Tres alumnos tres. Solo un botón de muestra. Pero qué bien elegidos, vive Dios, porque ante la cámara descorren las cortinas y reflexionan a pecho descubierto sobre la experiencia de pasar uno o dos años de sus vidas en Sevilla, una de las cunas del flamenco. Teo Méndez (Costa Rica), Jesús Gallo (México) y Matthew J. Serra (EE.UU.) han tomado semejante decisión porque, primero, unos acordes de Paco de Lucía se cruzaron en sus caminos y, segundo, necesitan saber cómo funciona esa música que llamamos arte flamenco, esa bendita conexión de las seis cuerdas con el cante y el baile. Y para avanzar en el aprendizaje de la guitarra flamenca, oficio que desean asumir de forma profesional, han elegido el Centro de Estudios Flamencos Artes Escénicas Rebollar (AER), en la barriada sevillana de Rochelambert, dirigida por los maestros Eduardo Rebollar y Yolanda Lorenzo. Un templo de pureza jonda y cosmopolita en la vieja Híspalis.
En esta charla audiovisual, que comenzó con una animada escena de acompañamiento al baile, tuvimos oportunidad de comprobar cómo se defienden Teo, Jesús y Matthew con la guitarra flamenca. Teo habló de espiritualidad, de fortaleza mental. De los bichos de la guitarra que habitan la tierra andaluza. De esa llama encendida por no saber lo que va a pasar. De esa novia que no ve en dos semanas (metáfora de Andalucía). De seguir la dirección que señalan las pasiones. Matthew, que también gira por Norteamérica con su banda de rock, profundiza en la magia del acompañamiento, en los dedos de Tomatito. Tiene claro que siempre regresará a Sevilla, siempre. «¿Quién decidió que Pensilvania no estuviera cerca de Sevilla? ¡Qué malaje!», se pregunta. Por su parte, Jesús asegura que en sus exploraciones musicales por el mundo no ha encontrado nada que le llene tanto como el flamenco y solo desea no volver a estar solo, esto es, mantenerse cerca de la escena del cante y el baile. A modo de epílogo, unas palabras del profe Rebollar, que les recuerda que el guitarrista siempre se esfuerza más y gana menos. «Tocar la guitarra es una putada, yo me voy a borrar», dice.
«La verdad es que no he encontrado ninguna otra música que me llene tanto como persona y a la que me sienta tan entregado como el flamenco» (Jesús Gallo)