Todavía con el subidón en el cuerpo por lo vivido en el Maestranza con el espectáculo de Manuel Liñán, llegamos a un Teatro Alameda que prometía, a su manera, otra noche de emociones fuertes. Cuentan que fue en un concierto benéfico donde surgió la idea de juntar a un puñado de músicos de primera para alumbrar una de las noches únicas de la Bienal 2024. Para algunos, una forma de cubrir la cuota mínima de modernidad o fusión que exige el certamen; para otros, la ocasión de verificar una vez más lo que ya sabemos: que las fronteras del flamenco se volvieron líquidas hace mucho tiempo, si es que alguna vez han sido verdaderamente sólidas, y que las conexiones con el blues, el jazz o el funk nos parecen ya de lo más naturales, e incluso clásicas.
Los mimbres no podían ser más adecuados: un saxofonista que ha tocado con Rafael Riqueni o Andrés Marín, entre otros, y su fiel guitarrista. Un bajista que puede presumir de ser el primero en haber conquistado (con todo merecimiento, cabe subrayar) la Lámpara Minera de La Unión. Y un batería que ha tocado con Camarón, Paco de Lucía, Vicente Amigo… Bueno, si decimos con quién no ha tocado acabamos antes.
Debo señalar que el arranque quedó por debajo de las expectativas. Soleá de Triana, bulerías, seguiriyas, zambra y tangos de Granada fueron calentando el ambiente –si se admite la ironía, ya que una noche más el Alameda era una sucursal del infierno, apenas aliviada por los abanicos– muy despacio, haciendo sospechar que los ensayos no habían sido muchos y que el éxito de la noche iba a confiarse en la brillantez individual de los músicos. Un Pepe Bao ausente o demasiado pegado a los papeles del atril, la guitarra de Ezequiel Reina sonando más bien escuálida, y hasta algún molesto acople, empezaron dando la sensación de cierto desaliño impropio de una Bienal.
«Se guiñó a Triana y su noche desesperada por tangos, y a Nirvana y su Smells Like Teen Spirit por bulerías. Éste fue sin duda el momento álgido del recital. Y con Gautama del Campo echándose a la espalda la responsabilidad mayor del repertorio, y demostrando por qué es un sobresaliente exponente del saxo flamenco»
Hasta que llegó la hora de honrar a los Amadores y a Pata Negra, y todo se transformó de pronto. Una descarga de energía positiva cruzó el Alameda desde el escenario al patio de butacas y vuelta, y a partir de ahí todo funcionó a la perfección. Pero estos Elementos tenían todavía por sacar su arma (no tan) secreta, ese José Caraoscura que aterrizaba sobre las tablas sin apenas poder caminar, asistido por dos personas, pero que iba a meterse en el bolsillo al respetable a base de age, rapeos y cantiñeos bien dichos, sin olvidar ese memorable contoneo “dedicado a todas las personas de movilidad reducida”.
Pepe Bao se lució al fin a sus anchas con su Onde bass por bulerías, desplegando ese virtuosismo que abarca todas las técnicas, del tapping al slap, en grado superlativo y con un pellizco estremecedor. En la brillante generación de bajistas flamencos que existe hoy, todavía no hay nadie capaz de igualar esa espectacularidad (ni de presumir de haber tocado con Remedios Amaya, Aurora Vargas y Barón Rojo).
Se guiñó a Triana y su noche desesperada por tangos, y a Nirvana y su Smells Like Teen Spirit por bulerías. Éste fue sin duda el momento álgido del recital, mientras que el bis en homenaje a Diego de Morón, con el moronense David El Galli como cantaor invitado y Caraoscura sembrado hasta el final. Y a todo esto, con Gautama del Campo echándose a la espalda la responsabilidad mayor del repertorio, y demostrando por qué es un sobresaliente exponente del saxo flamenco (escuela Jorge Pardo, metales cantaores) y un músico al que hay que seguir siempre.
A menudo se piensa que programar flamenco de fusión puede ser una manera de atraer a las nuevas generaciones de espectadores, pero a la salida del teatro quedaba patente que la media de edad del público era de unos 50 años. Parece que nosotros, los de entonces, seguimos siendo los mismos.
Ficha artística
Elementos, de Gautama del Campo
XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Teatro Alameda
15 de septiembre de 2024
Saxos: Gautama del Campo
Guitarra flamenca: Ezequiel Reina
Voz: Caraoscura
Bajo: Pepe Bao
Percusión: Tino Di Geraldo