Si nos veníamos quejando de la ausencia de planificación escénica, deficientes regidurías, silencios eternos y multitud de transiciones no resueltas con constantes entradas y salidas, ‘Territorio Jerez’ ofreció todo lo contrario. Brilló por su dinamismo y pulcritud en la organización, además de una producción artística muy acertada en la elección del cartel, aunando la heterogeneidad generacional y los distintos matices que aporta esta tierra con sus barrios y apellidos.
Dos guitarras de categoría suprema: Antonio Higuero y Manuel Valencia. Limpias, cristalinas… de pulsación rotunda y velocidades de vértigo. Con bordones redondos y contundentes, rasgueos de origen y falsetas puras. Asegurao el compás con las palmas de Juan Diego Valencia y Javier Peña. Al cante la jonda solemnidad de David Carpio, la naturalidad guasona y flamenca de Ezequiel Benítez, el salpicón arrebatador de quejíos nobles del jovencísimo Manuel Monje y el arte sin parangón de los cristalitos morenos de Juana la del Pipa.
«A Ezequiel le brota el cante rodao, con espontaneidad. No mide un ay. Sale solo. No piensa los tiempos, los vive. Canta, siente y disfruta. Eso se nota, se palpa y se transmite hasta el punto de respirar su bondad. Nada en él huele a mentira»
El eco profundo y roto de la ronda de tonás y trillas se topaba por las esquinas devolviendo el cante a Sevilla por los reflejos del río. Y perfumó las dos orillas. Jerez se quedó en Triana al compás de bulerías. Las guitarras nada más, recorriendo con sus yemas tibias la historia de la bajañí en las tierras albarizas. Morao, Cepero, Parrilla… Valencia e Higuero venerando a sus viejos. Una delicia.
Monje se miró en La Paquera. Se entonó con dulzura a compás de zambra o tangos aliviaos con aquella nana por soleá que olía a Nardo y clavellinas. Exquisito por granaína, que entronca con la bohemia del ‘duende taciturno’ rindiendo honores a Luis de la Pica por bulerías. Manuel es un viejo. Tiene once años, pero trae una carga de vidas. El cante mamao, metío en vena. Está tocado con la varita. Curtido en las tablas, el gesto apropiado, sabe estar, se pega sus pataítas… Un niño prodigio, un milagro en Jerez.
David Carpio escarbó un ramillete de letras por soleá. Y no cerró en la de Carapiera. Llegó al remate con Paquirrí, asentando los tercios al punto, canónico y puro. Acaba por seguiriya, abriendo con el santolio, luciéndose en la de Joaquín Lacherna y echando los restos al macho imponente de aires agujeteros.
«Juana es la Tina Turner del flamenco. Una clase de gitana en extinción que cuando abre la boca arrastrando su voz de morenas penumbras te araña los centros marcando el camino. Caracoleó por tangos y formó el lío»
Ezequiel fue el mejor de la noche. Moduló a su antojo las alegrías, paladeando los tercios acompasaos al son de la sal. Se mostró zalamero, con picardía, celebrando el cante. Y enjaretó la malagueña con sentimiento, cantando su causa. La primera a la gloria de su padre, donde el calor del recuerdo moldeó los melismas hasta doler. La segunda, acompañá como abandolao, abrochó su actuación. A Ezequiel le brota el cante rodao, con espontaneidad. No mide un ay. Sale solo. No piensa los tiempos, los vive. Canta, siente y disfruta. Eso se nota, se palpa y se transmite hasta el punto de respirar su bondad. Nada en él huele a mentira.
La bulería pa escuchá es un espectáculo en Juana la del Pipa. Un tiznón enrabietao que azota las carnes tatuando el made in Jerez en sus hechuras. Juana es la Tina Turner del flamenco. Una clase de gitana en extinción que cuando abre la boca arrastrando su voz de morenas penumbras te araña los centros marcando el camino. Se acuerda de to Jerez y revuelca con la memoria de Tío Borrico. Caracoleó por tangos y formó el lío.
Luego una ronda de fandangos. Juana se miró en Caracol, Ezequiel hizo uno suyo así hablaíto, David me sonó a Agujetas y Monje lo ligó por bulerías para acabar el cuadro. Le hizo guiños a Triana, a Jerez y a Diego Carrasco, Ezequiel enamoró con la burla… y con esta artillería ‘Territorio Jerez’ conquistó La Bienal de Sevilla.
Ficha artística
Territorio Jerez
XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Muelle Camaronero
21 de septiembre de 2024
Cante: Manuel Monje, David Carpio, Ezequiel Benítez y Juana la del Pipa
Guitarras: Manuel Valencia y Antonio Higuero
Palmas: Juan Diego Valencia y Javier Peña
Dirección artística: Manuel Valencia