficha artística
Recital de Álvaro Martinete
Peña La Platería. Granada
26 de abril de 2025
Guitarra: Álvaro Martinete
