Jesús Corbacho (Huelva, 1986, 37 años) se alzó la madrugada del sábado 10 al domingo 11 con el más preciado de los galardones dentro de los concursos flamencos de España: la Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas de la Unión, que en este agosto de 2024 cumplía 63 ediciones. Cantaor que durante muchos años había desarrollado su carrera, fundamentalmente, en el cante de ‘atrás’, es decir, en el cante para bailar, toca ahora, en plena madurez, el premio de los premios. El galardón, dotado con 15.000 euros, supone un importante impulso para quien lo gana. Hay que recordar que de este certamen han surgido nombres como Miguel Poveda o Mayte Martín en cante, Vicente Amigo en guitarra o Israel Galván en baile. Corbacho obtuvo también el primer premio de Mineras, dotado con 6.000 neutros. Estos reconocimientos fueron bien aceptados por el público, aunque, lógicamente, siempre hay variedad de gustos y de opiniones.
La polémica vino con el premio al baile, El Desplante, que fue concedido a la bailaora japonesa Yunko Hagiwara ‘La Yunko’. En este caso la decisión del jurado fue recibida con una sonora pitada y gritos de tongo por buena parte de los aficionados que llenaban el antiguo mercado público de La Unión, hoy sede del festival. El público, en cambio, había aplaudido con entusiasmo y puesto en pie la actuación de otra de las finalistas, la bailaora María Canea, de Huelva, que venía siendo muy aplaudida y jaleada ya desde las semifinales. La propia Yunko, con gran sentido equitativo, reconoce que sus compañeras y rivales esta noche lo hicieron muy bien y que no esperaba ganar. Pero Yunko lleva muchos años viviendo en España, en Sevilla, y ha seguido su formación con importantes maestros y maestras.
Desde hace días se rumoreaba en los mentideros que existía una predisposición a darle el premio a la bailaora japonesa, porque ello tendría un mayor eco mediático. Cierto o no, lo que parece incontestable es que entre aficionados y personas del mundo del baile no se consideraba a La Yunko la mejor bailaora de la noche. En cualquier caso la bailaora no es una recién llegada, desde 2002 recibe clases en Sevilla, donde reside, de importantes maestros y maestras y ha actuado en numerosas peñas flamencas y en otros espacios. Es la primera vez que este premio sale fuera de España, y por supuesto, la primera vez que lo gana una japonesa, aunque otras ya lo habían intentado. Podemos hablar de un acontecimiento histórico en este certamen.
«La Lámpara Minera supone un importante impulso para quien lo gana. Hay que recordar que de este certamen han surgido nombres como Miguel Poveda o Mayte Martín en cante, Vicente Amigo en guitarra o Israel Galván en baile. Corbacho obtuvo también el primer premio de Mineras»
Jesús Corbacho
Jesús Corbacho, el ganador de la Lámpara, no es precisamente un desconocido entre los aficionados, cuenta con una larga carrera que comenzó cuando a los once años ganó un concurso nacional de fandangos en categoría infantil en su tierra, galardón que repetiría años más tarde ya como adulto. Posee otros premios y en este mismo festival, en 2008, obtuvo el premio por malagueñas. Como cantaor para el baile ha cantado para importantes figuras como Mario Maya, Milagros Mengibar, Merche Esmeralda, Rocío Molina o Pastora Galván, entre otras. Y con ellas ha actuado en medio mundo y en escenarios tan importantes como el City Center de Nueva York. Posee un primer disco en solitario, aunque con muchas colaboraciones: Debajo del romero. Considera que el cante para el baile es fundamental para un cantaor, sobre todo en el dominio del compás, de la medida. algo que a él se le nota para bien.
Otros premios del certamen unionense fueron ‘El Filón’, para instrumentistas flamencos, que recayó en el violonchelista madrileño José ‘El Marqués’, y el Bordón minero para guitarra, que obtuvo Joni Giménez, también de Madrid.
Pese al asomo de polémica reseñado, esta edición del festival que ahora concluye ha sido brillante en su apartado de galas con artistas profesionales y conocidos, y con mucho público en todas las actividades culturales y madrugadas flamencas. El concurso, en cambio, razón de ser del festival, se ha mantenido en términos dignos pero sin grandes descubrimientos en cuanto a jóvenes artistas.