Se acerca a una estantería de su deslumbrante refugio musical en el barrio de Huelin y extrae un vinilo de Lou Reed. Así que no, de fondo en la introducción de esta charla audiovisual no sonará un cante de Mairena o Tomás Pavón, sino el Sweet Jane de la Velvet Underground. Así que si seguís adelante ya sabéis qué vais a encontrar: un hombre sabio, libre y valiente, sin complejos a la hora de escuchar a unos mientras preside la Fundación Antonio Mairena. «Al que no le guste una granaína de Marchena tiene un problema de oído. Pero sin Mairena, el cante flamenco no sería lo mismo», dice. Ramón Soler Díaz (Málaga, 1966) es uno de los investigadores más solventes del arte flamenco. Brillante colaborador de Expoflamenco, ya protagonizó aquí una entrevista escrita hace dos años, pero esta vez le hemos puesto una cámara delante para que reflexione largo y tendido sobre su afición a lo jondo, el origen de este arte, sus libros con pellizco. Sobre las velocidades del flamenco –con el cante a paso lento– y el trato a los artistas. Sobre los políticos, las mamandurrias y los paniaguados. Sobre su condición de profe de matemáticas y futuro ministro de Flamenco. Y sobre la asignatura del Flamenco en los colegios, iniciativa de la que no es precisamente el más firme impulsor.
«La musicología actual ha permitido analizar el flamenco de una forma más objetiva. Porque en los años 50 y 60 se escribían muchas chuminás sobre este arte»