Son las siete de la tarde cuando la Sala Turina tiene programado el estreno absoluto de Juan Carlos Romero. Ha venido mucha gente, el teatro está lleno, a rebosar de público amante de lo bueno.
Camisa blanca y pañuelo anudado al cuello. El guitarrista onubense entra en escena con aire desenfadado y muy flamenco. Él es uno de los guitarristas mejor considerados en el panorama flamenco actual y su último trabajo discográfico viene para refrendarlo. Un espectáculo que nos transporta a la Huelva de Juan Ramón, a decir por el título. A veces, los músicos tienen ese aspecto medio dejado pero perfectamente cuidado, como si quisieran ocultar a los ojos de los demás la grandeza de su duende.
El recital se titula El que va conmigo y yo. La intención del disco, como el propio compositor y guitarrista refiere, “no es más que un autorretrato sin dejar de lado ningún perfil”. Y continúa aclarando que “se siente tan del Flamenco, y tan de sí mismo, que tenía que sacar todo lo que sentía dentro y ponerlo fuera, y este disco ha sido la manera de hacerlo”. Sus composiciones son, por tanto, el resultado de una madurez personal y musical de quien sabe qué quiere y cómo contarlo. Temas preñados de exquisitez flamenca, de buen gusto y de una armonía que te envuelve en un torbellino sereno de emociones.
Inicia el concierto solo, el músico tras el instrumento, preludio de una noche que no nos va a dejar indiferente y no tarda en llamar a sus músicos a escena, para convertirse en una orquesta dirigida por un magnífico director. Ya en el segundo tema se ofrece un diálogo entre los instrumentos de cuerda y la guitarra de Romero en un vaivén de notas que vuelan sin cesar de uno a otro, en réplicas y dúplicas que multiplican los acordes.
El tercer tema da paso a la voz de Marina Heredia, la cantaora granaína que imprime la elegancia en el cante por soleá, escrita para Manolo Sanlúcar –El carro de la fortuna / en su puerta lo paró / el niño de sus entrañas / la muerte se lo llevó–, en respeto tras la terrible pérdida de su hijo. La solemnidad de la soleá se reflejó en los espejos de nuestros propios sentimientos.
«Esa nube azul, de Manuel Alejandro, adaptada a piano y guitarra por el pianista Juan Carlos Garbayo, es el momento estelar de la noche y también se lo dedica a su madre. En un instante que se nos antoja que no debe acabar nunca, la música parece que nos transporta a la banda sonora original de una gran película»
Y a su mumá Carmen le tocó por bulerías, con la colaboración al cante de Juan de Mairena y Carmen Molina, los coros, palmas y jaleos de los Mellis, y la percusión del mítico Tino di Geraldo.
El pañuelo de mi madre / se lo amarraba al cuello / y la vida florecía / El pañuelo de mi madre / el pañuelo de la vía. Qué belleza de tema y qué manera de prestigiar a esa noble mujer que “tenía un disolvente para los problemas de toda la familia. Lo concreto, lo real, lo cierto, derribaba todos los muros”. Y el amor materno se agarra a nuestros oídos, dejándonos su grandeza impresa en los tímpanos.
Esa nube azul, de Manuel Alejandro, adaptada a piano y guitarra por el pianista Juan Carlos Garbayo, es el momento estelar de la noche y también se lo dedica a su madre. En un instante que se nos antoja que no debe acabar nunca, la música parece que nos transporta a la banda sonora original de una gran película. Un momento álgido en el concierto donde todos los músicos interpretan su partitura con tal acierto, precisión y buen hacer que maravilla al público y deja una razón incontestable de la verdad en el toque y la capacidad compositiva de Juan Carlos Romero. Y brillante la colaboración del segundo guitarra, Álvaro Moreno, con el que ya anticipa que compartirá muchos más momentos.
Para culminar, el tema Ausente, dedicado al desaparecido Manolo Sanlúcar, es una muestra de respeto y cariño hacia el maestro.
Remata con unos fandangos de Huelva dedicados a Paco de Lucía y unos alegres tanguillos que compuso pensando de nuevo en su maestro, Manolo Sanlúcar.
El discurso compositivo del guitarrista onubense Juan Carlos Romero está teñido de colores, sus trabajos son excelentes, embelesadores, su música está bien medida y mejor interpretada, y a pesar de que cada tema fue compuesto en un tiempo distinto, todos tienen una razón común que los nuclea en el mismo discurso, dejando que el eje sobre lo que todos pivotan sea ni más ni menos que la propia vida del guitarrista, razones que taladran el alma y convencen a cualquiera que los escuche.
Desde luego, no me equivoco al pensar que ha sido uno de los conciertos de guitarra estelares de esta Bienal de Flamenco de Sevilla 2024.
Ficha artística
El que va conmigo y yo, de Juan Carlos Romero
XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Espacio Turina
28 de septiembre de 2024
Guitarra: Juan Carlos Romero
Segunda guitarra: Álvaro Moreno
Cante: Marina Heredia, Carmen Molina, Juan de Mairena
Percusión: Tino di Geraldo
Palmas y coros: Los Mellis
Trío Arbós:
Juan Carlos Garvayo, piano
Ferdinando Trematore, violín
José Miguel Gómez, violonchelo