Y arrancó todo entre las seis cuerdas de Manuel de la Luz, el guitarrista onubense de Santa Bárbara de Casa. A modo de preludio de lo que nos venía por delante, nos entregaba un poquito de su taranta Cueva de la Mora. Así arrancó el primer pellizco de la noche. Cueva de la Mora es un lugar y yacimiento arqueológico enclavado en la Sierra de Huelva, poblada entre el Paleolítico y la Edad del Bronce. Quizás de ahí emerge la metáfora del cante de Leopoldo Vicente Redondo Saavedra El Pecas. Desde esa etimología del término Paleolítico que significa piedra antigua, que es su cante –piedra firme y antigua desde el buen sentido de su clasicismo cantaor–, al símil de ese bronce donde se encuentra el metal de voz de este flamenco que nos engancha como artista y, sobre todo, como ser humano.
Viernes 12 de abril, 21 horas. Ese era el día D y la hora nona. El centenario Gran Teatro abría sus puertas para que Huelva y sus gentes, así como cualquiera de los amigos de fuera, pudiéramos disfrutar del nuevo trabajo de Vicente El Pecas: De dónde vengo. Pocas veces un título de un disco ha resumido tan a la perfección la obra que lleva dentro. En él, Vicente Pecas nos trae sus vivencias y el legado que le transmitieron sus mayores. El dolor y las emociones que durante más de cincuenta años llevan enrocadas en la figura incomparable de quien hoy nos ocupa.
De dónde vengo, en palabras del periodista y crítico flamenco Ramón Arroyo Parazuelo, es un trasvase emocional y, por qué no decirlo, hasta umbilical (sic.). Es el legado recibido por el hijo de Manuela Saavedra la Lela, su Colorín como ella lo llamaba, nuestro Pecas. De dónde vengo es un regalo del que Huelva debe sentirse legataria, y subsidiaria y solidariamente el mundo flamenco, como Vicente lo es de forma directa de esas maneras flamencas que aprendió de niño, siempre con sus mayores, por tabernas y cuartos, siendo quizás el último eslabón de un tiempo que se marchó –en lo bueno y en lo malo–. De dónde vengo tiene sabor al muro de la barriada de Santa Lucía de Huelva, a carencias personales y familiares, a niño cuyo juego fue el cante en la necesidad de hervir la olla cuando a los once años quedó huérfano de padre y había que sacar adelante a una familia. De dónde vengo tiene olor a Venta Angelillo, taberna el Quitasueño, taberna de Cambra, El Frenazo y cuartos de señoritos, donde con aficionados mayúsculos como El Coria, Manuel y José Salazar Cantares, Azuaga padre, El Muela, Peque de la Isla, Antonio García El Brujo, Niño Miguel, Enrique El Extremeño, entre otros muchos, había que salir a batirse el cobre para llevar el sustento vital. Todo ello, además de los sonidos de un flamenco del siglo XXI, se compila en este trabajo de un cantaor cuyo conservatorio es su propia experiencia de vida.
Abrió la noche a compás de bulerías y tangos, con los coros de Olivia Molina, Juan Márquez, Los Mellis, las guitarras de Manuel de La Luz y Francis Gómez, la percusión de Javi el Claqueta y el teclado y piano de Manuel Moreno.
«Aquí sabía que no me fallarías. Cómo ibas a hacerlo. Tú frente a la guitarra de Manuel y Francis. Y todas las vivencias en tus cuerdas vocales. Por soleá te hiciste el desentendío, o tiraste tu cariño al río al pasar por el puente, allí tu eco era el de nuestro brujito. Aunque no quieras, y sé que querías de más, te salió el eco de su voz en la tuya y me distes ese segundo, que días atrás te pedí, donde el tiempo se para»
Con el piano de Manuel Moreno, la voz de Vicente El Pecas nos transportó al cante por alegrías, con el título No veo la hora, con letra y música de Jesús de Fariña. Una voz muy peculiar para este cante, y una opción valiente y certera la de hacerse acompañar con ese instrumento.
En los fandangos de Huelva no hubo ojana. No puede haberla. Eso se ha mamado y fluye por las arterias, desde el corazón a la garganta. Rememorando en una preciosa letra cómo se hacía el compás con los nudillos en los mostradores de taberna. Magníficas las colaboraciones en este tema de Olivia Molina en el fandango de Paco Isidro, de Juan Márquez, olas de la mar en calma…, de los Mellis, y las guitarras de Manuel de La Luz y Francis Gómez. Prosiguió con el tema Tú eres la flor, en una versión actualizada de la rumba que él mismo compuso hace más de una década
Y en la parte más clásica nos sirvió en bandeja un ramillete de cantes de esos con los que lleva toda la vida deleitándonos. No pudieron faltar las soleares con sabor a Brujo, así como los tarantos y tonás/martinetes con aroma a El Muela. Aquí sabía que no me fallarías. Cómo ibas a hacerlo. Tú frente a la guitarra de Manuel y Francis. Y todas las vivencias en tus cuerdas vocales. Por soleá te hiciste el desentendío, o tiraste tu cariño al río al pasar por el puente, allí tu eco era el de nuestro brujito. Aunque no quieras, y sé que querías de más, te salió el eco de su voz en la tuya y me distes ese segundo, que días atrás te pedí, donde el tiempo se para. Más también me/nos lanzaste un regalo por Levante, acordándote del aún hoy omnipresente hijo adoptivo del flamenco onubense que fue Antonio Castillo Melero El Muela. ¡¡Qué dos tarantos, madre mía!! Y llamaste al cante por siguiriya, acordándote de aquella letra por toná donde la señora comandanta, de una pena que le dio, nos puso a secarnos un ratito al sol.
Como remate de la actuación, el regalo del fin de fiesta por bulerías con el baile de Antonio Maya El Petete. Sin contemplaciones, Pecas estaba a gusto. Petete bailó al cante con la racialidad que le caracteriza. Cada desplante contestaba a un quiebro de la voz de Vicente, y como no podía ser de otra manera, nuestro Pecas acabó dándose su pataíta.
Desde luego, si este trabajo discográfico es el homenaje a años de vivencias y sobre todo a esa mujer flamenca, madre admirable que fue Manuela La Lela, está claro que el cometido se ha conseguido. Huelva se ve reflejada y quiere a su Pecas, como Pecas quiere a Huelva. Ese ole, sentido, sincero y a compás lanzado desde un balcón de la general por la bailaora onubense Isabel Toscano –de los más flamencos que pueden escucharse y sentirse– resume en menos de un segundo lo que la ciudad siente por su cantaor. Una vez más nos entregamos a uno de los artistas imprescindibles de nuestro último medio siglo de historia flamenca. Como ya he comentado anteriormente, el último eslabón de unión de la cadena de transmisión de la Huelva flamenca que fuimos y la que somos. Disfruten De dónde vengo, resultado del amor que profesa a La Lela su Colorín.
Ficha Artística
Vicente Redondo El Pecas – ‘De dónde vengo’
Gran Teatro de Huelva
12 de abril de 2024
Presentador: Ramón Arroyo Parazuelo
Cante: Vicente Redondo El Pecas
Guitarras: Manuel de la Luz y Francis Gómez
Coros y palmas: Olivia Molina Brito, Juan Márquez, Los Mellis
Percusión: Javi El Claqueta
Teclado y piano: Manuel Moreno
Baile: Antonio Amaya El Petete
Imagen superior: José Antonio Castilla