Confieso mi admiración por el guitarrista y compositor jerezano Paco Cepero, al que quiero como algo mío, de mi familia. Por eso me duele que lo traten a veces en Jerez e incluso fuera de su tierra con tan poco respeto. Fui yo quien le hizo la entrevista para ExpoFlamenco cuando dijo aquello de que Paco le había cogido el soniquete o soniquetillo.
No dijo ninguna tontería, aunque no quede bien lo de hablar de uno mismo, sobre todo si es para resaltar nuestras propias cualidades. Podemos ser autocríticos, pero no vanidosos. Todos los grandes genios del flamenco han tenido su puntito de vanidad y no pasa nada. Me encantaba escuchar a Marchena hablando de él mismo, tenía gracia. “Yo le he dado a esto una categoría”, por ejemplo. ¿Y acaso no es verdad?
Tan verdad como que, en efecto, Paco de Lucía iba al tablao Torres Bermejas de Madrid a escuchar a Paco Cepero, porque quería cogerle el soniquete. Me lo reconoció Casilda Varela, la esposa del genio de Algeciras. Paco era un muchacho joven que estaba abierto a aprender de todos y se quedó prendado del compás de Cepero, sobre todo de su soniquete o aire.
Por tanto, si es verdad, ¿por qué tanto ensañamiento con el maestro jerezano? Sabemos que no cae simpático en Jerez, pero hay que recordar que es uno de los más grandes guitarristas y compositores de la historia. Muy admirado por Paco de Lucía, por cierto, como no podía ser de otra manera. Hay vídeos en los que le podemos ver extasiado mirando cómo acompañaba a Camarón o Turronero.
«A nuestros artistas tenemos que mimarlos, ayudarlos y reconocerlos. Y si son ya octogenarios, como el señor Cepero, con más motivo. Es único. Con un soniquete, por cierto, que no lo ha tenido nadie»
Es difícil ser profeta en tu tierra. No lo soy en la mía, en el pueblo donde nací, y no es algo que me traumatice. He visto alguna vez dolido al maestro Cepero por no ser reconocido en la ciudad donde nació. Le prometieron una escuela y no han cumplido y aún no hay nada en Jerez que recuerde que el fenómeno de la guitarra nació en San Miguel. En cualquier otro país, Cepero estaría siempre dando charlas o conciertos, o las dos cosas. Porque, además, está en plenitud de facultades tanto físicas como mentales.
Pero en este país tenemos la manía de jubilar a los artistas antes de tiempo. ¿Saben lo que yo haría de tener un cargo de responsabilidad en la Junta de Andalucía? Contratarlo para que diera charlas y conciertos por todas las universidades de España para que se cultiven los jóvenes.
Paco Cepero presumió de que un genio de la guitarra, Paco de Lucía, se fijara en él para tener mejor soniquete flamenco. ¿Y qué si lo hizo? Escuchamos gilipolleces de nuestros políticos todos los días y no se forma tanto. A nuestros artistas tenemos que mimarlos, ayudarlos y reconocerlos. Y si son ya octogenarios, como el señor Cepero, con más motivo. Es único. Con un soniquete, por cierto, que no lo ha tenido nadie.