Decimos adiós a Pedro Peña, Antonio Agujetas y Colita, entre otros, y no sobran consejos prácticos para enfocar adecuadamente 2024, año que, por la necesidades previsibles, debiera ser crucial para el devenir del flamenco, entendido éste como género de orden mayor destinado a cultivar el espíritu y, por tanto, a lograr el mayor crecimiento y desarrollo del alma humana, por lo que arrancamos con la esperanza de que los programadores tengan una idea clara de cómo estructurar la planificación jonda a fin de que sea efectiva y coherente, aparte de asociada al hecho evolutivo de la capacidad imaginativa del artista.
De lo planteado por la Junta de Andalucía poco se puede exponer, y no porque aún no conozcamos el programa de los ciclos subvencionados, algo que es irrelevante por cuanto el canon a seguir es el de más de lo mismo, sino porque el autogobierno andaluz no tiene claro qué es lo que la ciudadanía espera del mismo, está aún por definir las metas que quiere cumplir o qué objetivos marcar, y tampoco reclama a los especialistas propósitos que puedan servirle de ayuda.
Lo que antecede no es óbice para que el público exija una oferta cultural variada, de calidad y accesible en función del lugar de residencia, de modo que le permita disfrutar de las artes escénicas relacionadas con lo jondo a través, obviamente, de una adecuada planeación estratégica que priorice los eventos flamencos que mejor le cuadren.
No obstante, antes de hacer una descripción cronológica por los espacios culturales, tengo una advertencia y dos anuncios. El aviso es que ante esa monotonía que nos está arrastrando a la rutina y el aburrimiento, esperen a la inminente publicación de Recordando a Marchena, de Sandra Carrasco con la colaboración de David de Arahal. La proclama es que hay dos fechas para comenzar el año, como son la apertura en la calle Castilla del ciclo Íntimos en Triana, que abarcará del 12 de enero al 24 de junio con la apertura de Lole Montoya y Joselito Acedo, y el Festival We Love Flamenco, en el que Esperanza Fernández celebra su 40 aniversario con la música y donde el día 18 de enero presentará algunos de los temas que conformarán su próximo disco, De Triana al mundo.
También quienes nos sentimos devotos de la lealtad ambicionamos un mundo de gratitud para Niño de Pura, que el 28 de enero principia en Córdoba su gira de despedida de los escenarios para, por mor del Parkinson, pasarse al ejercicio docente, por lo que a la capital califal se unirán Sevilla (1 de febrero), Huelva (20 de febrero) y hasta ahora Barcelona (2 de marzo), para rendir honores a un guitarrista y compositor que es un referente excepcional para la historia del flamenco contemporáneo.
Pero la hoja de ruta que les propongo abarca, igualmente, un conjunto de servicios que compiten en el mercado cultural y que atiende a la tradición, pero también a lo diverso e innovador como Torrox, que durante todo el año se convertirá en el epicentro de la vanguardia dancística. Empero, comienzo anotando que el 10 de enero en Nîmes (Francia), su festival estrena director, Amélie Casasole por jubilación de Françoise Noël, y de nuevo cuenta con el asesoramiento artístico de Chema Blanco, el funesto personaje que llevó a la Bienal de Sevilla al mayor deterioro conocido.
«Ante esa monotonía que nos está arrastrando a la rutina y el aburrimiento, esperen a la inminente publicación de ‘Recordando a Marchena’, de Sandra Carrasco con la colaboración de David de Arahal»
En contraposición, los activos proyectados se valorizan en Utrera, donde del 22 al 28 de febrero la maestra Carmen Ledesma será homenajeada durante el X Tacón Flamenco, y en Jerez de la Frontera, que, del 29 de febrero al 9 de marzo, acogerá un copioso catálogo de espectáculos y actividades paralelas durante el 24 Festival de Jerez, edición que alcanza tras la despedida de Isamay Benavente, su flamante directora que desde el pasado mes de noviembre rige los destinos del Teatro de la Zarzuela, de Madrid, y que levantará el telón con el nuevo montaje de Sara Baras, Vuela, donde la coreógrafa y bailaora gaditana, que lo estrenará el 1 de febrero en el Teatro Real de Madrid, evocará a Paco de Lucía, cerrando así el 25 aniversario de la creación del Ballet Flamenco Sara Baras.
