Había expectación entre los aficionados malagueños congregados en la Peña Torre del Cante de Alhaurín de la Torre por ver a Esperanza Fernández. Y pese a que el sonido, y sus misterios insondables, no le acompañó y un móvil inoportuno sonó en medio de su seguiriya, la trianera se sobrepuso a las adversidades y salió airosa del trance.
Principia por soleá de su barrio de Triana —pellizca nada más templarse— que remata por caña. «De las cosas más ocultas, el tiempo tiene la llave, a la larga o a la corta con el tiempo to’ se sabe›.
Prosigue por alegrías —ya sin amplificación, al no acompañarle el sonido—, que remata por bulerías de Cai con una naturalidad pasmosa.
«Hemos hecho un esfuerzo de cantar a capela, las peñas tienen que velar por la solera. Los móviles hay que dejarlos en la casa, hay que escuchar» (Esperanza Fernández)
A continuación, hace honor al apelativo de «cantaora larga» que María Donaire, directiva de la peña anfitriona, le había dedicado y evoca a Marchena en la milonga y la guajira, con Miguel Ángel Cortés, un lujo, a la guitarra.
Las seguiriyas de Triana se ven abruptamente interrumpidas por un móvil inoportuno. Paran de forma elegante por unos segundos su actuación sin decir una palabra, para continuarla después sin perder un ápice de profundidad.
Dice adiós por bulerías, en las que recuerda a El Chozas y, descalza, ofrece una pataíta de arte y pellizco. Besa en la cabeza a sus acompañantes, Miguel Ángel Cortés y su hijo Miguel Fernández, que la arropó a la percusión, y expresa su disgusto por lo acontecido: «Por favor, hemos hecho un esfuerzo de cantar a capela. Las peñas tienen que velar por la solera. Los móviles hay que dejarlos en la casa y hay que escuchar».
Imagen superior: Paco Aragón
Ficha artística
Esperanza Fernández
Peña Torre del Cante de Alhaurín de la Torre (Málaga)
27 de enero de 2024
Aforo: Casi lleno
Cante: Esperanza Fernández
Guitarra: Miguel Ángel Cortés
Percusión: Miguel Fernández