Dice que los otros libros de Paco de Lucía (Algeciras, 1947 – Playa del Carmen, México, 2014) cuentan su vida al uso, pero que no ha visto ninguna biografía narrada de esta manera. Se refiere a tratar de traducir su música y su personalidad a un lector flamenco o no flamenco, pero con curiosidad por descubrir el interior de un genio universal. «Como a muchos, me da coraje que Paco de Lucía no ocupe en la cultura de nuestro país y de modo generalizado un lugar principal e indiscutible. Este libro quiere contribuir también a que se sitúe a Paco en el lugar que se merece». César Suárez Martínez (Madrid, 1975) es periodista cultural. Desde hace más de quince años oficia como redactor jefe de la revista Telva, donde suele entrevistar a grandes figuras de las artes. Es autor de Cómo cambiar tu vida con Sorolla (2023) y el reciente El enigma Paco de Lucía (2024), ambos publicados por la editorial Lumen.
– Perdón por la falta de originalidad. Esta se la habrán hecho una docena de veces y vendrán otras cien más. ¿Paco de Lucía era un enigma?
– Era un hombre complejo, con muchas caras y sombras. Cuanto más he preguntado y he reflexionado sobre su personalidad, más misterioso me parece, por sus contradicciones, por sus dudas, por su dualidad entre lo que mostraba y lo que sentía por dentro, por sus deseos de escapar de sí mismo y a la vez magnetizar a millones de personas en el escenario y a cualquiera que tuviera delante si quería… Todos estos matices son propios de un genio infinito, desde mi punto de vista, aún por descubrir en su plenitud.
– Preséntese a la sociedad flamenca. Porque lo de la revista Telva no suena muy flamenco, mi señor.
– Soy un aficionado y me baso en mi ignorancia. Así que me sirvo del atrevimiento del que no sabe para asomarme con ojos de forastero a esta tierra maravillosa del flamenco que adoro, y que más me cautiva cuanto más conozco de ella. Trabajo en la revista Telva desde hace más de quince años como redactor jefe de cultura. Es la revista femenina decana en España, ha cumplido sesenta años y nació en ese Madrid en ebullición de flamencos y tablaos de principios de los 60. En Telva he entrevistado a las principales figuras del mundo del cine, la música, las artes…, y por supuesto también a las del flamenco, que para mí es un hecho cultural incomparable, único en el mundo. He realizado entrevistas y reportajes con la familia Habichuela, Carmen Linares, Sara Baras (Premio Telva a las Artes), la familia Morente (Estrella es también Premio Telva a las artes), Arcángel, Dorantes, José Mercé, Tomatito, Rocío Márquez, Poveda… En fin, que probablemente sea Telva la revista con más contenido flamenco en sus páginas sin ser un medio especializado en ello. Recuerdo a mi abuelo escuchando flamenco en su casa, Pepe Marchena, Caracol, etc., y muchos años después me picó el gusanillo y empecé a escucharlos yo también.
– ¿Cómo se le ocurrió lanzarse al ruedo de la literatura jonda, y más enfocando en el visor a un genio como el guitarrista de Algeciras?
– El flamenco es un mundo fascinante, lleno de personalidades (y personajes) variopintos y geniales, de vivencias, de momentos sublimes y también míseros, de escenas de película, cruces de caminos, amores y odios… Narrativamente tiene todos los elementos que puede tener un género como el western, tanto en cine como en novelas. Pero desde mi punto de vista, el flamenco no está bien contado. Es un arte complejo y profundo, con una capacidad de transmisión universal, pero a muchos les causa rechazo quizá porque la mayoría de las veces se cuenta desde una perspectiva demasiado dogmática e inaccesible, que quien no esté familiarizado no comprende y por tanto se aleja. Mi intención es tratar de mostrar al lector el enigma de esa figura cumbre del flamenco que es Paco de Lucía, y que a la vez sirva de invitación cordial y cercana a quienes quieran conocer algo más (por eso también hablo de los grandes guitarristas que precedieron a Paco y de aquellos de los que aprendió). Eso que dijo Manolo Sanlúcar –“Paco encanta al que no sabe y vuelve loco al que sabe”– es mi punto de partida, y trato de descifrar en 300 páginas qué quiso decir el maestro Sanlúcar con esto.
