Hay diversas posibilidades de acercarse a un genio o a un maestro del arte, en nuestro caso, del arte flamenco, de la guitarra flamenca. Contamos ya con varios libros sobre Paco de Lucía, seguramente el mejor de la historia –al menos de la reciente– de la guitarra flamenca y especialmente de la de concierto y de composición.
El genio de Algeciras ha recibido muchos elogios, tal vez ninguno como el que le dedicó el otro genio y maestro de su generación, Manolo Sanlúcar: “Su guitarra encanta al que no sabe y vuelve loco al que sabe”. Ha sido revisado y divulgado en libros como los de Juan José Téllez, Paco de Lucía. Retrato de familia con guitarra (1994) y Paco de Lucía. El hijo de la portuguesa (2015) –para muchos el acercamiento más profundo–; Paco de Lucía y Camarón de la Isla (1998), de Félix Grande; Paco de Lucía. La evolución del flamenco a través de sus rumbas, de Diana Pérez Custodio (2005); y muy recientemente, El enigma Paco de Lucía, de César Suárez, 2024, entre otros. O en el documental La búsqueda (2014), de su hijo Curro Sánchez Varela, ganador de un Goya al mejor documental.
Lo escuchamos en este enlace junto a Manolo Sanlúcar en la magnífica película Flamenco (1995), de Carlos Saura. Sevillanas a dos guitarras, una delicia:
Nos centramos en esta ocasión en el libro que ha escrito el abogado Manuel Alonso Escacena. Paco de Lucía. El primer flamenco ilustrado está editado en la prestigiosa colección de Flamenco de la editorial Almuzara. Tiene ese título tan preciso y correcto, pues ciertamente Paco de Lucía es un flamenco ilustrado, curioso, un genio (más que maestro) de la música flamenca y de la música en general. A lo largo de más de cuatrocientas páginas nos acerca su autor al mundo personal y público del artista, repitiendo lo que en otros libros o entrevistas hemos podido saber y añadiendo otras anécdotas o circunstancias que le dan ese valor peculiar a este libro. Libro que no deja atrás la faceta más lamentable y oscura de Paco de Lucía, con detalles que están muy contrastados porque de lo contrario sería absurdo publicarlos. Así, junto a esas virtudes o luces señaladas –inteligencia, generosidad, amor a la música y a la lectura…– hay otros aspectos, sombras, como la controversia por los derechos de Camarón, injustamente tratado el de Algeciras por ello, o la vertiente de divo insoportable (a la vez que guardaba sencillez y humildad), su tabaquismo, el uso en algún momento de drogas o alcohol, la promiscuidad o “el machismo hasta el extremo” (p. 305), según el autor del ensayo.
Veamos a Paco de Lucía acompañando a otro genio, Camarón de la Isla, en su célebre tema Como el agua:
No está de acuerdo con algunas ideas acerca del artista. Así, frente a Félix Grande, que lo conoció muy bien, no cree que fuera triste, sino más bien bromista, con un humor irónico y negro (como dice su sobrina Malú). Respecto a su método, dice Alonso Escacena que no hizo un milagro, sólo aplicó un método, ya sabemos que con su padre muy encima desde niño. Y como dijo el mismo Paco: “Yo practico –toco– más de ocho horas al día desde que era niño, y a eso en mi tierra le llaman duende”. Otras expresiones que en alguna ocasión dijo en entrevistas, como lo de que la pureza es para nazis, parecen poco afortunadas.
Aquí tenemos una de las muchas entrevistas que le hicieron a Paco, en este caso una menos conocida quizá, realizada en Argentina por el periodista Fernando Bravo en el programa Con ustedes del ya lejano 1988, según los créditos:
Queda repasada, en suma, la trayectoria vital y artística de este artista magnético, universal, en este caso en un ensayo donde los comentarios del autor son frecuentes, diríamos que poco afortunados a veces, como cuando justifica la infidelidad de Paco y no solo esto, sino que respetara a las gitanas y no a las no gitanas. A estas alturas, no le vemos sentido decir: “Pero ya está; gitanas y se acabó. Del resto todo vale y se disparaba hasta en la veda. La juventud tiene esas cosas, y dejémonos de hipocresías, el que pueda o la que pueda, que tire la primera piedra, porque en esa época joven, quien más y quien menos ha toreado en esa plaza, y a esos años, hasta igual pidió el sobrero”. Agradecemos, al margen de algunos comentarios que sobran o chirrían, por muy personales que sean y estemos en un ensayo, el acopio de material interesante sobre la buena y la mala vida de Paco y, también, de su familia y amigos como el mismo Camarón.
Paco de Lucía. El primer flamenco ilustrado
Manuel Alonso Escacena
Almuzara, Córdoba, 2023