Empieza a notarse la nostalgia que producen los últimos días del Festival de Jerez y parece que no nos acordamos de que hace quince días Sara Baras subía el telón de esta vigésimo octava edición. Estamos viendo propuestas de todo tipo, como ha de ser, desde las más tradicionales, en formas y estilos, hasta las más conceptuales o creativas, si se me permite el término.
Otro factor a destacar de este certamen es su capacidad de promocionar a artistas jóvenes que necesitan estos espacios para poder avanzar en sus carreras y por eso nos alegra enormemente el lugar ocupado por Juan Tomás de la Molía en Sala Compañía. Es de Trebujena y nació en 2000, así que nos podemos situar. Es hijo de la nueva etapa, es entusiasta, tiene unas ganas desbordantes, se puede comer el mundo.
Ha presentado Vertebrado, la propuesta con la que se inicia como solista y para ello ha contado con la figura de Manuel Liñán para la dirección. Ya lo he comentado en otras ocasiones en las reseñas publicadas e insisto en que es un verdadero acierto aspirar a crecer y exponer un mensaje ante el público dejándose aconsejar, ayudar y dirigir por alguien con experiencia, en un ejercicio de humildad que le permita al novel despejar cualquier tipo de dudas.
«Solo cuatro sillas en el escenario y unos pequeños destellos de luz en el suelo para ejecutar unos bailes llenos de talento. (…) Juan Tomás cantó y tocó la guitarra por bulerías. Lleva la fiesta consigo»
Juan Tomás disfruta y nos hace disfrutar en este espectáculo basado en su totalidad en el estilo más festivo o festero de todos, la bulería. En la hora que dura el montaje, el bailaor desarrolla sus amplios registros dancísticos pero siempre a compás, con alegría, sonriendo, gozando, siendo feliz. Él y los cantaores Jesús Corbacho y Pechuguita, y la guitarra de Jesús Rodríguez. Cantan, bailan, se acuerdan de Fernando de la Morena, El Pica o La Paquera, de romances por bulerías, hacen compás con las manos, con los pies, en el suelo, con el aire. Solo cuatro sillas en el escenario y unos pequeños destellos de luz en el suelo para ejecutar unos bailes llenos de talento, evidenciando la solvencia de un grandísimo bailaor al que veremos en los próximos años, y es lógicamente un augurio, en este Festival de Jerez con otras propuestas. Juan Tomás cantó y tocó la guitarra por bulerías. Lleva la fiesta consigo.
Manuel de Cantarote, en el ciclo de Peña en Peña
El ciclo De Peña en Peña congregó a la afición en la Asociación Cultural Flamenca Fernando Terremoto, en la que se ofreció un gran recital de cante Manuel de Cantarote. Este cantaor es del barrio de La Asunción, o sea, miembro de las familias flamencas que han hecho de esta zona un barrio flamenco más, y ha conocido a los grandes vecinos como Capullo de Jerez o al siempre recordado Fernandito Terremoto. Es por eso que demuestra su compromiso una y otra vez en formatos como estos en los que se acompañó de Nono Jero, sabrosa guitarra, y las palmas de Cantarote y Juan Diego Valencia. Magnífica comparecencia del jerezano en su peña.