Israel Galván es un volcán en plena efervescencia creativa. Hace poco más de un mes estrenaba en el marco de la Bienal de Sevilla su personal visión de la Carmen, acaba de culminar un espectáculo en Milán con música de Miles Davis, ha firmado una coreografía para la Ópera Nacional Griega… Y esta misma semana, el Teatro Central de la capital hispalense acoge nada menos que dos estrenos: Ri TE, con la artista caboverdiana Marlene Monteiro Freitas, y Sevillanas solteras, un singular exorcismo para enfrentarse a un palo que, según él mismo asegura, no sabe bailar. Y todavía queda un mes y medio para que acabe el año…
En este 2025 en que se cumplen 30 años del Premio Vicente Escudero en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba que conquistara Galván, tenemos la suficiente perspectiva para saber lo que fue, lo que es e incluso lo que puede llegar a ser. Y la primera conclusión es que, en su viaje en busca de sí mismo, el sevillano ha ido huyendo no solo de los corsés formales de la danza flamenca, sino también de los parámetros del espectáculo jondo convencional. Eso explicaría, en buena medida, su prolífica inspiración, ya que Galván no parece tan interesado en vender un montaje con el que poder irse de gira como hace el común de sus compañeros, sino que brinda un concepto, una forma de entender el baile, reproducible a través de múltiples creaciones, y por supuesto altamente improvisable. Puedes comprarlo o rechazarlo, pero el producto es el que es.
Muy atrás queda, en este sentido, el Galván de Los zapatos rojos o La edad de oro, por más que sea reconocible su sello y sus gestos recurrentes, que incluyen el martilleo con la punta de la bota, la percusión sobre las suelas o el repiqueteo de las uñas sobre los dientes. En aquellos trabajos había un gran componente experimental para llegar a la idea, el mensaje. Ahora todo tiende a ser experimento, búsqueda, juego. El experimento lo ocupa todo, es un fin en sí mismo. Quien acuda al teatro en busca del bailaor, puede sentirse decepcionado con una probabilidad muy alta. Pero tal vez se lleve una sorpresa.
«¿Implica esto una alejamiento, o incluso un divorcio, del flamenco? Este soy yo, parece decir, me tomas o me dejas. Quien sienta nostalgia de verlo bailar por seguiriya, más bien debería buscar entre sus viejos vídeos de Youtube. O quién sabe si esperar a su próxima invención»
RI TE, como la gran mayoría de artefactos de vanguardia flamenca de los últimos años, nació en Francia, en concreto en el Festival d’Automne de París. Una escenografía sencilla, tres paredes de madera que constriñen la escena iluminadas por una lámpara fluorescente bastan para que los artistas desarrollen un discurso en torno al hecho de bailar, que, como su título (reír en portugués) insinúa, tiene mucho que ver con el la alegría y el buen humor.
Para ello, se apoyan en todo tipo de técnicas actorales, de mimo y de payaso, con una serie de gestos reiterados que dotan de ritmo a la representación. Pero, más que perseguir la hilaridad –solo algunos espectadores aislados prorrumpe en carcajadas de vez en cuando–, lo que subyace en RI TE es la ruptura con la norma y, sobre todo, el desaprendizaje. Los dos artistas nos parecen niños porque se comportan, se mueven y bailan como lo hace quien no ha sido aún moldeado por el método, por la academia. Es una persecución de la inocencia imposible, de la naturalidad perdida.
Como dije antes, Israel Galván se aleja definitivamente del espectáculo al uso. ¿Implica esto una alejamiento, o incluso un divorcio, del flamenco? No parece que sea algo que le quite el sueño, seguro como está de llevar el flamenco en el ADN, de no poder ser otra cosa. Este soy yo, parece decir, me tomas o me dejas. Es una actitud radical en la que, justo es decirlo, el bailaor tiende a desvanecerse y dejar paso al performer. Quien sienta nostalgia de verlo bailar por seguiriya, más bien debería buscar entre sus viejos vídeos de Youtube. O quién sabe si esperar a su próxima invención.
Ficha artística
Ri TE, de Israel Galván y Marlene Monteiro Freitas
Teatro Central, Sevilla
14 de noviembre de 2024
Israel Galván, baile
Marlene Monteiro Freitas, baile