Quiso ser torero, pero como le ocurrió a otros tantos en esa época no encontró ni las oportunidades, y además «me partieron el esternón en Úbeda», y prefirió jugársela menos en el cante. Es un decir, porque en el flamenco tampoco lo ha tenido del todo fácil, aunque sí que no se le puede negar el empeño continuo por dejar una buena trayectoria y discografía. Manolo Simón es jerezano (1953), tiene una voz portentosa, como pueden comprobar en el inicio de esta entrevista grabada en la Bodeguita de Jesús, cerca de donde vive el cantaor. Va camino de publicar su decimoséptimo disco, en los que ha recogido una amplia antología, domina casi todos los estilos. «Dicen algunas críticas que soy uno de los más largos que están quedando», dice. Es inquieto, «si hoy quiero hacer una cosa, mañana quiero hacer otra». De premios tiene tela, «cien primeros premios por lo menos».
«Los concursos dan experiencia, satisfacciones y algunos berrenchines»