David Coria es un animal escénico. Su cuerpo en movimiento lo dice todo y cautiva al espectador porque es pura expresión, tanto en la sensibilidad como en la agitación, tanto en los deseos como en la bravura. Los bailes robados es un espectáculo que ya tiene recorrido, desde sus comienzos como work in progress hasta ya como montaje definitivo por escenarios de ciudades de Europa.
Plantea una escena oscura, propia de una noche en un bosque en la que suceden misteriosos acontecimientos contados a través de la danza como ritual de raíz. Esto es, David y su equipo, tanto dancístico como musical, nos hacen sumergirnos en tan fantasiosa madrugada, en la que conviven sensaciones de belleza, francamente destacable, hasta la propia desesperación de la oscuridad y las dudas.
A través de movimientos en conjunto, David Coria y su cuerpo de baile, integrado por el altísimo talento de Aitana Rousseau, Florencia OZ, Iván Orellana, Marta Gálvez, van narrando el relato que en momentos sacuden al espectador, nos hace reflexionar desde un lenguaje estilizado. David Lagos es el cantaor de la noche y lo hace de forma inconmensurable, ya que es un perfil que sabe adaptarse a las circunstancias, imprimiendo dramatismo en letras y formas, interpretando el papel del pregonero, acudiendo a sus cantes de silencio.
«David y su equipo, tanto dancístico como musical, nos hacen sumergirnos en tan fantasiosa madrugada, en la que conviven sensaciones de belleza, francamente destacable, hasta la propia desesperación de la oscuridad y las dudas»
En lo musical, se apuesta por instrumentos como el saxo de Juan M. Jiménez, y el chelo (también la voz en un concreto momento) de Isidora O’Ryan, jugando ambos un papel fundamental en el espacio sonoro. La ambientación ayuda sobremanera a no despistarnos y por eso desde que da comienzo al final es imposible mirar para otro lado que no sea el centro de la escena, a pesar por cierto de que rara es la vez que no suene un maldito teléfono móvil.
“Ímpetu”, “frenesí”, “columbario”, “niños pobres”… son algunos temas y palabras que salen del escenario al principio cuando se baila abrazado, agarrados de la mano y prácticamente flotando por el aire. Coria con Isidora se marcan una farruca majestuosa, para volver a la tierra, como raíces que salen de las tablas, como tribus que bailan por la selva. Desde el techo bajan unas especies de barras para servir al discurso de mayor contenido, barreras a sortear.
Es una obra en la que prima la sensibilidad de la expresión dancística y en la que el mensaje, sin necesidad de profundizar, llega al tuétano y consigue calar porque crea ese feedback necesario para la emoción. La obra está cargada de elementos significativos y si leemos la información que nos ofrecen previamente es mucho más espectacular todo, pero no es imprescindible, porque como he referido anteriormente, solo hay que dejarse llevar para que el corazón palpite.
Ficha artística
Los bailes robados– David Coria
XXVIII Festival de Jerez
Teatro Villamarta
4 de marzo de 2024
Baile: David Coria, Aitana Rousseau, Florencia OZ, Iván Orellana, Marta Gálvez
Voz y chelo: Isidora O’Ryan
Cante flamenco: David Lagos
Saxofón (tenor y soprano): Juan M. Jiménez