Si algo bonito ha perdurado del cruce racial acaecido es la fusión musical que durante cientos de años se forjó, consolidó y penetró en Europa gracias al trabajo conjunto de musulmanes, judíos y cristianos que convivían en la España de las Tres Culturas. Originadas en saberes y con múltiples vertientes, se quedaron a vivir para no morir jamás.
Andalucía sin duda es la cuna donde reposaba el flamenco de recién nacido, pero no me cabe duda de que Murcia son los brazos que lo mecían y los labios que le susurraban. Murcia flamenca, Murcia minera, Murcia ferreña, Cumbre por derecho de la verdad del cante, porque el cante no sabe de fronteras.
Ardua tarea la que me han propuesto, escribir sobre un festival que lleva 31 años vigente en mi región, un festival al que soy asidua porque sólo cuenta la verdad de un arte del que me siento parte y no juez, aunque mi misión tras cada evento sea hacer la crítica.
«La 31ª Cumbre Flamenca de Murcia cumple sobradamente su función de dinamizar la cultura, esa que por el respeto sepulcral que merece el Flamenco jamás debemos perder. Sólo por el hecho de ser un vital estímulo para los que empiezan a quererlo, deberíamos venerar esta Cumbre y todas las que vengan»
A veces no se necesita conocer el compás de cada palo para emocionarte. El duende se mira con la perspectiva del corazón, de la piel erizada. Y así es como yo estoy viviendo esta Cumbre Flamenca, donde se han dado cita figuras de la talla de Israel Fernandez, Diego del Morao, Juana la del Pipa, Rancapino Chico, Lidia Plaza, Remedios Amaya, Reyes Carrasco, El Choro, Maise Márquez, Águeda Saavedra, Ángela Cuenca, Mercedes Luján, Antuán Muñoz, Verónica Gumersindo, Raúl Corredor, Rocío Martínez y Celia Martínez. Como ven, un festival que ensalza la figura femenina tan olvidada por otros. Aquí la Flamenca es esencia y poderío. Me alegro infinito de que algo hecho en mi tierra se posicione y ponga a la mujer sobre las tablas al cante, al baile o a la guitarra. Sin olvidar a los veteranos que ya poco escuchan sonar el teléfono para contrataciones o a los artistas murcianos que viven y trabajan aquí.
Llevo muchos años en esto de la promoción y producción de eventos, por lo que me sorprende y casi me cuesta creer el presupuesto con el que cuentan para la financiación del festival. Es alucinante que se pueda congregar a tantos artistas con tan limitadas ayudas públicas como las que me comentan que se cuenta. Pero si algo bueno tiene esta Cumbre es que está llegando a público muy joven. Visibilizar el espectáculo de manera gratuita por las calles de Murcia es lo que tiene, aunque no vender humo también ayuda. Gracias a Antonio Parra, director de la Cumbre Flamenca, por hacerlo posible.
La 31ª edición del Festival que este mes de febrero se está celebrando en la Región de Murcia cumple sobradamente su función de dinamizar la cultura, esa que por el respeto sepulcral que merece el Flamenco jamás debemos perder. Sólo por el hecho de ser un vital estímulo para los que empiezan a quererlo, deberíamos venerar esta Cumbre y todas las que vengan.
Imagen superior: Entrega de Matriarca Flamenca a Juana la del Pipa. 31ª Cumbre Flamenca de Murcia. Foto: Longinos Marín
Texto: Jutxa Ródenas