A ver, cómo lo explico. Manuela Carrasco es el nombre y el apellido de una bailaora que será recordada por siempre, aún pasen cien años, y está con nosotros con la misma mirada de hace cincuenta y cinco años pero con un bagaje único e irrepetible. Esta diosa, como todos la llaman, es altamente atractiva en el escenario, así como le pasa a los buenos toreros, propios de una época en la que el arte estaba por encima de la persona, como diría aquel.
No sé si muchos de los grandísimos espectáculos que se han estrenado en los últimos años, de tan grandes profesionales, con magníficos directores escénicos y dramaturgos en la ficha técnica, con sorprendentes diseños de luces, con coreografías de nivel top, quedarán en el saco del olvido. Lo que no me cabe duda es que la soleá de Manuela Carrasco llegó para quedarse. Sus brazos, sus poses, su perfil, sus cejas levantadas, su color a sangre, su pelo azabache, sus girones… son para quien escribe gotas de oro.
Ayer, 9 de marzo, Manuela ponía fin a la vigésimo octava edición del Festival de Jerez, iniciando, a la par, su gira de despedida que, según comentó ella misma en la rueda de prensa previa, duraría unos años porque además de por España hay que viajar a América. Por otro lado, lo suyo será como el fandango de aunque me voy no me voy, porque una cosa es que deje de montar propuestas de estreno y otra es que cuelgue las botas para la eternidad. Hay que recordar su peso en la enseñanza, con su fundación, y ahí volcaría sus renovadas inquietudes artísticas.
«Con solo levantar la barbilla, el corazón te lo revienta. Manuela por caña mete los pies “en los momentos justos”, como le aconsejó su padre cuando empezaba. Y cómo viste, qué traje, qué majestad. Su hija se baila por alegrías sin abusar de estridentes movimientos y gusta»
En Siempre Manuela, la artista viene con su gente, con su hija Manuela, que es una joya verla en escena, sobre todo por una estampa tan flamenca y gitana, con otra mirada impactante, o Enrique El Extremeño, que la conoce al dedillo y le exige en los momentos que sabe que la bailaora puede dar más de sí. Pero faltó Samara, que tenía un pequeño problema en la espalda, y, por supuesto y con especial mención, Joaquín Amador, el marido y guitarrista eterno, la otra mitad, el inspirador, la seguridad de Manuela. Desde mayo de 2023 nada es lo mismo en esta casa ante tan importante ausencia. Toda una vida, desde los 17 años que lo conoció y “empezamos a ronear”, casándose con 19 años.
Manuela comienza con una proyección emocionante porque repasa, en pocos segundos, por qué es la reina. Y rienda suelta a los jaleos extremeños, pasando a ocupar protagonismo Enrique por malagueñas y fandango de Lucena. Sale uno de los invitados estelares, Jesús Méndez, que aprovechó el espacio y la confianza para afianzarse como el figurón que es. Manuela lo ha elegido a él para esto y eso va cargado de un significado especial. Por fandangos hace retumbar al teatro. En las guitarras están Pedro Sierra, como experimentado, y Marcos de Silvia, viviendo un sueño. Marcos es un joven jerezano que lleva tocando desde niño y se ha labrado un futuro prometedor a base de esfuerzo y cariño, y eso hay que decirlo también.
Con solo levantar la barbilla, el corazón te lo revienta. Manuela por caña mete los pies “en los momentos justos”, como le aconsejó su padre cuando empezaba. Y cómo viste, qué traje, qué majestad. Su hija se baila por alegrías sin abusar de estridentes movimientos y gusta, como las bulerías de Tañé y Rubio de Pruna. La percusión la asume José Carrasco y el también jerezano Samuel Cortés hace música con su violín.
Y llega la soleá, con Enrique entusiasmado, apretando los reaños, y haciendo historia nuevamente. Manuela es Manuela, una realidad hecha historia. Hay quien llora, jalea, vibra… Manuela está bailando por soleá.
Ficha artística
Siempre Manuela. Gira de despedida – Manuela Carrasco
XXVIII Festival de Jerez
Teatro Villamarta
9 de marzo de 2024
Baile: Manuela Carrasco
Colaboración especial: Manuela Carrasco Hija
Artista invitado: Jesús Méndez
Cante: Enrique El Extremeño, Manuel Tañé, Rubio de Pruna
Guitarra: Pedro Sierra, Marcos de Silvia
Violín: Samuel Cortés
Percusión: José Carrasco
Dirección musical: Pedro Sierra