De la capital del Reino siempre se aguardan expectativas ante el undécimo programa divulgativo del Círculo Flamenco que preside Carlos Martín Ballester, aunque antes de su presentación conoceremos en el mes de mayo el Festival Flamenco de Madrid, que encontrará en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa su espacio de referencia, y al que seguirá ya en octubre la Suma Flamenca, el festival de la Comunidad de Madrid bajo la certera dirección de Antonio Benamargo.
Siguiendo el hilo propuesto del itinerario anual, a partir de la segunda quincena de febrero, y coincidiendo con la entrada de la Cuaresma, tendremos los Pregones Flamencos de la Semana Santa y, por supuesto, las Exaltaciones de la Saeta por todo el territorio hispano, alabanzas devocionales donde nuestros cantaores, en aras de identificarse con los episodios de la Pasión y Muerte de Cristo, y considerando a Jesús como un hermano en desgracia que sufre persecución y muerte, le acoplarán sus melodías peculiares a fin de erigirse en portavoces de un pueblo que quiere soportar la Cruz de los dolores.
Tras la Semana de Pasión, Muerte y Resurrección, se anuncia para abril el II Festival Guirijondo en Palomares del Río, una apuesta inédita que atiende a los artistas extranjeros que protagonizan la universalidad del flamenco como patrimonio cultural, a la que se suma en el mismo mes la propagación del colectivo peñístico, tal que la Giraldilla Flamenca de Lebrija, máximo galardón de la Peña Flamenca Pepe Montaraz, y las semanas flamencas de Palma del Río, tan prestigiosa y que este año le corresponde focalizarla en torno a la guitarra, y la de Paradas, localidad sevillana que días atrás anunció con acierto la dedicatoria a la cantaora Aurora Vargas.
Para el mes que marca el adiós de la primavera, mayo, se prevé el novel festival Senderos del Cante, de El Castillo de las Guardas, y el siempre esperado arranque de los Jueves Flamencos de Cajasol, que persistentemente nos retrotrae al admirado gestor cultural Manolo Herrera Rodas y que actualmente coordina, en su apartado artístico, el cantante y cantaor Manuel Lombo desde la promotora Músicaemoción, en sociedad con la management Lupe Gil-Toresano.
Junio, por su parte, nos hará reflexionar sobre el impulso de la juventud merced al XXI Certamen de Jóvenes de la Diputación Provincial de Córdoba. Y si en Sevilla ya se podrá disfrutar de la diversidad programática de la XXV Noche en los Jardines del Real Alcázar (Sevilla), en tierras galas se celebrará, igualmente, las bodas de plata del Festival de Mont de Marsán, en el que se produce un inesperado cambio en la dirección artística, pues si los últimos dieciséis años estuvo en manos de la nunca suficientemente ponderada Sandrine Rabassea, que ha hecho un trabajo descomunal, ahora asume la dirección general Lionel Niedzwiecky, que contará con un comité asesor donde figura, entre otros, Domingo González, que fuera director de la Bienal de Sevilla de 2005 a 2011, y Patrick Bellito, asesor artístico del festival flamenco de Nîmes de 1997 a 2018.
Y para cerrar el mes de junio, no olviden dejar un hueco en la agenda para el LXVIII Potaje Gitano de Utrera, a celebrar, como es habitual, en el patio del Colegio Salesianos, donde se garantiza un encuentro que si a nadie deja indiferente es porque, a lo largo de más de trece lustros, ha creado una identidad propia que, a la postre, es lo que determina el constante devenir de una realidad que sólo se reactualiza de acuerdo a las experiencias vitales de la organización, en este caso la Hermandad de los Gitanos. A partir de Utrera, nos abrimos al segundo tramo del año. Pero eso será en otra entrega.
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