El II Festival Flamenco Guirijondo abre sus puertas en Palomares del Río (Sevilla). El pueblo ha engalanado las calles con pendones publicitarios que, de camino, orientan al visitante y ofrecen una bonita imagen del paisaje de la localidad.
Con el alcalde Manuel Benjumea, a quien le ha correspondido dar la bienvenida, se ha alzado el telón del novísimo teatro Teatro Municipal Carlos Álvarez-Novoa, un teatro lleno de ilusiones para que “el festival se convierta en el referente de los festivales internacionales de Flamenco” y sea “el escaparate para que Palomares se proyecte en el mundo desde la cultura y, en concreto desde la expresión musical que identifica el pueblo”.
Entre el público asistente se encontraban los miembros de la corporación municipal, el vicealcalde de Coria del Río y la homenajeada en esta segunda edición: la periodista Kyoko Shikaze.
La inauguración ha contado con tres momentos claramente definidos: la apertura de la exposición fotográfica de Tomoyuki Hotta; el pregón, que se ha convertido en la llave que abre las actividades de los cuatro días que dura el festival; y la parte artística, que este año ha venido de la mano del marsellés José de la Negreta, y la guitarra de Antonio Moya.
Tomoyuki Hotta
La Hacienda Ulloa es el lugar elegido por la organización para mostrar en sus paredes la exposición de fotografías de Tomoyuki Hotta, resultado del encargo de un trabajo en homenaje a Paco de Lucía, en Algeciras. Una interesante simbiosis entre el espacio, que es de gran belleza y bien patrimonial palomareño; y la obra más flamenca de este fotógrafo japonés, formado en cine y que, sin ser especializado en Flamenco, ha sabido captar la esencia de este arte, la fuerza del grito, la plasticidad del baile, la marcada personalidad de los artistas y el sentimiento flamenco sobre los escenarios. Es admirable el juego que realiza con el color y las sombras, la capacidad de captar con la cámara instantes de máxima expresión y otros de gran intimidad.
El pregón-conferencia de Suárez Japón
El orador prefiere el tratamiento de conferencia pues, como él mismo afirma, le “da mayor margen para explicar cosas nuevas”. Juan Manuel Suárez Japón está unido por su nacimiento al pueblo vecino de Coria del Río; sus antepasados convivieron con la expedición de japoneses que se afincó en esa localidad; y su enorme conocimiento del país nipón y del Flamenco lo posicionan como el candidato perfecto para abrir el Festival Guirijondo, que este año se dedica al país del sol naciente. El exconsejero de Cultura que según palabras de Manuel Bohórquez (director artístico) “más se ha comprometido y más ha hecho por el Flamenco y el político que más entiende del arte jondo”.
Suárez Japón inicia un discurso repleto de anécdotas y de sabiduría, de sus propias vivencias y de las relaciones históricas entre España y Japón y viceversa, dando una doble visión de los intercambios flamencos entre ambos países. Desde lo histórico hasta lo anecdótico, pintando una relación entretejida desde la visita de la primera compañía de baile con la Argentinita entre 1929 y hasta nuestros días. Así afirma que “la historia de las relaciones del flamenco con Japón es la historia de una mutua fascinación”.
Francia en el cante y el toque
El tercer momento del acto inaugural lo protagoniza el cante. Dos artistas unidos a Francia. En el caso del cantaor José Santiago Fernández –José el de la Negreta–, nacido en Garrucha (Almería) y emigrado con la familia a Marsella (Francia), donde sigue afincado. Y el guitarrista nacido en Nimes (Francia) Antonio Moya, quien decidió siendo muy joven trasladarse a Utrera (Sevilla), buscando beber de las fuentes originales del Flamenco. Ambos artistas dejan entrever la complicidad que los une y que es primordial para que la voz y la música sean armonía en esencia.
José el de la Negreta es un cantaor riguroso, de los que saben comunicar con el público y que busca transmitir. A pesar de la alergia, el de la Negreta ha mostrado profesionalidad, saber hacer, y ha demostrado que en Francia se sigue tutelando el cante con el sabor que se llevaron de Andalucía a tierras francesas. Ha escogido una acertada selección de cantes para su repertorio, comenzando con taranto y cartagenera, soleá, alegrías, seguiriya, bulerías y un remate por fandango. En las bulerías acompañaron a las palmas Juan Torres, Manuela, María y Juan José, y como dijo Antonio Moya “a compás de Marsella”.