Hay quien expresa en su cante una manera de vivir, vivencias o una manera de sentir la vida y lo vivido. Hay quien aún conociendo el cante y sus largos caminos no lo expresa, por distintos motivos, a través de su garganta, mas pone el corazón y su alma en aquello para lo que está capacitado. Miguel Verdejo Rocataliata (Huelva, 1974), maestro de profesión, lo hace a través de su obra plástica.
De tu campiña a mi orilla (Jerez & Huelva) es un paseo por las vivencias flamencas del autor, no pudiéndose entender las mismas sin su pasión por Jerez de la Frontera, uno de los vértices medulares del arte flamenco, así como por la impregnación del aroma a cante, guitarra y baile de Huelva, la tierra en la que nace y se desarrolla personal y profesionalmente.
De tu campiña a mi orilla (Jerez & Huelva) puede considerarse secuela de la exposición que, en el mes de enero, de la mano del compañero José María Castaño, se inaugurara en el Espacio Expoflamenco de Jerez de la Frontera, donde el autor presentó pinturas retratos que durante algunos años había publicado en redes sociales de artistas a los que admira, y en ocasiones comparte amistad, de aquella tierra cantaora. En esta ocasión, el interés mostrado por el presidente de la Audiencia Provincial de Huelva y miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida, Antonio Germán Portón Práxedes, ha llevado a Verdejo a implementar su obra con artistas y aficionados de Huelva. La muestra se inauguró el 16 de octubre y se extenderá hasta el mes de noviembre en la sede judicial de los Juzgados de lo Social de Huelva. Portón Práxedes encuadraba esta muestra dentro del objetivo de divulgación que la autoridad judicial realiza con la cultura onubense en sus diversas disciplinas.
A la inauguración, además del propio autor y del presidente del órgano judicial, acudió Raúl Barba, director de la Prisión Provincial de Huelva. Entre los asistentes se encontraban la alcaldesa de la ciudad, Pilar Miranda Plata, miembros de la Peña Flamenca de Huelva, Peña Cultural Flamenca Femenina de Huelva, el crítico y periodista Ramón Arroyo, y algunos de los artistas onubenses retratados como Carmen Molina, Vicente Redondo El Pecas, Jeromo Segura, Pepe Gómez El Marismeño, así como, aficionados y público en general.
«Desde muy joven, la afición al flamenco de Miguel Verdejo es pareja a su amor por las gargantas y sones jerezanos. Casi podemos decir que el color del carboncillo y pincel con el que Miguel dibuja sus gustos en torno a esta cultura es el del aroma de la campiña y las fraguas de la tierra del caballo y el vino»
Además de los artistas citados, en la muestra se encuentran retratados dos buques insignias del cante jerezano y onubense: Paquera de Jerez y Paco Toronjo. También, artistas como Niño Miguel, Antonio García El Brujo, Fernando Terremoto hijo, Lela Soto, Felipe Redondo Saavedra, Antonio El Choro, Jesús Méndez, Fernando de la Morena, Periquín Niño Jero, Juan Moneo El Torta, Capullo de Jerez, Luis El Zambo, Amparo Correa, Arcángel, Dolores Agujetas y Tomasa Guerrero La Macanita. Es solo una muestra de lo que Verdejo ha venido publicando en los últimos tiempos, ya que algunos de los cuadros fueron adquiridos tiempo atrás por público en general o por los propios artistas –destacables los de Domingo y José Rubichi, Juana la del Pipa, Manuel y Antonio Agujetas–, y otras obras se enmarcan en zonas cantaoras diferentes a la muestra que ahora se expone.
Desde muy joven, la afición al flamenco de Miguel Verdejo es pareja a su amor por las gargantas y sones jerezanos. Casi podemos decir que el color del carboncillo y pincel con el que Miguel dibuja sus gustos en torno a esta cultura es el del aroma de la campiña y las fraguas de la tierra del caballo y el vino. Pero todo ello no se entendería tampoco sin la constante vivencia de noches y horas en su Huelva natal. Vivencias unidas a aficionados y artistas de la tierra que lo vio nacer, buscando en cada uno de ellos el entronque perfecto que lo llevara de esta orilla atlántica a los barrios de Santiago y San Miguel, del fandango a la bulería.
En la presentación nos comentaba Miguel Verdejo que “nadie venga a buscar en esta muestra a artistas concretos, carismáticos y/o de relevancia, más allá de mis gustos y reconocimientos personales. Porque, aunque no están todos los que son, puedo asegurarles que los que aparecen fueron, son y serán memoria vivida. No intento, tampoco, con mi pintura buscar la perfección, para eso está la fotografía o, al menos, esa es mi visión del arte. Intento resaltar expresiones y características de cada artista. Algo que lo diferencie del resto”.
Miguel no busca un homenaje en su obra a quienes de una manera concreta o colectiva sumaron granos a la montaña del arte flamenco en general. Lo hace en homenaje a aquellos que le han formado como aficionado y han engrandecido su afición a través de lo vivido, ya sea como artista o como amigos personales. De tu campiña a mi orilla es un arco que une dos puntos del espacio temporal. Aquellos que fueron maestros de la instrucción al flamenco en un Miguel adolescente y aquellos que siguen estando hoy en su madurez.