Le bastaron seis cantes para perfumar Lebrija con los aromas jerezanos. Luis El Zambo se quejó desde la azotea de la Peña Flamenca Pepe Montaraz adoquinando las vereas de lo jondo. Y lo hizo sin despeinarse. Es un señor fuera y dentro del escenario, en la barra de un bar o en una fiesta. En cualquier rincón se jincha de cantá y se forma una juerga.
Se gustó durante un cuarto de hora por soleá, recorriendo las variantes como le dio la gana. O por bulerías, donde se encontró mejor que en brazos con la guitarra pura y de sabores tiznaos de Domingo Rubichi. Y las palmas de Luis de Rebeco y Ali de la Tota. «¡Vivan los días de fiesta!», jaleó con age el último. ¡Anda que le iba a faltar a Luis el compás! Es de los poquitos cantaores incontaminaos que nos quedan y hay que cuidarlo, darle su sitio, que no era aquel. La peña es preciosa, con solera. La azotea tiene su punto. Y la gente, los aficionaos, la directiva… Pero el leco de Luis es para haberlo esparcido por la Plaza del Mantillo al terminar el entrañable homenaje que se ofreció a Pedro Peña en cuya mesa redonda también participó el cantaor. Porque a la peña no pueden subir algunos viejos –entiéndase el tono cariñoso– y solo podían vender ochenta entradas. En la plaza caben lo menos trescientas personas. Y fueron muchos los que se quedaron con las ganas de echarse al pecho sus embestidas rajás.
«Se quejó adoquinando las veras de lo jondo: destapó la boca con la bulería pa escuchá, paladeó la taranta y la cartagenera, hubo lugar para unos fandangazos, se gustó durante un cuarto de hora por soleá y cerró por bulerías, donde sigue siendo un maestro»
Destapó la boca con la bulería pa escuchá que lleva su sello. Y el recuerdo de María Bala. O los aires de todas las casas cantaoras de Jerez tamizados por la garganta privilegiada del que todavía arrastra a cualquiera cantando gitano. «Porque una cosa es cantá bien, otra cantá bonito y otra cantá bien y gitano». O algo así dijo un día El Funi pa alborotá el patio. No con la intención de provocar, sino desnudando sus verdades tajantemente.
Por Levante paladeó la taranta y la cartagenera meciendo sin estridencias los tercios mineros. Y también hubo lugar pa unos cuantos fandangazos que fueron la crema con la que entró después aquella tanda por soleá y el cierre por bulerías donde sigue siendo un maestro.
Luis es un tesoro a la luz. Una persona afable, cariñosa… buen gitano, de esos de otros tiempos. Dice el cante como quiere. No entiende de imitaciones ni etiquetas. Canta como le pide el cuerpo, como se lo dicta el alma, como sentencia la sangre, como lo manda su Dios moreno. Luce una voz afillá y almibarada, sin una pizca de ojana. Y asesta puñalaítas casi sin darse cuenta. Luis El Zambo suena a Luis El Zambo.
Ficha artística
LIX Caracolá Lebrijana
Recital de cante de Luis El Zambo
Peña Flamenca Pepe Montaraz, Lebrija, Sevilla
17 de julio de 2024
Cante: Luis El Zambo
Guitarra: Domingo Rubichi
Palmas: Luis de Rebeco y Ali de la Tota