«Eso que dijo Manolo Sanlúcar –“Paco encanta al que no sabe y vuelve loco al que sabe”– es mi punto de partida, y trato de descifrar en 300 páginas qué quiso decir el maestro Sanlúcar con esto»
– ¿Qué quedaba por contar en un libro sobre Paco de Lucía? Definitivamente, esta no es una bío del tipo nació en Algeciras, tocó en tal sitio y murió en Playa del Carmen.
– Supongo que a muchos lectores aficionados al flamenco y familiarizados con la vida y la obra de Paco les sonarán muchos pasajes del libro. He hablado con su familia, con sus músicos, con amigos suyos que nunca habían hecho declaraciones, he visto grabaciones suyas inéditas, he preguntado y leído una buena parte de la extensa literatura que hay sobre el flamenco y sus protagonistas. Yo lo que quería era narrar la vida de Paco y tratar de traducir su música y su personalidad a un lector flamenco o no flamenco, pero con curiosidad por descubrir el interior de un genio universal. Para ello hago un relato entretenido, de lectura ágil, pero no simple. Como a muchos, me da coraje que Paco de Lucía no ocupe en la cultura de nuestro país y de modo generalizado un lugar principal e indiscutible. Este libro quiere contribuir también a que se sitúe a Paco en el lugar que se merece.
– Dice que Paco era un músico –o un hombre– permanentemente insatisfecho. Explíquenos esto.
– Es lo primero que me dice Casilda Varela, su primera mujer, para mí la persona que mejor sabe radiografiarle psicológicamente. Es algo en lo que coincide otra persona que le conoció bien, su amigo Félix Grande, que decía que Paco era eminentemente un hombre atormentado, “un rayo atado a una redoma”, citando a Miguel Hernández. Esa insatisfacción es una de sus características y es un rasgo común en los genios. Paco termina de componer una obra magistral como Siroco y sube del estudio diciendo que es una mierda… En el libro hablo del “síndrome del impostor”. A pesar de que era idolatrado por todos, Paco tiene tal dominio de la guitarra y una intuición musical tan descomunal que no piensa que sea tan bueno como dicen, se convierte en el principal enemigo de sí mismo, y su nivel de autoexigencia le lleva a competir consigo mismo, retándose a hacer algo nuevo en cada disco, a inventar un nuevo lenguaje. Esto le vuelve loco y le angustia.
– ¿Por qué esta es su biografía más personal y original?
– Porque hasta ahora lo que hay escrito sobre Paco son recopilaciones de anécdotas y su vida contada al uso, pero no he visto ninguna narrada de esta manera, en la que además pueda adentrarse cualquier lector como si fuera una novela (aunque todo lo que se cuenta es real) sobre una vida fascinante.
– Venga, adelántenos, así en voz bajita, algún dato o anécdota sobre Paco que vaya a sorprender a los lectores de este libro.
– Quizá la parte más reveladora es la que dedico a contar sus aventuras con La Banda del Tío Pringue y los veranos con ellos en su casa de Playa del Carmen, pescando en el Caribe, buceando, nadando, todo el día descalzo en bañador, de juerga, relajado, inventando chirigotas, lejos de la guitarra, sin hablar de flamenco… Su amigo Manolo Nieto, de la Banda, tiene muchos vídeos inéditos de esto que he tenido la suerte de visionar para el libro.
«Paco de Lucía tiene tal dominio de la guitarra y una intuición musical tan descomunal que no piensa que sea tan bueno como dicen. Su nivel de autoexigencia le lleva a competir consigo mismo, retándose a hacer algo nuevo en cada disco, a inventar un nuevo lenguaje. Esto le vuelve loco y le angustia»
– ¿Ha sentido prejuicios por asomarse con descaro a un género tan complejo, tan culto y con una parroquia de devotos tan incondicionales?
