No debe ser fácil poner punto final a una carrera artística después de más de cincuenta años de trayectoria. No debe ser fácil, pero Manuela Carrasco ya lo tiene decidido. La bailaora sevillana inicia en el Festival de Jerez la gira de lo que será su despedida de los escenarios con Siempre Manuela, un espectáculo que clausurará el sábado 9 de marzo en el Teatro Villamarta la 28ª edición del certamen. Previamente, Fernando Jiménez estrenará Camino en la Sala Compañía. El acto de presentación de ambos espectáculos ha estado presidido por Francisco Zurita, delegado de Cultura.
En su intervención, Zurita ha destacado algunos aspectos de la trayectoria de ambos artistas y la importancia de su presencia en el certamen. En el caso de Manuela Carrasco, “por su amplio bagaje y múltiples reconocimientos”. Respecto a Fernando Jiménez, por el hecho de representar “a las nuevas generaciones del baile de Jerez”. Asimismo, se ha mostrado satisfecho por el desarrollo de la muestra y que, a falta de pocos días para su finalización, “se ha podido apreciar cómo el público está respondiendo positivamente a la calidad y variedad de la programación”.
En Siempre Manuela no cabe esperar un hilo argumental ni la confluencia del baile flamenco con otras disciplinas dancísticas, pues este no es el estilo que suele impregnar las actuaciones de Manuela Carrasco ni el devenir de los más de veinte espectáculos que ha protagonizado la sevillana. Lo suyo es otra cosa. Lo suyo es el flamenco de raíz –ortodoxo o como quiera llamarse– sustentado por un poderoso atrás tanto en las voces como en lo musical.
Sin ningún guion que marque el camino, la llamada “Diosa” del baile flamenco intentará dejar su aliento en cada desplante y toda su fuerza interior en cada remate. La hija de José Carrasco ‘El Sordo’ desplegará la impronta de su baile al que ha sabido dar un toque personal hasta el punto de ser considerada una de las artistas más universales del género. De ello pudieron dar cuenta, por ejemplo, quienes asistieron a su doble aparición en el Festival de Jerez de 2022 con su espectáculo Aires de mujer y como artista invitada de Antonio El Pipa en Bodas de plata.
«Manuela Carrasco se acuerda de muchas vivencias de juventud, esos tiempos autodidactas “repitiendo pasos que veía” en otros artistas o arrancándose en plena calle a bailar aprovechando que su madre la mandaba por aceite. Preguntada sobre qué ha aportado al baile, dice que “no me apartado del flamenco cuando todo el mundo hacía barbaridades”»
En esta ocasión, como lleva haciendo en los últimos años, la bailaora sevillana estará acompañada al baile por su hija Manuela Carrasco Jr, a quien dio la alternativa sobre el escenario en la Bienal de Arte Flamenco de Málaga celebrada en 2021. En el cante contará con Enrique El Extremeño, Manuel Tañé, Rubio de Pruna y Samara Carrasco. A ellos se suma Jesús Méndez como artista invitado. El ritmo lo marcarán las guitarras de Pedro Sierra y Marcos de Silvia, el violín de Samuel Cortés y la percusión de José Carrasco. Y es que, como es su costumbre, su cuadro está conformado por artistas que le lleguen de verdad para que aflore su inspiración. Es en ese momento cuando la bailaora se crece y se muestra en toda su plenitud. “El público va a disfrutar mucho”, ha señalado.
Sin embargo, en este equipo artístico echará en falta a su guitarrista y marido Joaquín Amador, cuya pérdida tuvo lugar no hace mucho. “Este espectáculo es un pequeño homenaje hacia él”, de modo que una guitarra estará sobre el escenario para recordarlo. “Para mí es una nueva vida y hay que aceptarlo. Me ha costado mucho volver a bailar”, ha confesado Carrasco.
El recorrido de Siempre Manuela, a modo de gira de despedida que comienza ahora en Jerez, puede durar al menos dos años, puesto que la artista tiene cerrados contratos este año en diferentes escenarios de nuestro país y el próximo año irá a América. Cuando ponga su punto final a su carrera, retomará sus actividades en su Fundación y se plantea “seguir enseñando”.
Ahora que echa la vista atrás, se acuerda de muchas de sus vivencias de juventud o niñez, esos tiempos autodidactas “repitiendo pasos que veía” en otros artistas o arrancándose en plena calle a bailar aprovechando que su madre la mandaba por aceite. Preguntada sobre qué ha aportado al baile, ha respondido que “no me apartado del flamenco cuando todo el mundo hacía barbaridades”.