Se unió el almíbar con el tocino de cielo. El cante dulce de Gabriel de la Tomasa con la guitarra de guirlache de David de Arahal. Fundieron la sensibilidad en una noche memorable. Se homenajeaba a Pies Plomo. Y la Peña Flamenca Torres Macarena (Sevilla) chorreó el azúcar de dos flamencos que entienden lo jondo desde balcones con guirnaldas.
David hizo el amor con la guitarra. Tocó mejor que nunca. Acarició sus cuerdas como quien pinta con las yemas de los dedos las curvas de una mujer, poseído por el calor de una garganta privilegiada. Gabriel tejía con florituras cada uno de los cantes que recreó. Sembrando la impronta de una exquisita personalidad y un delicioso gusto para encontrar los rincones escondidos del pentagrama.
Hilvanó una farruca desde el camerino haciéndole cosquillas al silencio. Gabriel presentó las credenciales de un cantaor con buenos bajos que no necesita la ostentación del grito. Pero sabe apretar cuando duele. No se resguardó en el alivio. Prosiguió por malagueñas de La Peñaranda y se abandoló por lucentina, jabera y fandango de Frasquito Yerbabuena. Luego entonó corridos y romances acordándose del de la monja, el de Zaide o el del Conde Niño para cerrar una primera parte que abrochó por cantiñas, paseando por Cádiz, Lebrija, Utrera… arromerándose, con aires de mirabrás y bordando las alegrías de Córdoba.
«David de Arahal hizo el amor con la guitarra. Tocó mejor que nunca. Acarició sus cuerdas como quien pinta con las yemas de los dedos las curvas de una mujer, poseído por el calor de una garganta privilegiada. Gabriel de la Tomasa tejía con florituras cada uno de los cantes que recreó»
Volvió al entarimao llamando al gañán por temporera, trilla y liviana con remate seguiriyero. Se fue a Levante a por fandangos del Niño de Cabra y Niño de Barbate culminando con un taranto que cantaba su abuelo. Abrió ligando la soleá de Pinea con una ristra de variantes trianeras pa revolcarse en las del Zurraque, sin olvidarse de la apolá. Y se fue con su musicalidad sellando el recital con fandangos de Huelva, de Pepe Aznalcóllar y de El Carbonerillo.
Compenetrados hasta en el aliento, a pecho descubierto y con el alma desnuda Gabriel y David pergeñaron un ritual de caricias que encandiló a gran parte del público. Otra fue abandonando la sala empalagada de tanto caramelo. Porque a algunos esto les aburre. Enemigos del cante bonito, amantes del zamarreón crujiente y quejíos duros. Se entiende.
Lo que no comprendió este crítico fue la conferencia previa del compañero Manuel Cerrejón. A pesar de haber cultivado buena amistad con Pies Plomo y disponer en su archivo de multitud de documentos gráficos y sonoros, además de las experiencias, desaprovechó la oportunidad de lucirse a los 100 años de su nacimiento y agasajar como es debido al homenajeado, abuelo del cantaor, porque apoyó su disertación en una obra audiovisual de cuestionable calidad y de su autoría sobre el cante y los cantaores de la Alameda de Hércules. Aparte de en su propio ego.
Gabriel y David untaron crema a la afición. Se llevaron un cartucho de oles y la brisa que los vellos alzaron al ponerse de punta. Yo me vine pa casa pensando que se había colado un jilguero en Torres Macarena.
Ficha artística
Homenaje a Pies Plomo
Peña Flamenca Torres Macarena, Sevilla
5 de mayo de 2024
Cante: Gabriel de la Tomasa
Guitarra: David de Arahal
Conferenciante: Manuel Cerrejón