Ahí tienes a los hermanos Fernández Montoya –se oye decir–. A Juan Manuel y a Antonio. A por ellos, cantaora. El escenario es inusual: un salón de reuniones del Hotel Hilton Garden Inn de Nueva York. Unas horas más tarde, Farruquito y El Farru se prestan a actuar en todo un Carnegie Hall del Festival Paco de Lucía Legacy. Pero antes se abren en canal ante la cámara de Expoflamenco para reflexionar con sentimiento y hasta buen humor sobre ese luminoso presente que atesoran y sobre eso que llamamos arte flamenco.
«En el flamenco solo necesitamos que la voz salga del corazón, pase por el conocimiento, se dé una vuelta por el respeto y se quede un ratito en la afición. Y así salen cosas bonitas cuando ni siquiera se pretenden», dicen.
«En el flamenco solo necesitamos que la voz salga del corazón, pase por el conocimiento, se dé una vuelta por el respeto y se quede un ratito en la afición»
Y Paco de Lucía, ¿qué? «El maestro nos ayudó a entender que no por el hecho de evolucionar tenemos que dejar de ser flamencos en nuestra esencia. Podemos beber de todas las fuentes, pero siempre tener claro el manantial de tu alma».
«Nuestra vida es un espectáculo –dice Antonio de forma solemne– por nuestro compromiso con el arte. Yo, por ejemplo, no sé echarle seis horas al flamenco y luego dejar de serlo. Soy flamenco siempre». Su hermano Juan añade con ironía: «Es como si eres jipi los lunes, miércoles y viernes. O eres jipi o no eres jipi».
Disfrutad de estas y otras reflexiones en la entrevista audiovisual adjunta, en la que además descubriréis alguna que otra sorpresa con la firma de Jafelín Helten y los hermanos Fernández Montoya. El espectáculo está garantizado.