El Pele desplegó su maestría, un vozarrón que modula a voluntad y su acusada personalidad y buen gusto para salir por la puerta grande en el Teatro Cervantes de Málaga.
Principia por granaínas y la zambra Suelta la luna un suspiro, con Niño Seve, ajustado como un guante, al toque.
Prosigue por malagueñas, de El Mellizo, La Peñaranda y La Trini, «ya que estamos en la tierra, para los buenos aficionados». Las remata en una interpretación valiente por abandolaos, en los que se incorporan Emilio Martín, al violín, José Moreno, a la percusión, y Edu Gómez y Naím Real, a las palmas. «Ole esa guitarra», jalea un aficionado a Niño Seve.
«No sé lo que voy a hacer ahora», confiesa el cantaor cordobés. «Lo que tú quieras, maestro», le espetan. «No sé lo que voy a hacer, pero lo que haga va con todo mi corazón para vosotros», asegura.
El violín, sutil y enduendado, le da la entrada para cantar La saeta de Machado y Serrat, que inicia en tonos bajos y de repente sube pellizcando al más pintado. Los vellos como escarpias. La engarza con uno de sus cantes bandera, la soleá —«Se acostumbra el gorrión al ruido de los coches y no me acostumbro yo»—, que no se olvide le valió en su día el Giraldillo al momento mágico de la Bienal de Sevilla. Por momentos, acelera el ritmo hasta la soleá por bulerías y termina cantando puesto en pie y sin amplificación. Haciendo honor al título del espectáculo, puro y salvaje. Es capaz de dibujarle la felicidad en el rostro a los presentes. Momento álgido. Los aficionados le brindan una cálida y sentida ovación. «Ole tú», le espetan.
«En la soleá hace honor al título del espectáculo, puro y salvaje. Es capaz de dibujarle la felicidad en el rostro a los presentes. Momento álgido. Los aficionados le brindan una cálida y sentida ovación. Ole tú, le espetan»
«¿Qué viene ahora? Dicen los niños que me levante», bromea con su cuadro, que le concede un receso. La guitarra de Niño Seve y el violín de Igmar Alderete dialogan y se tutean para deleite del respetable.
«¡Qué bien lo hacen los niños!», exclama El Pele, ya de vuelta, antes de dedicarle una versión flamenquísima de Alfonsina y el mar «a las damas y a esos aficionados nuevos que se incorporan al flamenco». En su voz y quejío insondable todo suena flamenco y enjundioso.
«Nos vamos a ir a Cai por alegrías a mi forma», anuncia y se las dedica a «todos aquellos que están haciendo cosas por el flamenco». Y a fe que les imprime su sello personalísimo, que uno no se cansa de escuchar. Máxime si las remata enhiesto y sin micrófono con Si mi voz muriera en tierra, de Alberti y sigue sonando como un cañón.
A petición del público, interpreta sus archiconocidas Sevillanas del Pañuelo, profundísimas y flamenquísimas, y dice adiós con El jinete y una larga tanda de fandangos, naturales y de Huelva. Y deja una interesante reflexión para quien quiera tomarla: «El flamenco es suficientemente hermoso y grande y cada uno debe añadirle su granito de arena para mejorarlo, pero si no lo mejoras, déjalo mejor como está».
Ante la insistencia de los aficionados, que no cesan de aplaudirle, concede sus tangos Vengo del moro y sale por la puerta grande.
Ficha artística
Puro y salvaje
Ciclo Flamenco lo serás tú
Teatro Cervantes de Málaga
10 de abril de 2024
Aforo: Media entrada
Cante: El Pele
Guitarra: Niño Seve
Violín: Emilio Martín
Percusión: José Moreno
Palmas: Edu Gómez y Naím Real