– Prejuicios no, porque los juicios adelantados nada más que llegan a lugares aburridos y yo quería que este libro fuese sobre todo veraz y entretenido, cercano a cualquiera que se acerque con ojos curiosos a Paco de Lucía. Pero sí me he asomado con mucho respeto y admiración, y por eso he tenido cuidado de explicarlo todo bien y de que todo lo que se cuenta esté documentado, huyendo de morbosidades o habladurías que pudieran distorsionar la figura de Paco y alejarnos de su verdadera historia. Y por otro lado, precisamente lo que percibo es que a veces el flamenco se sitúa en un plano cerrado e inalcanzable para los de fuera, y quería de alguna manera y con todo el respeto “aligerar” un poquito esa ortodoxia para hacer este arte maravilloso más comprensible, más ameno si quieres.
– ¿Qué siente el biógrafo sobre el sujeto biografiado? ¿Le recorre un escalofrío cuando escucha, por ejemplo, su disco Fuente y caudal o eso es un aspecto secundario?
– Sí, claro, me emociona y no se acaba nunca, porque Paco es un músico a la altura de un Bach que puedes escuchar sus variaciones Goldberg día tras día y que te diga algo distinto… Hice una lista de canciones por cada capítulo, que están al final del libro y sigo escuchando a menudo. Fuente y caudal es una maravilla, pero es que en La fabulosa guitarra está ya el prodigio de Paco, y luego en Almoraima, y en lo de Falla, y en Siroco… Es emocionante escuchar todos sus discos también con la perspectiva de su evolución personal y emocional.
– ¿Por qué la guitarra flamenca es una hija de perra?
– Es una frase conocida que dijo Paco, porque decía que no podía soportar la guitarra pero a la vez la amaba, le amargaba la vida pero a la vez no podía estar sin ella… “Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, contigo porque me matas y sin ti porque me muero…”, dijo Antonio Machado.
– ¿Qué le habría preguntado si lo hubiera tenido frente a usted, como todos esos que han pasado por su micrófono en la redacción de Telva?
– Pues quizá más que preguntarle le hubiera pedido que me contara los chistes que contaba su madre Luzía y que tanto le divertían. Me hubiera gustado verle reír.
«El flamenco es un arte complejo y profundo, con una capacidad de transmisión universal, pero a muchos les causa rechazo quizá porque la mayoría de las veces se cuenta desde una perspectiva demasiado dogmática e inaccesible, que quien no esté familiarizado no comprende y por tanto se aleja»
– ¿El flamenco está bien visto?
– El flamenco está bien vivo, y como un organismo vivo tiene miles de elementos cada uno distinto, con sus ideas y su manera de hacer, que a veces son dispares y es sano que así sea, como en cualquier vecindad. Quien debería mirar mejor al flamenco y sus artistas son las instituciones, a la hora de sostener con recursos un arte único, irrepetible, admirado en todo el mundo. Siempre me ha llamado la atención que esta evidencia no tenga una aceptación rotunda por los responsables de las instituciones culturales de este país.
– ¿El flamenco se ve más guapo cuando lo miran desde fuera?
– No lo sé. Uno busca en el flamenco descubrir también esos momentos “feos” o imperfectos pero gloriosos, que suceden en un momento y no se vuelven a repetir. Esto puede ser también una sensación íntima, que uno percibe y quizá otros no.
– ¿Dice que Jesús Quintero tenía una dicción impostada? ¡Todo lo contrario! A ver si vamos a dejar de llevarnos bien, señor Suárez.
– Intuyo que le va a costar trabajo llevarse mal conmigo. Me refiero a que Quintero llama la atención por su manera de hablar exagerando la vocalización, la pausa, y porque impostado también es quien actúa con su voz teatralmente… Pero vamos, que mi admiración por Quintero es absoluta. Me parece otro genio que se merece otro libro, o una serie en televisión.
– ¿Qué es lo que no ha podido contar y quedará ahí para otro libro futuro del maestro?
– Lo que aún no he escrito.
Imagen superior: el periodista madrileño César Suárez. Foto: Uxío Da Vila