En el Teatro Central, minutos antes del comienzo del espectáculo, se respiraba el ambiente de expectación de las grandes noches. Entre el público se distinguía por aquí a Rocío Molina, por allí a El Choro, más allá a María Moreno o al reciente Premio Nacional de Bellas Artes, Pedro G. Romero, a la cineasta Laura Hojman o al director del Festival de Nueva York, Miguel Marín. En cierto modo, tan selecta concurrencia venía a certificar que Paula Comitre ha pasado de ser una promesa hace dos bienales a figura que nadie quiere perderse.
Si en el estreno de Après vous, madame en el Festival de Nîmes la atención era acaparada por esa bata de cola hinchable creada por María Alcaide, verdadera protagonista del montaje, esta vez era evidente que la sorpresa no podía ser tal, pues vivimos en un mundo en el que los secretos corren como la pólvora a través de los teléfonos móviles y dispositivos similares. No obstante la importancia de dicho elemento, esta vez pudimos apreciar mucho mejor el trasfondo de la obra, ese homenaje a Antonia Mercé y Luque La Argentina, su paso por París y su importancia en la renovación de la danza española en los años 10 y 20 del siglo pasado.
Con el apoyo musical de un pianista tan imaginativo como Orlando Bass, jugando continuamente a lo John Cage con las sonoridades de las cuerdas del piano y sometido a una tensión rítmica extenuante, Comitre lleva a cabo un canto a las vanguardias que guiña sutilmente a Manuel de Falla, a Joaquín Nin o Ernesto Halfter, y donde la danza contemporánea vuelve la mirada a los music halls donde La Argentina echó los dientes y los ballets spagnols que llevaron el concepto de ballet ruso de Diáguilev a una nueva formulación del imaginario ibérico.
«El viejo duelo entre tradición y vanguardia sigue librándose en el flamenco todavía hoy. La Bienal de Sevilla es un campo de batalla propicio para ello. Tras asistir a la representación de ‘Après vous, madame’, queda la sensación de que, ya que la evolución no solo es inevitable sino también deseable, uno de los caminos posibles es esta rigurosa revisión creativa que propone Comitre»
Lo curioso es que apenas se conservan documentos visuales de La Argentina danzando, lo que deja a la bien documentada Paula Comitre un amplio margen de libertad e inventiva, que ella aprovecha para desplegar su enorme potencia bailaora, de brazos como de pies, descalza como sobre sus tacones, morosa o a velocidad de vértigo.
A la salida del teatro, escuché la palabra “bonito” en labios de algún espectador, pero no creo que sea la más adecuada para definir este trabajo. De hecho, creo que puede resultar duro para algunos espectadores, incluso opresivo (esa asfixia que por momentos transmite el ingenio hinchable), y por su mismo planteamiento, por esa economía de recursos escénicos, tiende a una desnudez que linda con la frialdad; uno de los puntos débiles de Paula Comitre, que cuando quiere también sabe iluminar el escenario ella sola con una sonrisa. Esta vez primó la escarcha. Pero en el otro lado de la balanza hay tanta valentía, tanta frescura y tanta fuerza que no podemos sino maravillarnos del resultado.
El viejo duelo entre tradición y vanguardia sigue librándose en el flamenco todavía hoy, y no cabe duda de que la Bienal de Sevilla es un campo de batalla propicio para ello. Después de asistir a la representación de Après vous, madame, queda la sensación de que, ya que la evolución no solo es inevitable sino también deseable, uno de los caminos posibles es esta rigurosa revisión creativa que propone Comitre.
Según tengo entendido, este trabajo ha sido ya solicitado en varias capitales europeas, pero aquí todavía no ha tenido apenas recorrido, nueve meses después de su estreno. Programadores nacionales, españolísimas programadoras, no se lo piensen y denle una oportunidad. No se arrepentirán, y de paso evitarán que nos pasemos la vida repitiendo aquello de “siempre nos quedará París…”.
Ficha artística
Après vous, madame, de Paula Comitre
XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Teatro Central
24 de septiembre de 2024
Dirección, coreografía e idea original: Paula Comitre.
Asesoramiento dramatúrgico y escénico: La Ejecutora · Fran Pérez Román y Julio León Rocha
Artista visual, creadora de la pieza Bata de cola inflable: María Alcaide
Creación musical: Orlando Bass
Visión externa: David Coria