Me lo comentó esta mañana su sobrino Juan Manuel Agujetas con estas sentidas palabras: «¡Qué pocos nos van quedando, ya sólo nos quedan mi Tía Juana Agujeta y mi Tia Leka Agujetas», en referencia a Angelita quien marchó a Estados Unidos tras casarse.
En efecto, el adiós a Luis Agujetas significa también despedirse de todos los hijos varones del matrimonio formado por Manuel de los Santos Gallardo ‘El Viejo Agujetas’ y Ana Pastor Monge. Esto de las genealogías gitanas puede decir mucho o todo lo contrario. Pero, en el caso de esta familia, lo cierto es que cada uno de sus miembros le injerta a los tercios del cante un rictus muy identificable. En cierto momento escribí que los Agujetas eran ‘voces nacidas para el dolor’. Esa expresión áspera y dura buscando siempre el lamento por encima de gustar al receptor. Si me lo permiten, del todo astringente, un vocablo que la Lengua Española describe como ‘una sensación entre la sequedad intensa y el amargor’. Así, el cante de esta ralea, así el cante de Luis Agujetas que nos acaba de decir adiós.
«En cierto momento escribí que los Agujetas eran ‘voces nacidas para el dolor’. Esa expresión áspera y dura buscando siempre el lamento por encima de gustar al receptor»
Quizás estuvo un poco a la sombra de sus hermanos Manuel y Diego, tal vez por su carácter un poco más disperso, frecuentando locales como La Carbonería de Sevilla. Pero no hay que dudar que era un digno legatario de la manera de pronunciar la queja heredada de su familia. Ahí está una corta pero significativa discografía que puede dar buena cuenta de ello. Sobresale su trabajo en solitario El turista soy yo (CD y DVD) junto a la guitarra de Carlos Heredia para el sello DiscMedi Blau de 2007 y, antes compartido con su hermano, el disco Diego y Luis Agujetas con Moraíto de 1995 para Triana Records. Aparece igualmente en los archivos un álbum titulado Entre tu tierra y la mía con la guitarra de Gerardo de Alcalá, una autoproducción de 1999 que contó con el apoyo de Rubina Valenzuela.
Basta asomarse a cualquiera de ellos para comprobar su procedencia y esa forma única de decir los cantes con una rebeldía feroz, con ‘tragirrabia’, como acuñara el poeta Manuel Ríos Ruiz. Descanse en paz el menor de los hijos varones del Viejo, Luis Agujetas.