No es la primera vez que el director Paco Ortiz y su productora, Sarao Films, abordan un documental sobre flamenco. Después de ocuparse de figuras como Matilde Coral (Acariciando el aire), Miguel Poveda (13) o Bambino (Algo salvaje), esta vez tocaba un personaje único en la historia de la danza, un pionero al que nunca se ha hecho justicia del todo: Antonio Ruiz Soler.
Tras pasar por Madrid, Jerez de la Frontera y El Rompido (Huelva), la capital hispalense ha acogido estos días la culminación del rodaje de Antonio. El bailarín de España, que incluirá material de archivo, entrevistas y pasajes ficcionados. Según Ortiz, aunque la idea estaba sobre la mesa de Sarao desde hacía tiempo, la luz verde definitiva la dio comprobar la existencia de unas grabaciones sorprendentes: las entrevistas que, entre 1983 y 1984, concedió Antonio a su amigo, el periodista Santy Arriazu. “Parte de estas conversaciones se incluyeron en la serie Memorias de viva voz para la revista ¡Hola!, y serían la base de un libro publicado en 2004 y secuestrado por la Casa de Alba bajo orden judicial”.
La cinta recrea las confidencias de Antonio y Arriazu, interpretados por los actores Juan Luis Corrientes y Nestor Barea respectivamente, al tiempo que cuenta con el testimonio de compañeros de profesión como los intérpretes Nacho Duato, Antonio Canales, Aída Gómez; Carmen Roche y Carmen Rojas, parejas de baile de Antonio; José Antonio, bailarín que dirigió el ballet nacional; la bailarina María Rosa; y expertos como Marta Carrasco, Manuel Curao, Cristina Cruces, el youtuber y experto en cine Julián ‘El niño del olvido’; Maite Pulpón, Cristina Heeren; Rosalía Gómez, periodista y comisaria de la exposición de Antonio; o el propio Santy Arriazu.
«La pelicula ‘Antonio. El bailarín de España’ repasa la intensa trayectoria vital y profesional del sevillano que llevó la danza española a la escena internacional, colocándola al mismo nivel que la ópera, la música o el ballet clásico»
Antonio. El bailarín de España repasa la intensa trayectoria vital y profesional del sevillano que llevó la danza española a la escena internacional, colocándola al mismo nivel que la ópera, la música o el ballet clásico. Maltratado por una época en la que el hecho de ser diferente podía ser castigado con cárcel, este bailaor, coreógrafo, empresario, artista, creador, figura universal y abanderado del reconocimiento del flamenco y la danza española a escala internacional, fue un embajador de lo jondo que llevó el nombre de España por todo el mundo. Y sin embargo, no recibió el reconocimiento que merecía.
“Su ocaso le llega coincidiendo con la Transición”, comenta Ortiz. “Entonces se le asocia equivocadamente al régimen anterior, se dice que bailaba para Franco o hablaba bien de él… ¿Acaso se podía ser de otra manera sin arriesgar la libertad o la vida? Se tiende a vincularlo con la derecha y la aristocracia, y se apunta a escarceos con la Duquesa de Alba, hasta el punto de afirmarse que uno de sus hijos es de una relación con Antonio. Cuando Jesús Aguirre, penúltimo esposo de Cayetana de Alba, es nombrado ministro de Cultura, no le da su sitio y lo condena a un ostracismo aún mayor. De hecho, el Ballet Nacional se lo dan a Antonio Gades, y no a la persona con mayor currículum. Y en flamenco, cuando a uno se le conoce solo por el nombre, y otro necesita el apellido, ya se sabe…”.
Pero Antonio. El bailarín de España, que cuenta con la participación Canal Sur TV, así como con el apoyo de la Junta de Andalucía, quiere también ahondar en otros aspectos poco divulgados de su trayectoria, como el hecho de que antes de triunfar en España lo hubiera hecho en Sudamérica y Estados Unidos, a menudo acompañado por otro mito como Carmen Amaya. “Estuvo bailando en Broadway, hizo nada menos que cuatro películas en Hollywood, trabajando con coreógrafos legendarios… Todo eso es desconocido para el gran público”.
«Maltratado por una época en la que el hecho de ser diferente podía ser castigado con cárcel, este bailaor, coreógrafo, empresario, artista, creador, figura universal y abanderado del reconocimiento del flamenco y la danza española a escala internacional fue un embajador de lo jondo que llevó el nombre de España por todo el mundo. Y no recibió el reconocimiento que merecía»
En la piel de Antonio se mete el actor Juan Luis Corrientes, que apenas unas semanas atrás recibió el premio Escenarios de Sevilla al Mejor Actor. “A lo largo de mi carrera he hecho personajes muy especiales, como Camarón, Bécquer, Santa Teresa de Jesús… Y Antonio sin duda también lo es. Lo que he hecho en el tiempo que he tenido desde que me ofrecieron este papel es impregnarme de él, buscar cosas en las que pudiera aprender su gestualidad. Tenía un estilo propio, no podía dejarlo en el amaneramiento fácil, él era mucho más elegante que eso”.
El actor comenta también que “sus manos son muy importantes, como cuando le hacen preguntas de todo tipo y se ve muy bien cuando no quiere decir más. He querido expresarme de la manera lo más cercana posible a lo que él podía ser, mimetizarme pero con profundidad, porque es un personaje muy, muy potente”.
“Luego llega a España y comienza prácticamente desde cero”, concluye Ortiz. “Hace cine con estrellas como Marisol y directores como Forqué o Vittorio de Sica. Baila para Kennedy y la reina Isabel II de Inglaterra, y es el primer artista español que viaja a la URSS desde la Guerra Civil española, acumulando reconocimientos en la Scala de Milán, en París… Y acabó sus días siendo casi un desconocido en su país”.